Del 2009 hasta el 2014 presidió la Delegación Socialista Española y ocupó la presidencia de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo. Fue también nombrado vicepresidente del Partido Socialista Europeo.
Texto: Neus Duran
Fotos: Cedidas
Usted llegó a la UE en 2009, en plena crisis económica global, y ha vivido desde dentro todas las fases críticas de Europa (el rescate a España, las crisis griegas, Ucrania, etc.). ¿Tiene la sensación de que cada vez el estado anímico de la Unión va a peor?
Lo certifico, y el mayor pesimista en la situación actual soy yo mismo. Estamos delante de una sucesión de eventos, cada uno de los cuales empeora el anterior y del cual es consecuencia directa. La UE está en el peor período de su historia, no por la crisis financiera, sino por una crisis de modelo social. Un brutal ajuste de cuentas contra la vocación cohesiva de Europa nos ha arrastrado a una crisis de proyecto colectivo.
«La UE está en el peor período de su historia debido a una crisis de modelo social»
¿Un ajuste de cuentas entre quiénes?
Un ajuste motivado por un enfoque supuestamente liberal y contradictorio con los compromisos de la UE. Una mayoría conservadora ha aplicado un recetario abyecto que no ha mejorado la salud de la economía, sino que ha aumentado las desigualdades, enfrentando primero a los países del Norte contra los países del Sur, y luego a ganadores contra perdedores, a ricos contra pobres. Bajo el amparo de una supuesta «disciplina fiscal» se han puesto en marcha políticas de reducción de gasto en inversión social, sin equidad en el reparto de las cargas financieras del Estado. El austericidio ha empobrecido el Sur y ha generado una crisis de confianza en todos los países, que ha quedado patente en la gestión europea del conflicto en Oriente Medio y en la de las denominadas Primaveras Árabes. Y ahora, con la crisis de los refugiados, vemos que mientras Europa concentra fuera de sus fronteras (en Turquía, Líbano y Jordania) a la gran mayoría de solicitantes de asilo, impone al mismo tiempo a una empobrecida Grecia que su frontera haga de muro de contención ante la llegada de refugiados. La respuesta equivocada a estos problemas de confianza en las instituciones europeas es la de desmantelar Schengen, que es el patrimonio más apreciado de todos los ciudadanos del continente.
¿No es contradictorio que mientras se negocian acuerdos de libre circulación de bienes y servicios con Estados Unidos se reduzca la movilidad de las personas dentro de la misma Unión?
No, realmente no hay ninguna contradicción. Es consecuente con la lógica neoliberal que sueña con un inmenso mercado libre de vínculos en el que la circulación democrática no sea una prioridad.
La sensación es que PPE y PSE persiguen las mismas políticas.
Es una sensación motivada porque ambos partidos nos enfrentamos a diversas amenazas a nuestra coherencia interna. Cuando entran en juego los intereses nacionales, algunas líneas de demarcación se disuelven, pero esto sucede en todas las denominadas ‘familias’ europeas, de principio a final del arco ideológico. Esto no debe ocultar la evidencia de que es la absurda gestión de las anteriores crisis lo que nos ha llevado al auge del euroescepticismo en toda Europa. La eurofobia actual es una crisis de confianza que se declina de dos maneras. Por un lado, hay un repliegue nacionalista en varios países. Se trata de una respuesta equivocada porque ya no es posible volver a la casilla de salida ni levantar nuevas fronteras ni compartimentar respuestas fragmentarias para los desafíos a los que nos enfrentamos. Por otro lado, está el populismo eurófobo, claramente concomitante con la extrema derecha y con una izquierda radical que, de una manera u otra, sueña con un soberanismo reaccionario que sólo puede llevar a una sensación de impotencia, al plantear soluciones inútiles.
«El acuerdo con Turquía es un completo error estratégico. Estamos sobornando a un país que vive un proceso de clara regresión democrática con dinero virtual que no figura en ningún balance, que no se sabe de dónde saldrá ni quién lo sufragará, y con una media promesa de adhesión a la UE que ni de lejos estamos dispuestos a cumplir. El ingreso de Turquía, que debería ser por unanimidad, no será posible.»
Y cuál es su solución para la crisis actual?
Justamente porque no soy populista no ofrezco una receta unívoca. Tenemos que conseguir que la UE vuelva a ser relevante a nivel global, sólo de esta manera podremos volver a incidir en la raíz de los problemas. Primero tendremos que contribuir a resolver la crisis en Siria. Esto pasa por enfrentarnos militarmente a Daesh, no hay alternativa posible. Después tendremos que conseguir una política de extranjería realmente común, así como una de inmigración. Debemos exigir que todos los Estados miembros respeten el derecho de asilo. Y finalmente, hay que construir vías legales para acceder a Europa. De otro modo estamos condenados a revivir un drama humanitario tras otro.
¿El acuerdo con Turquía va en esta dirección?
En absoluto. Se trata de un completo error estratégico. Estamos sobornando a un país que vive un proceso de clara regresión democrática con un dinero virtual que no figura en ningún balance, que no se sabe de dónde saldrá ni quién los sufragará, y con una media promesa de adhesión a la UE que ni de lejos estamos dispuestos a cumplir. Los ciudadanos de la UE no quieren «más Europa» y el ingreso de Turquía, que debería ser por unanimidad, no será posible.
¿Cómo valora la posición de España, que aún no ha acogido a ningún refugiado en lo que va de año?
Es una vergüenza inaceptable e inexplicable que un país como el nuestro no pueda ni acercarse a recibir una cantidad raquítica como son 18.000 refugiados. Quiero recordar que sólo en las Canarias, durante la llamada ‘crisis de los cayucos’, llegamos a recibir hasta a 30.000 inmigrantes subsaharianos que llegaban en pateras. Después conseguimos solucionar el problema a través de la cooperación con los países costeros africanos.
Entonces valora favorablemente la disponibilidad de la Generalitat a la hora de acoger a 4.500 refugiados…
Las Comunidades Autónomas han estado, y siguen estando, muy por delante del Gobierno del Estado. Son mucho más solidarias y sensibles a las emergencias humanitarias. Cataluña, también. Su propuesta tiene mi apoyo, siempre y cuando se realice con la coordinación con el Gobierno de España. Lamentablemente tenemos un gobierno que está muy por debajo del mínimo exigible en estos temas. Está en el cero absoluto.
Òscar Camps, Director de Proactiva Open Arms y Catalán del Año 2016
«He visto desaparecer a familias enteras»
La crisis que se está viviendo en Europa y los acuerdos de despachos en Bruselas tienen consecuencias directas y dramáticas en diversos puntos del continente, pero en especial en las costas griegas, donde el mar se ha convertido en un inmenso cementerio de los refugiados que no llegan a la costa. Òscar Camps, impulsor y director de la ONG de ayuda a los refugiados, Proactiva Open Arms, y galardonado como Catalán del Año 2016, es una de las personas que más directamente vive el drama a diario.
Campos se muestra más que crítico con los gobiernos del continente: «Ni autoridades europeas, ni Grecia, ni los Frontex están preparados para gestionar la situación provocada en las costas griegas por la crisis de los refugiados. Las mafias se aprovechan de la situación y a las autoridades se les ha ido el tema de las manos. Hemos visto morir a mucha gente, he visto desaparecer familias enteras… Hay un gran vacío de liderazgo en la zona, los Frontex son antidisturbios del mar, no tienen formación de rescate ni material.” ¿Falta de medios? Lo niega taxativamente: «Medios, si se quiere, la UE tiene. Para las expulsiones de refugiados se puso un policía para cada refugiado, un dispositivo desproporcionado y caro. Lo que falta es voluntad política, no medios.»
El activista también es muy crítico con los acuerdos con Turquía y las restricciones en Schengen: «¿Cerrar fronteras? Hay más de dos millones de personas en Siria pendientes de cruzar la frontera hacia Europa. Y utilizarán todos los recursos que tienen para conseguirlo. Haga lo que haga Europa, vendrán. Y en cuanto a los acuerdos con Turquía, tiene muchas carencias democráticas. Tendremos su versión oficial, que es muy poco veraz. Hemos contratado a una dictadura para que nos haga el trabajo sucio.»
«Ni autoridades europeas, ni Grecia, ni los Frontex están preparados para gestionar la situación provocada en las costas griegas por la crisis de los refugiados.»