Una de las cosas que intento transmitir cuando trabajo con equipos directivos es que las organizaciones deben cuestionar permanentemente lo que estĆ”n haciendo. Hago mucho Ć©nfasis en la necesidad de cuestionarse, y no me refiero a cambiar por cambiar. Y en esta reflexiĆ³n aparece el dilema productividad vs. competitividad e innovaciĆ³n.
Marcos Urarte. Consultor estratĆ©gico y de alta direcciĆ³n y miembro del Top Ten Management Spain.
El gran objetivo de una empresa es la competitividad. La productividad es un factor muy importante, pero no suficiente. La productividad es la mirada interna de la empresa, pero lo fundamental, donde nos jugamos nuestro destino, es en la mirada externa, es decir, en la competitividad. Y esta es mucho mĆ”s que la eficacia operativa (buen producto, precio adecuado, distribuciĆ³n eficaz), es el resultado de la suma de dos variables: la eficacia operativa y la diferenciaciĆ³n percibida, es decir, el posicionamiento percibido.
Una de las cuestiones sobre la que las empresas no reflexionan con el nivel de profundidad necesario es el hecho de que no compiten las compaƱĆas, sino sus propuestas de valor. Y cada propuesta de valor necesita un modelo de negocio diferente. El error que cometen muchas organizaciones es creer que una propuesta de valor que estĆ” teniendo Ć©xito en la actualidad, lo tendrĆ” en el futuro.
En el entorno actual tenemos que encontrar un equilibrio entre el saber incierto y las decisiones acertadas. Hoy en dĆa es muy difĆcil disponer de toda la informaciĆ³n a la hora de decidir, asĆ que tenemos que hacer un balance entre la agilidad de la toma de decisiones y el acierto. Si una organizaciĆ³n desea conseguir una rentabilidad econĆ³mica de calidad, deberĆ” gestionar de forma excelente estas tres palancas: talento, innovaciĆ³n y reputaciĆ³n.