Manel Domene
Encontrar fuentes de financiación
–La Actividad de Investigación y Desarrollo, que da como resultado la Innovación (I+D+i), requiere recursos económicos, normalmente de financiación privada. En Cataluña y, en general, en el resto del Estado, se constatan dificultades de acceso a la financiación. Mientras las empresas logran compromisos en materia de investigación, el sector financiero privado no se muestra bastante dispuesto a la asunción del potencial riesgo de los proyectos. No obstante, el sistema de Innovación catalán empieza a beneficiarse de iniciativas como los fondos de capital riesgo o los llamados ángeles inversores, que comenzarían a ganar peso dentro del entorno económico.
-En cuanto a la financiación pública, que sería a priori una fortaleza, actualmente se detecta una situación en la que no se apoya de manera eficaz a toda la demanda tecnológica que se está impulsando en Cataluña y que requiere el mercado global. Por otra parte, es frecuente el descontento entre las pymes (pequeñas y medianas empresas) por las dificultades de acceso a los créditos, y que hacen suya una reivindicación permanente para que las Administraciones aumenten la asignación de recursos y créditos blandos.
– A nivel de todo el territorio hay que tener en cuenta la tipología de empresa, con una mayoría de pymes y pocas grandes empresas que actúen como catalizadores de la economía y dinamizadoras del tejido empresarial.
-Por último, hay que tener en cuenta la dispersión y dificultad de acceso a la información, clave para tomar las decisiones pertinentes.
Creación y compromiso con la cultura de la innovación
– Incipiente cultura de I+D en las empresas españolas, aunque no existe una conciencia general de la necesidad de innovar como forma de garantizar la permanencia en el mercado, competir en igualdad de condiciones y generar valor.
–Obligación de equilibrio entre el corto y el largo plazo. Las pymes se ven obligadas a generar resultados (beneficios) a corto plazo, lo que se opone diametralmente a la puesta en marcha de iniciativas innovadoras a medio o largo plazo. La inmediatez acaba ahogando las posibilidades de futuro.
– Como ya se ha apuntado, la situación económica, caracterizada por la falta de liquidez de las empresas, limita la asignación de recursos para acometer actividades de innovación. Asimismo, se amplía el efecto de la deslocalización de grandes empresas, consideradas como motores de la innovación empresarial.
–Los cambios legislativos, especialmente de las políticas de I+D, constituyen una amenaza para una actividad que, en Cataluña, viene impulsada fundamentalmente por la Administración autonómica. A pesar de los planes e iniciativas (Pacto Nacional para la Investigación y la Innovación, Pacto de Investigación e Innovación, Acuerdo Estratégico y Plan de Gobierno), planea la incertidumbre ante posibles cambios regulatorios de ayudas y deducciones en el ámbito europeo los próximos años.
–Formación. Aunque acaba convirtiéndose en un punto fuerte, hay que considerar que no todo el mundo está preparado o formado para innovar. No es posible la improvisación, es necesario conocer la dinámica para sacar un producto-servicio, sabiendo identificar, por parte de los investigadores, las necesidades del mercado, y conociendo ciertos mecanismos de la innovación, tales como la vigilancia tecnológica.
Clústeres de Investigación en el territorio
–El tejido productivo vivo promueve la innovación gracias al apoyo de las redes o clústeres de investigación. El nivel de excelencia de los centros de investigación catalanes fortalece la capacidad de innovación, siendo deseable una mayor integración de la red, ya que la excesiva atomización de los centros es uno de los factores que debilita la innovación. Afortunadamente, agentes como los asesores tecnológicos, la Red de Centros de Difusión Tecnológica o la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación guían a las empresas y a los emprendedores a navegar por un sistema demasiado extenso y atomizado.
–Agrupaciones empresariales innovadoras. A pesar de ser un fenómeno emergente, cada día proliferan más las agrupaciones que se focalizan en la innovación como herramienta de competitividad. Estas agrupaciones, con potencial de futuro, se pueden beneficiar de las alianzas tecnológicas y de la colaboración con socios estratégicos para mejorar la capacidad de innovación de Cataluña y España.
–Recursos humanos formados y de alta cualificación. Lo que era una amenaza (déficit formativo) se transforma en una fortaleza. Las universidades españolas forman a personas que pueden alcanzar una alta cualificación en el ámbito investigador o en el desarrollo de tecnologías y su exportación al campo empresarial.
Creciente interés empresarial para la gestión del I+D+i
–Los beneficios inherentes a la innovación están pasando paulatinamente del conocimiento teórico a la praxis de empresas de todo el Estado, circunstancia que tiene un efecto llamada en la inversión privada. Cataluña se encuentra en una etapa de plena consolidación y aplicación del sistema de innovación, que necesitará el apoyo de todos los agentes implicados (Administración, empresas y centros de investigación).
–La legislación española relativa a los incentivos fiscales para la I+D+i. El sistema fiscal español, donde se engloba la I+D catalana, es de los más favorables en toda la Unión Europea, lo que supone un incentivo importante y un atractivo para las empresas. Sin embargo, ya se han citado las potenciales amenazas de variación de este sistema.
–El aumento de la creatividad que se genera en situaciones de crisis, junto con el fortalecimiento de la competencia que se deriva del proceso irreversible de globalización de la economía mundial.