«¿Es necesaria la Responsabilidad Social Empresarial (RSE)? ¿Qué tipo de RSE? ¿Basta con la RSE?» son preguntas que algunos directivos se hacen. Para unos es mucho, y para otros, demasiado poco. Y a veces estos debates paralizan y no permiten que la energía fluya hacia donde la sociedad nos pide y hacia donde el futuro nos interpela.
Josep Maria Canyelles. Experto en Responsabilidad Social de las Empresas y Organizaciones.
Podemos considerar que la RSE (Responsabilidad Social Empresarial) no es más que una mera metodología de gestión empresarial. Pero eso no es poco porque la RSE tiene un carácter fundamental que la hace una base necesaria de toda organización que aspire a la excelencia a partir de dos requerimientos tan básicos como son:
1. Que la empresa debe asumir en profundidad un compromiso, unos valores corporativos éticos que abarquen la influencia en aspectos laborales, sociales, ambientales, económicos y de buen gobierno: en definitiva, los cinco grandes vectores de la RSE.
2. Que la empresa debe ofrecer unos resultados de sostenibilidad, una disminución de los impactos negativos y un aumento de los positivos, dentro de esta diversidad de vectores.
3. Además, la RSE es exigente. Y para demostrarlo diremos que para poder hablar de RSE es necesario que podamos asegurar la capacidad de pasar de los compromisos a los resultados. Por tanto, habrá que poner en marcha una gestión a partir de una metodología determinada. Y eso significa instaurar planes de acción, introducir buenas prácticas y, sobre todo, poner en marcha tres elementos metodológicos sin los cuales no hay RSE:
a. Identificar los stakeholders y establecer procesos de diálogo.
b. Identificar los elementos materiales y priorizarlos.
c. Rendir cuentas con transparencia.
Por encima de la capacidad de comprensión del propio contexto de sostenibilidad, la empresa puede ir tan allá como quiera, optando por las mejores prácticas, por normas exigentes, compromisos radicales… pero siempre dentro de la necesaria gestión de la RSE. Esta permitirá otorgar a los valores (ética, sostenibilidad, transparencia) un sentido empresarial en la medida que los ubica dentro de los procesos de mejora continua de una compañía que observa, que aprende, y que opta por crear valor económico y social como parte de un modelo de organización apto para captar la complejidad que la sociedad nos pide, y capaz de hacer real la visión que el futuro nos exige.