Texto: Neus Duran
Fotos: cedida
¿Cuál es el rol de la formación en la aportación de calidad en la empresa?
La formación y la cualificación son fundamentales para modernizar la empresa, para innovar. Esto tiene dos vertientes: por una parte es vital que la formación se adecue a las nuevas herramientas, pero también debe servir para que los trabajadores utilicen bien las herramientas que ya tienen a su disposición, y a la vez para mejorar la organización del trabajo. Los países con mejor formación en la empresa tienen más capacidad de innovación. Alemania, Francia y los países nórdicos son una muestra, y todos ellos tienen una mejor situación económica que la nuestra. En este sentido, en Cataluña muchas empresas se han quedado atrás. Y esto se debe a que muchas de ellas priorizan los beneficios trimestrales, sólo miran a corto plazo. Tristemente aquí la formación del trabajador a menudo se ve como un gasto y no como una inversión. Es vital que el empresario entienda que el reciclaje de los trabajadores le beneficia, porque renunciar a la formación a la larga termina empobreciendo la empresa.
¿Cuál es y cuál ha sido el objetivo de los sindicatos como canalizadores de la formación subvencionada?
Nuestro principal objetivo es garantizar el derecho a la formación del trabajador. Es un derecho de ambas partes, empresa y trabajador. Programamos las acciones formativas en función de los cambios en el mercado, tecnológicos y económicos, y buscamos qué ámbitos tienen proyección de futuro. Para ello hay que analizar muchas variables, y obviar el corto plazo.
«Renunciar a la formación a la larga termina empobreciendo la empresa»
¿Cómo ha evolucionado en los últimos años la formación bonificada?
En los últimos 25 años ha habido un incremento del acceso a la formación, es un salto cualitativo importante. ¿Qué no ha funcionado? Pues los planes de la propia empresa. En general, las empresas han ofrecido formación sólo para algunos trabajadores, más concretamente los directivos. Se ha hecho una formación muy instrumental y no en función de las necesidades de los trabajadores. Muchas empresas todavía ven el trabajador como una materia prima, y no como deberían verlo, como un elemento esencial.
¿Qué perspectivas abren los cambios legislativos en esta cuestión?
El cambio del modelo de formación ahora pivota más sobre los intereses de las asesorías, y menos en los de los trabajadores. Margina los sindicatos y las organizaciones empresariales, y beneficia a las asesorías. El Gobierno ha aprovechado los fraudes que ha habido en algunos ámbitos en cuanto a la formación gestionada por los sindicatos, una cuestión inflada por el propio Gobierno y la prensa, para hacer unos cambios que perjudican a los sindicatos y, de rebote, a los trabajadores. Las consultoras de formación, que ahora son más protagonistas del proceso, tienen como interés el beneficio propio y no el del trabajador. Por lo tanto, principalmente tendrán en cuenta si los cursos son fáciles de colocar: su objetivo es el beneficio, y esto va en detrimento del trabajador.