Los expertos en gestión del cambio, ciencia e innovación Xavier Marcet, presidente de Lead To Change, y Josep Miquel Piqué, presidente ejecutivo de La SalleTechnova Barcelona y vicepresidente del ISAP, toman el pulso al estado de la cultura de la innovación en nuestro país en esta entrevista a dos voces.
Texto: Redacción.
Fotos: Cedidas
Según su criterio, ¿la innovación en Cataluña goza de buena salud?
Xavier Marcet: La innovación ha vivido una etapa de exaltación y ha tenido un fuerte impacto pero de forma muy desigual. Los resultados de Europa son discretísimos si los comparamos con los de los mejores ecosistemas de innovación del mundo, liderados por Silicon Valley. En general, la innovación ha funcionado mejor en las start-up que en las empresas ya establecidas.
Josep Miquel Piqué: Si por sistema de innovación entendemos un ecosistema que es capaz de producir la ciencia y la tecnología necesarias para la competitividad empresarial del país, constataremos que no tenemos un problema de capacidad de investigación. El punto crítico está en la demanda de innovación por parte de las empresas y en la orientación de los grupos de investigación a estas demandas.
¿Las organizaciones apuestan suficientemente por el cambio?
X.M.: Cada organización es diferente y predicar el cambio es fácil pero implementarlo no lo es. Sin embargo, no nos queda otra opción… Adaptarse al cliente es un ejercicio cotidiano que exige transformaciones cada vez más importantes y, para tener éxito, la cultura y el liderazgo de cada empresa resultan determinantes.
J.M.P.: Actualmente hay nuevas tecnologías (como el Internet de las cosas, el big data, la robótica, la realidad virtual o la impresión 3D) que transformarán radicalmente sectores no sólo en el proceso productivo sino en el modelo de negocio y la forma de monetizar. Pienso que las start-up están entendiendo este momento y desarrollando propuestas muy interesantes.
Xavier Marcet: «La mayoría de sectores viven en escenarios de disrupción, se están rompiendo las reglas del juego de los mercados consolidados. Y por eso es muy importante que las empresas estén entrenadas para innovar. El éxito no se logra improvisando.»
El tejido empresarial de nuestro país está formado, en su mayoría por pymes. ¿Cuáles son las principales dificultades -financiación aparte- con que se encuentran estas empresas para innovar?
X.M.: Las pymes tienen enormes posibilidades si no se esconden bajo culturas raquíticas. Nacen empresas pero no crecen debido a su burocratización y pérdida de agilidad y flexibilidad. Ahora más que nunca las pymes pueden competir con las grandes, crear productos y servicios diferenciales, y encontrar la calidad de su liderazgo. Hay que aprovechar esta oportunidad y abrir nuevas vías de crecimiento.
J.M.P.: Las pymes tienen un triple problema: tecnológico, de talento y de financiación. Pero, por otra parte, disponen de aspectos positivos como la fuerza del liderazgo, su flexibilidad a la hora de tomar decisiones, y tener a su alcance un mercado real.
Existe la tendencia a pensar que algunas industrias son más proclives a innovar que otras. E¿s así o todos pueden innovar?
X.M.: Todo el mundo puede innovar. Otra cosa es que las tecnologías exponenciales basadas en software han desplegado innovaciones que han crecido muy rápidamente, se han hecho globales y en algunos casos nos han cambiado la vida. La mayoría de sectores viven en escenarios de disrupción, se están rompiendo las reglas del juego de los mercados consolidados. Y por eso es muy importante que las empresas de cualquier sector estén entrenadas para innovar. El éxito no se suele alcanzar improvisando…
J.M.P.: Por su flexibilidad, rápido prototipado y análisis del mercado, las empresas basadas en las TIC pasan más fácilmente de la idea al piloto con la validación de los clientes. ¡En La Salle lo hacemos en menos de 10 semanas! Pero la innovación es necesaria en todos los sectores. Hay que innovar y no esperar a que la competencia dé el primer paso.
Josep Miquel Piqué: «Actualmente hay nuevas tecnologías (como el Internet de las cosas, el big data, la robótica, la realidad virtual o la impresión 3D) que transformarán radicalmente sectores no sólo en el proceso productivo sino en el modelo de negocio y la forma de monetizar.»
¿Las oportunidades para innovar en Cataluña superan los riesgos de hacerlo?
X.M.: Cataluña, como Europa, no ha logrado ningún liderazgo serio en el escenario de la revolución digital de los años ochenta y noventa. Ahora tiene otra oportunidad en la industria 4.0 y debería aprovecharla porque si no nos costará mucho mantener una sociedad con unos niveles de bienestar social equilibrados. Nuestra ecuación es i+i (internacionalización e innovación), y en esta última nos tendremos que espabilar mucho más.
J.M.P.: Tenemos un RIS3CAT que ha creado una visión clara de sectores empresariales y tecnologías para el 2020. Ahora hay que asegurar su implementación efectiva y, sobre todo, que los territorios entiendan que son plataforma de la economía del conocimiento. Por otra parte, el 22@ es el ejemplo claro de que cuando política pública se combina con universidades y empresas se innova más y mejor y se crea empleo de calidad.
¿La formación es la vía para transformar el talento y la creatividad en innovación? ¿Cuál es el papel de las instituciones en este sentido?
X.M.: Sin una universidad potente muy vinculada al ecosistema de innovación no saldremos adelante. En Cataluña nuestra asignatura pendiente es la valorización del conocimiento que se produce en la investigación. Necesitamos una universidad capaz de transformar los perfiles profesionales que produce, ajustarlos a las nuevas necesidades. En el futuro, lo más importante será la capacidad de gestionar la complejidad y la necesidad de hacer y comunicar síntesis estratégicas con gran frecuencia.
J.M.P.: La competitividad de un país depende del talento y la tecnología, que se dan en las universidades gracias a las tareas de investigación y de formación. El reto, sin embargo, lo tenemos con la valorización de este talento y tecnología. El emprendimiento de base tecnológica es seguramente la forma más rápida de transformar ideas en realidades. Las universidades, mediante sus parques, deben proveer el mejor ecosistema para la creación de estas nuevas start-up y conectarlas con las empresas.