Ya lo advirtió Darwin: no sobrevive el más fuerte sino quien tiene más capacidad de adaptación. Y en el mundo de los anisados, el rey es el mono… Badalona llegó a tener decenas de destilerías en el siglo XIX, sí, pero Anís del Mono se impuso a toda la fauna de imitadores -muchos bautizados con nombres de animales- que intentaron disputarle el cetro, y hoy, casi 150 años después, sigue copando más de un tercio del mercado español de anises y exportando alrededor del mundo.
Texto: Neus Durán Fotos: Cedidas
LA HISTORIA COMENZÓ en 1865, cuando el abogado José Bosch Grau adquirió una pequeña fábrica donde comenzó a elaborar licores a granel que se vendían en garrafas en el mismo local y en la carretera. Tres años más tarde se le unió su hermano -Vicente, notario-, que acabó comprando su parte, por lo que en 1870 quedó registrada la firma comercial José Bosch y Hermano. La creciente actividad, sin embargo, pronto hizo insuficientes los locales, y en 1880 se iniciaron las obras de construcción de una fábrica entre la vía del tren y la playa, una joya modernista que todavía hoy se conserva por su alto valor artístico y patrimonial.
Competencia feroz
Y es que la fama de Anís del Mono no cesaba y su licor despuntaba entre los fabricantes de aguardiente de la zona, hasta el punto de que otros productores plagiaron el diseño de su mítica botella y bautizaron sus brebajes también con nombres de animales como el orangután, canguro, los pajaritos, el macaco, el topo, el águila, el ciervo, los leones o el gato. Pero con esto no era suficiente para tumbar a un gigante como el «Mono», y se llegaron a producir prácticas mucho más agresivas, como por ejemplo cuando un fabricante de Arenys de Munt reprodujo en la etiqueta de su anís un tigre que se lanzaba ferozmente sobre un mono…
La de la competencia de los licores de anís era una auténtica selva en Cataluña, donde el «Mono», sin embargo, se acabó imponiendo a los grandes felinos no sólo porque el producto era bueno, sino porque, además, su máximo responsable, Vicente Bosch Grau, supo sacarle todo el partido.
En 1974 el grupo Osborne, dentro de una estrategia de diversificación, adquirió la empresa y volvió a decantarse por el mercado nacional con la campaña Volvamos al mono
Olfato y visión de negocio
En efecto, Bosch fue uno de los pioneros en entender el potencial que podía ofrecer la publicidad y convocó el primer concurso de carteles de España, al que se presentaron algunos de los mejores pintores del país. El premio -1.000 pesetas- lo ganó Ramon Casas. Más muestras de su ingenio: el año 1909, instalaron en Bruselas el primer cartel luminoso de Anís del Mono, cuando en Europa sólo existían dos anuncios de este tipo, los de las firmas Berlitz y Maggi, en París. Y en 1910, durante la Exposición Universal celebrada en la capital belga, se presentó con un estand y un espectáculo de pirotecnia. Además, en 1913, consiguió colgar el primer cartel luminoso en la Puerta del Sol de Madrid, y unos meses más tarde, en la Plaça Catalunya de Barcelona.
FICHA |
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• Anís del Mono es una de las empresas líderes en la producción de anises en España, con una participación en el mercado cercana al 35%. • Su sistema de producción es artesanal, como hace 130 años. • En 1890 se iniciaron en la aventura de’ elaborar champagne francés en Cataluña con vino importado de Reims, pero se tuvo que abandonar la producción durante la Primera Guerra Mundial al no poder importar vino francés. • Tras la Guerra Civil, se comenzó a elaborar el semiseco con etiqueta blanca debido a la escasez de azúcar. Pero ninguna alcanzó el éxito del dulce. • Anís del Mono también produce los famosos ‘Aromes de Montserrat’. |
Anís del Mono instaló en Bruselas el primer cartel luminoso de este licor cuando en Europa sólo existían dos anuncios de este tipo, los de las firmas Berlitz y Maggi, en París
Viaje del exterior al interior
Al morir este visionario, sus hijos, Francisco y Vicente, y su viuda fueron los encargados de tomar el timón de la empresa y constituyeron la Sociedad Regular Colectiva Bosch y Cia. Corría el año 1909 y la compañía aún seguiría en manos familiares durante décadas hasta que en 1974 el grupo Osborne, dentro de una estrategia de diversificación, la adquirió. Antes, sin embargo, hacia los años 20, Anís del Mono se abrió a los mercados de América Latina: Argentina, Venezuela y México, y hasta los años 50 se centraron mucho en el mercado internacional, con campañas como Famoso en todos los Países. En este caso, no se enviaba el anís envasado, sino el aceite esencial, y los concesionarios exclusivos de cada país se encargaban de la elaboración y envasado. Con la entrada del Grupo Oborne en escena, Anís del Mono volvió a centrarse en el mercado nacional con la campaña Volvamos al mono.
Teléfono directo… ¡con el Liceo!
Vicente Bosch, el alma pater de Anís del Mono, no era tan sólo un empresario pionero en temas de marketing. También era un gran aficionado a la música y asistía siempre al Gran Teatro del Liceo, hasta que una angina de pecho se lo impidió; entonces, hizo que le instalaran una línea telefónica especial, conectada desde su casa de Badalona hasta el coliseo barcelonés, que le permitiera seguir en directo las representaciones.
Badalona, capital de los aguardientes
En el siglo XIX en Badalona se cultivaba básicamente la viña y se llegaron a producir dos millones de litros por cosecha que iban destinados, por un lado, a aumentar la graduación de otros vinos catalanes de calidad, y por otro, a abastecer la demanda creciente de las fábricas de aguardientes, una de las industrias más arraigadas de la ciudad.
Un regalo de la plaza Vendôme
El diseño tan especial de la botella de Anís del Mono tiene una historia (¡y muy romántica!) detrás. El jefe de la empresa, Vicente Bosch, estaba en París buscando un regalo para su mujer, y en la plaza Vendôme encontró un perfume que le gustó. La estética de la botella, con su característico corte diamantado, le gustó tanto que pidió al perfumista los derechos del diseño del envase y en 1902 lo registró poniendo la etiqueta del mono, convirtiéndolo en el primer anís embotellado de España.
Otra curiosidad: ¡el rostro del mono está inspirado en la propia cara de Charles Darwin! Un rasgo habitual en los años de encendido debate entre evolucionistas y creacionistas que siguieron al revolucionario descubrimiento del científico.
Anís del Mono también podría haberse llamado Anís de los Monos.
Y es que dos dos monos han marcado su historia. El de verdad fue un regalo que recibió el propietario de la marca, Vicente Bosch Grau, como obsequio de un capitán de barco. Primero lo instalaron en su jardín, donde ya tenía varios animales exóticos muy inusuales para la época, y después lo llevaron a la fábrica en la que se producía el licor, donde el animal se hizo el amo: era tan popular que la gente se acercaba a verlo, hasta que murió en 1973. El mono de la etiqueta del licor, sin embargo, es anterior al mono «real», y viene de la afición de la época -el siglo XIX fue una era de grandes descubrimientos geográficos- por los animales exóticos y, a la vez, de la tendencia de los productores a colocar en los productos gráficos reconocibles en un tiempo en el que la mayoría de gente no sabía leer.
¿Sabías que…?
• Badalona inauguró en julio de 2012 una escultura en el paseo marítimo en honor a esta empresa histórica: un mono de 200 kilos esculpido en bronce.
• La marca ha inspirado a artistas de la talla de Gris, Picasso, Dalí y Diego Rivera. Mientras que en el cine ha aparecido en filmes tan míticos como El Padrino, de Francis Ford Coppola, o en la multipremiada cinta española No habrá paz para los malvados. También aparece mencionado en varios libros, entre otros, en La Regenta, de Clarín.
• Si se raspa la botella de Anís del Mono se consigue un ruido tan curioso que durante muchos años se utilizó como instrumento musical navideño. En el año 2012, nació Monomusic, una aplicación para smartphones que ha recuperado esta tradición.