El economista estadounidense Michael Spence (Montclair, Nueva Jersey, 1943) compartió el Premio Nobel de Economía en 2001 con sus compatriotas George A. Akerlof y Joseph E. Stiglitz. Sus teorías sobre el flujo de la información y la formación de mercados se vieron reconocidas con el prestigioso galardón internacional. Hoy en día, y en un contexto tecnológico como el actual, estos conceptos resultan cruciales, ya que la información se convierte en el factor diferencial en la consecución del éxito en el mercado. Un éxito que pasa, necesariamente, por un movimiento fluido de los datos.
Texto: Teresita Gavilán
Su «Teoría de la Señalización» (Signaling Theory) habla sobre información y mercados. ¿Cuáles son los fundamentos?
Esta teoría aborda los mercados en los que hay información incompleta sobre productos o servicios, un factor que es de tipo asimétrico. Esto quiere decir que una parte del mercado, normalmente los vendedores, dispone de más información que la otra parte, que son los compradores.
“Para llegar al crecimiento sostenible, Europa tiene tareas pendientes.”
Precisamente, su contribución al análisis de mercados con información asimétrica fue el motivo por el cual se le concedió el Premio Nobel en 2001 (junto con sus compatriotas A. Akerlof y Joseph E. Stiglitz). Cuéntenos esta teoría.
Los mercados con esta estructura llevan asociado un fenómeno que se denomina «selección adversa» (Adverse Selection). Esta teoría propugna que la falta de información hace que los compradores no puedan distinguir entre los diferentes productos que ofrecen los vendedores en el mercado y, por tanto, los tratan a todos como iguales o equivalentes. O lo que es lo mismo: no los discriminan. En consecuencia, según esta perspectiva, el proceso de compra se asemejaría a un tipo de lotería.
En este sentido, el concepto de «selección adversa» significa que, ante un precio que se corresponde con la calidad media, los vendedores de artículos o servicios de alta calidad se ven obligados a salir del mercado los primeros debido a la falta de demanda de su oferta. Un hecho que, a la vez, provoca que baje la calidad de los productos del mercado. Y, entonces, algún vendedor más tiene que abandonar a su vez la franja superior del mercado. Llevada al extremo, esta situación puede llegar a destruir un mercado. Arkelof lo ejemplifica con el sector de los coches de segunda mano, pero esto está mucho más extendido en ámbitos como los seguros o las finanzas.
[George A. Akerlof afirma en su escrito «El mercado de los limones» (The Market for Lemons) que el mercado de vehículos de segunda mano se rige por el modelo de información asimétrica donde el vendedor tiene más información que el comprador, ya que sabe en qué estado de conservación se encuentra el vehículo. El comprador, en cambio, suele guiar su compra por el precio, porque no dispone de la información suficiente para valorar si la adquisición de ese producto es positiva para él o no. Así, a medida que aumenta el número de «trastos» en el mercado (en inglés, lemon se puede traducir como «cacharro»), los vendedores de vehículos de más calidad se ven forzados a retirarlos de la venta, con la lo que se puede llegar a destruir el mercado porque la demanda va disminuyendo progresivamente. A consecuencia de ello, puede llegar un momento en que sólo los limones -los «trastos»-, llenen el mercado.]
“En los mercados asimétricos el proceso de compra se parece a una lotería.”
¿A qué se refiere cuando habla de «señalización»?
El término «señalización» está relacionado con lo que pueden hacer los vendedores de productos de más nivel para tratar de diferenciarse del vendedor medio. Deben hacer alguna acción perceptible -llamada «Señal» – que resulte realmente informativa para el consumidor. Estas señales deben tener un coste elevado para los agentes más informados (los vendedores). Las señales que sobreviven o tienen éxito (que, efectivamente, son los que aportan información) son aquellos cuyo coste está correlacionado negativamente con el atributo de calidad invisible. La «Teoría de la Señalización» la ilustró con el ejemplo de la educación como una señal a los mercados de trabajo.
[El modelo de educación en el mercado de trabajo de Spence afirma que los trabajadores pueden utilizar su nivel académico para hacer saber a los empresarios el elevado grado de su productividad. Así, los trabajadores mejor capacitados esforzarán en lograr títulos educativos de difícil obtención para enviar una señal de que los diferencie de los trabajadores de baja productividad ante sus empleadores. Por otra parte, Spence asegura que el coste que supone obtener la titulación debe ser suficientemente elevado como para incentivar sólo las personas de alta productividad a obtenerla. De esta manera, la educación funciona como una señal que fluye y que equilibra el mercado laboral.]
“La selección adversa llevada al extremo puede llegar a destruir un mercado.”
¿Cómo llegó a estas conclusiones?
Fue una tarea bastante individual, aunque ya conocía el concepto de la «selección adversa» por medio de los seguros y también había leído el texto de Akerlof «The Market for Lemons». Intentaba entender de qué manera los mercados incompletos, regidos por la información asimétrica, evolucionarían informativamente, para tratar de resolver este problema.
Hablamos de su último libro: La convergencia inevitable: el futuro del crecimiento económico en un mundo a varias velocidades. Trata sobre el crecimiento económico de los países en vías de desarrollo, ¿no es cierto?
Efectivamente. Y se trata de un proceso que ya hace varias décadas que dura (comenzó el final de la Segunda Guerra Mundial), y durante el cual los países en vías de desarrollo han ido acortando distancias respecto de los países desarrollados. Esta es la «convergencia» inevitable a la que me refiero.
Y ahora, ¿qué evolución económica prevé usted para los llamados países desarrollados? ¿Cómo les ha afectado la crisis?
EE. UU. está creciendo un 2-2,5%. Esto es un incremento, sí, pero por debajo de su potencial. La economía está cambiando su estructura hacia el sector mercantil (del comercio, de la industria). Se busca lograr un modelo de crecimiento más sostenible que no aquel influenciado por la precrisis. Pero la inversión del sector público es todavía demasiado baja, y probablemente permanecerá de esta manera.
“(En Europa) hay que llevar a cabo reformas estructurales para crear una flexibilidad estructural más grande.”
¿Y en Europa? ¿Cree que lograremos el crecimiento sostenible?
Europa arrastra un largo período de crecimiento muy bajo, lo que impide que llegue a un modelo de crecimiento sostenible.
¿Cuáles son las tareas pendientes, entonces?
Entre las tareas pendientes está la ejecución de más desapalancamiento o reconvergencia de los costes de la unidad laboral, que divergieron de Alemania en la década posterior a la adopción del euro. Y también hay que llevar a cabo reformas estructurales para crear una flexibilidad estructural mayor.
¿España ha hecho los deberes?
Este proceso está avanzando en España. De momento la reconvergencia está bastante lejos y las reformas laborales están atrayendo ahora la inversión y fomentando la creación de puestos de trabajo.
¿Y los países asiáticos?
Japón, por su parte, se encuentra en un proceso de reformas importantes. En el tercer ámbito, que son las reformas estructurales en la franja no transaccional de la economía, estas aún no se han completado. En este sentido, cabe destacar que cuando se hagan, se necesitará todavía un tiempo para que tengan efecto. Por ello, el crecimiento lento es el escenario más probable.
EL PERFIL | |
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Graduado en filosofía en Princeton (1966) y en matemáticas en Oxford (1968), y doctorado en Economía en Harvard (su tesis «Market Signaling» recibió el premio David A. Wells), entre los reconocimientos a la labor de A. Michael Spence destacan, además del Premio Nobel de Economía de 2001, el Premio JK Galbraith por la excelencia académica (1979) y la Medalla John Bates Clark (1982). Actualmente, Spence es profesor de economía en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, pero también ha sido decano de la Facultad de Artes y Ciencias y profesor en Harvard y en la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford . Entre sus alumnos ilustres, unos jóvenes Bill Gates y Steve Ballmer, de quien recuerda que «ambos eran excelentes en Teoría Económica». Y entre sus profesores, el actual consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, con quien coincidió en el verano de 1971 en un seminario de economía matemática en Berkeley: «¡Sabía más matemáticas que yo!». | |