Si será importante la salud, que es el principal eje del estado del bienestar: la gente se mueve o desplaza miles de kilómetros para buscar quien se la recupere, y se invierten miles de millones en investigación de medicamentos y aparatos para ayudar a restablecerla. Muchos anuncios también hablan de salud, incluso diversas canciones. Y es que, sin duda, es nuestro bien más preciado; pero, por desgracia, la podemos perder por enfermedad, por accidente o por envejecimiento.
JOSÉ MARÍA GALILEA. Socio fundador y presidente de Grupo Galilea Puig, Correduría de Seguros Asociadas, S.A.
Así pues, para garantizar nuestra salud, partimos de dos premisas: por un lado, tenemos que saber cómo cuidarla, dónde tratar nuestras dolencias y con quién, y, por el otro, tener los medios económicos para pagar los servicios sanitarios que se requieran en este sentido. De este modo, cada familia aborda el reto de la salud de manera distinta, en función de sus posibilidades y basándose en lo que sucede en su país, pues en cada rincón del mundo los servicios sanitarios se organizan de forma distinta, ya sea por política, estructura o ideología del Estado.
Esto nos lleva a la división del sistema coloquialmente conocida como Sanidad pública o privada. Aunque en realidad deberíamos hablar de sanidad obligatoria, aquella que pagamos con nuestro dinero en forma de impuestos (la denominada Seguridad Social), y voluntaria, la que contratamos con nuestro patrimonio, y que se corresponde con el seguro privado de salud, curiosamente denominado la mutua, la médica o, incluso, la iguala.
En España, contamos con ambas modalidades. La prestación sanitaria obligatoria –de cobertura universal– está administrada ahora por las comunidades (grave error), a excepción de los funcionarios, cuyo régimen especial les permite acceder a los servicios privados pagados con dinero público (lo que supone un agravio comparativo). Visto así, la primera irresponsabilidad política es que las primas pagadas por los seguros de salud privados no desgraven. Porque… ¿qué pasaría si la sanidad pública tuviera que atender un 20% más de ciudadanos? Sería el absoluto colapso de la Seguridad Social.
Saber elegir: modalidades y coberturas
En cuanto al seguro privado de salud, existen diversas modalidades, pero para aportar las pautas mínimas para poder elegirlo con criterio, aquí nos centraremos básicamente en dos: cuadro médico o libre elección. En el primer caso, el asegurado cuenta con un servicio gratuito atendido por médicos y centros concertados por la compañía, mientras que en el segundo, se produce un reembolso del 80% sobre los gastos efectuados por el asegurado en un centro de su elección.
Con estas modalidades como base la oferta es extensa, pues existen varias entidades aseguradoras que ofrecen estos seguros, y cada una de ellas puede tener varios productos en el mercado.
Respecto de las coberturas que ofrece cada compañía, varían muchísimo de una a otra: prótesis sí o no, desplazamientos, asistencia en viaje y segunda opinión médica, cobertura dental y, en algunas entidades, excepcionalmente medicamentos. Asimismo, algunas pólizas empiezan a garantizar otros conceptos como diagnósticos de prevención, ayudas en tratamientos especiales, servicios asistenciales, etc.
Junto con las coberturas y el recorrido de los últimos años de la compañía, antes de contratar un seguro privado de salud hay que analizar las clausulas o condiciones de póliza, como, por ejemplo: cómo se aumentan las primas cada año, cómo se tratan las preexistentes o si se limitan las coberturas al alcanzar cierta edad. Porque cuando alguien quiere contratar un seguro médico no basta con analizar solamente el precio
¿Más variedad en la oferta entre aseguradoras? Por ejemplo, en las limitaciones establecidas por día de estancia en centros médicos o en el número de sesiones de tratamiento por alguna dolencia que contemplan.
Junto con las coberturas y el recorrido de los últimos años de la compañía, antes de contratar un seguro privado de salud hay que analizar las clausulas o condiciones de la póliza, como, por ejemplo: cómo se aumentan las primas cada año, cómo se tratan las preexistentes o si se limitan las coberturas al alcanzar cierta edad. Porque cuando alguien quiere contratar un seguro médico no basta con analizar solamente el precio.