¿Tienen vigencia los gremios en el siglo XXI o son estructuras empresariales anacrónicas? En Cataluña, la tradición de los gremios está muy arraigada, y numerosos sectores siguen agrupándose en torno a ellos. Por tanto, podemos afirmar que un gremio no es un anacronismo empresarial en el siglo XXI, no sólo porque existen, sino por las razones que hacen que existan.
Oriol Tarrats. Secretario general de la Federación Catalana de Carniceros y Tocineros-Charcuteros.
Un gremio no es un anacronismo empresarial, sino que, más allá de su fórmula jurídica -asociación empresarial sin ánimo de lucro- es el depositario colectivo de un oficio, de unos productos, de una tradición y de unos valores. Eso sí, sólo seguirán existiendo aquellos a los que la sociedad les valore los productos resultantes de su buen hacer.
Si tenemos claro que un gremio se estructura alrededor de la defensa y representación de un oficio, en el caso de los gremios de oficios artesanos alimentarios -charcuteros, pasteleros, panaderos, etc.- también se están defendiendo y representando los productos que elaboran y que forman parte de la cultura gastronómica de una sociedad. En este sentido, cabe señalar la gran labor que hacen las escuelas de estos gremios. De hecho, son la pieza clave de la continuidad del oficio, con respecto a los elaborados tradicionales y a los más innovadores.
En la vertiente de la gestión, los profesionales de los gremios, dirigidos por juntas directivas de empresarios comprometidos con el sector, trabajamos con una tabla de doble entrada. Por un lado, tenemos los tres elementos, indisociables uno del otro, que dan sentido a la agremiación: oficio, comercio y empresa. Y cada uno de estos tres elementos debe ser trabajado desde cuatro ejes:
– Defensa y representación,
– formación e innovación,
– asesoramiento y servicios,
– e información y comunicación.
La resultante es una gestión profesional de una entidad que, a pesar de tener las raíces en la edad media, tiene la vista puesta en afrontar con éxito los retos de este siglo XXI.