Uno de los aspectos clave tanto para las empresas de nueva creación como para aquellas en proceso de expansión es conseguir la financiación necesaria para llevar a cabo sus actividades. Pero muchas compañías tienen problemas para conseguirlo. Como muestra de ello podemos recordar que, según el Banco Central Europeo (datos del año 2013), sólo el 40% de las pymes españolas obtienen los créditos que piden a la banca. Por ello, conocer qué es lo que más valora una entidad financiera de una empresa es clave para tener éxito en este objetivo.
PILAR LLORET. Economista.
Así, entre los aspectos más relevantes a considerar, podríamos destacar los siguientes:
1. El negocio debe ser claro y debe presentar buenas perspectivas de futuro: por eso, el proyecto de inversión debe ser creíble y basarse en un estudio de mercado fiable.
2. La empresa debe demostrar que tiene capacidad de devolución: el objetivo de la banca es la devolución del capital prestado más los intereses en el tiempo negociado. Por tanto, la compañía tiene que aportar pruebas que aseguren que podrá devolver sus créditos.
3. La empresa debe tener una relación previa con la banca positiva: la compañía debe presentar un correcto historial crediticio -sin impagos-, así como no debe figurar con incidencias en la Central de Información de Riesgos del Banco de España o en el Registro de Aceptaciones Impagadas.
4. La empresa debe planificar correctamente y con sinceridad su petición de crédito: no es conveniente esperar hasta el último minuto para presentar una solicitud de crédito en el banco ya que su estudio conlleva cierto tiempo. Además, cuando la empresa haga la petición debe aportar suficiente documentación económica clara, veraz, completa y actualizada.
5. La empresa debe presentar garantías adicionales: aunque la vía de regreso de un crédito es la capacidad de devolución de la empresa, casi siempre se solicitan garantías adicionales, como puede ser el aval o la hipoteca.
6. La empresa puede proponer compensaciones: las entidades intentan vincular a sus clientes. Para ello, la empresa puede ofrecer a la banca la domiciliación de nóminas de los empleados, pago de impuestos, recibos, tarjetas, etc.