A José María Serra Farré, actual presidente de Catalana Occidente, los obstáculos no le asustan: «¿Crisis? Nosotros nunca lo hemos tenido fácil. Hemos pasado las mil y una». Y es que sacar el sueño a una empresa dedicada a asegurar contingencias que, a lo largo de un siglo y medio de vida, ha afrontado caídas de monarquía, tumultos, una guerra civil e incluso un secuestro, no es nada fácil.
Neus Durán
Fotos: Cedidas
Los orígenes de Catalana Occidente, uno de los mayores grupos aseguradores del país, se remontan a la aseguradora Sierra Sallent, de donde salieron los hermanos Jesús y Antonio Serra. Jesús se estableció por su cuenta muy joven: en 1944 fundó la mutua de accidentes de trabajo Asepeyo y en 1948 se puso al frente de Occidente, compañía que logró remontar en unos años de mucho trabajo en el que se rodeó de un equipo dispuesto a todo: «el padre tenía una obsesión por hacer de Occidente una empresa moderna», asegura el hijo, José María Serra Farré -actual presidente del grupo asegurador- «y en los años 40 hablaba de marketing y otros conceptos inexistentes en la época».
Avanzado, pues, a su tiempo, Sierra consiguió prosperar hasta dejar Occidente en condiciones de comprar, en el año 1959, la Sociedad Catalana de Seguros Contra Incendios a Prima Fija, popularmente conocida como «La Catalana», una compañía que había sido constituida en 1864 con una plantilla de ocho trabajadores. Fernando de Delás -Se y un hombre moderno en una época que no lo era- había invertido gran parte de su patrimonio en esta empresa dedicada a los seguros de incendios que dirigió hasta 1906, cuando lo sucedió su hijo. La compañía, sin embargo, no podía haber elegido una etapa más convulsa para existir: 1873 aseguró, por 1.254.972 escudos, el edificio del Congreso de los Diputados de Madrid, pocos días antes de la proclamación de la Primera República. Y a continuación, vinieron tres monarcas, una regencia, una segunda república y dos dictaduras.
Jesús Serra, el fundador de la compañía, “tenía una obsesión por hacer de Occidente una empresa moderna”, asegura su hijo, José Maria Serra Farré –actual presidente del grupo– “y en los años 40 hablaba de marketing y de otros conceptos inexistentes en la época”
Delás tuvo que superar momentos complicadísimos, como confiesa Sierra Farré, y aún así, hizo crecer la compañía: «Si se tienen las ideas claras, convicción y ilusión, los momentos complicados acaban superando, y esto es válido en el pasado, pero, sobre todo, en el futuro».
«La Catalana» resistió, ya partir de los años 40 comenzó a ampliar la oferta a ramos de Vida, Accidentes Individuales, Accidentes de Trabajo y Daños a Vehículos, y en 1962 en el seguro Colectivo de Vida y al seguro escolar. Antes, en 1959, Sierra se había hecho con la compañía, acción que constituyó los primeros fundamentos de Catalana-Occidente, aunque ambas organizaciones seguirían operando aunque de forma independiente hasta el 1987. La fusión de carteras, eso sí, permitió crear ya un gran grupo asegurador donde cada uno aportaba las carteras de sus filiales: La Previsión Nacional, Intercontinental de Seguros, Cantabria y Occidental de Capitalización… Y, paralelamente, Inocsa se integró al proyecto.
EL PRIMER ORDENADOR Y BAQUEIRA BERET
Al adquirir «La Catalana», Serra se encontró con un comité directivo con una media de edad de 80 años. Así, su primera tarea consistió en renovar la empresa profundamente. Sin embargo, la auténtica revolución llegó en 1963, cuando la compañía se convirtió en la primera empresa en incorporar la informática en el sector asegurador español, con un ordenador IBM 1401 de 8k de memoria! Una innovación que tuvo un gran revuelo publicitario ya que Sierra «era un maestro de la publicidad», tal como recuerdan sus antiguos colaboradores. Los competidores el hurgar y lo acusaban de esnobismo; él les respondió que en cinco años, cuando el resto empezara a descubrir el mundo digital, él ya tendría a su gente preparada.
En los años 60, la firma fue pionera en incorporar la informática al sector asegurador español con un ordenador IBM 1401 de 8k de memoria
La empresa tuvo también un papel protagonista en el nacimiento de Baqueira Beret. Sierra tenía un amigo en la federación de esquí que le convenció para construir una estación de esquí en el Valle de Aran, pero no había dinero ni para pagar el primer telesilla. Él convenció el consejo de «La Catalana» que desarrolló un plan inmobiliario y asumió la edificación del hotel y los primeros inmuebles.
CAMBIO DE SEDE
En 1971, el grupo decidió trasladar su e intercambiar el Paseo de Gracia de Barcelona por las afueras de la ciudad. El presidente de los Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña (FFCC), que era a la vez consejero de Occidente, organizó un viaje en tren por los alrededores para el comité directivo. A la altura de Sant Cugat vieron un descampado que les hizo el peso y en buscaron el propietario, un campesino que tenía una finca de 40 hectáreas y que los pidió para ella «un montón de dinero»: concretamente, 84 millones de pesetas. Aceptaron.
ente se enamoró de un inmueble de IBM que había cerca de Niza (Francia). En copió la estructura y construyó la que, aún hoy, constituye la icónica sede de un grupo que, desde 1991, está dirigido por su hijo, José María Serra Farré.
Desde 2012, Groupama en España, convertida ahora en Plus Ultra, forma parte de Catalana Occidente
A su mando, la compañía ha continuado creciendo hasta multiplicar por seis su tamaño, integrando a su negocio numerosas firmas como, por ejemplo, Multinacional Aseguradora, Seguros Bilbao, Lepanto, Nortehispana, Crédito y Caución, Cosalud o Atradius (la segunda compañía de seguro de crédito del mundo). En el año 2012 adquirieron Groupama en España, convertida ahora en Plus Ultra.
El secreto de la longevidad |
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Celebrar 150 años no es fácil para una empresa. El presidente de Catalana Occidente, José María Serra Farré, recuerda cuáles son las claves para pasar del centenario: "Austeridad, hacer lo que se sabe hacer bien, tener las cosas claras y trabajar con gente de la casa, que sienta los colores." |
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Años 80 - 65 días - 2m² | |
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El secuestro de ETA | |
Los años 80 no podían empezar peor para Catalana Occidente. Su fundador, Jesús Sierra, fue secuestrado por ETA. "Nos chocaba mucho y desde nuestro punto de vista nos despechado completamente: ¿qué tenía que ver un hombre de negocios con ETA?", Se pregunta aún la familia. Los secuestradores lo retuvieron en un escondrijo de 2m2 durante 65 días donde, recuerdan, para sobrevivir, en Jesús sacó su carácter fuerte y optimista: "Tenía dos alternativas, hundirse o salir adelante, y optó por la segunda . "" Escondía papeles bajo el colchón y escribía poesía ", explica su hijo y actual presidente del Grupo, José María Serra Farré," y algunas de ellas fueron las más bonitas que escribió ", añade. | ![]() |
Cuando lo liberaron, continúa Sierra Farré, "fue una inyección de moral tremenda para todos". El empresario, que nunca perdió el sentido del humor, decía que había comido "unas judías y una chistorra muy buenas" durante su cautiverio, y buscó un pantalón de pana como los que le habían dado los secuestradores. Más adelante, haciendo gala de una gran entereza, supo utilizar esta traumática experiencia para reorganizar su orden de prioridades, y en su nueva escala de valores, la familia, los amigos, los deportes y la música pasaron a ser el más importante. Hasta el punto de que, poco después de ser liberado, debía recibir la visita del director del Banco Central y una hora antes dijo que se iba a jugar al tenis, ante el pasmo general. |