Una disfunción es una alteración en un organismo o sistema que afecta y modifica su funcionamiento y resultados. Una disfunción moral es una alteración de los conceptos que son aceptados como buenos y que pueden provocar efectos contrarios a los deseados.
Carles Mendieta. Consultor en Desarrollo Directivo. Socio de Singular Net Consulting.
Propongo revisar dos formas de generar disfunciones morales: por un lado, comprender el valor moral como algo absoluto; por el otro, no atender a los límites de los conceptos cuando se modifican lo suficiente como para cambiar de significado.
La primera de las formas es aceptar como bueno el valor absoluto de hechos como el conocimiento, el trabajo, la riqueza, el placer, el comercio, la ciencia o las creencias. Sin duda, se trata de cosas que valoramos positivamente, que son deseables y deseadas.
Pero Gandhi ayudó a hacernos comprender que aceptarlas como valor absoluto se puede convertir en «lo que nos puede destruir«.
1. Riqueza sin trabajo.
2. Placer sin conciencia.
3. Conocimiento sin interiorizar.
4. Comercio sin moral.
5. Ciencia sin humanidad.
6. Adoración sin sacrificio.
7. Trabajo sin sentido.
La segunda de las formas de generar disfunciones es no poner límites a los conceptos, así, suponer que alguien hace algo sin pruebas es calumniar (y no sospechar) y hacer creer, falsamente, que es de cierta manera injuriar (y no acusar).
El exceso de sinceridad es pura mala educación. La versión parcial de los hechos es demagogia y una opinión puede ser, simplemente, una mentira.
No se puede confundir la crítica con el escarnio, ni el humor con el insulto, ni la vehemencia con violencia.
La visión parcial y tendenciosa de la realidad es propaganda, y la defensa de las mismas opiniones puede resultar intolerancia.
Sentir orgullo en exceso puede arrastrar a la soberbia y un exceso de interés por los beneficios era conocido, hasta hace pocos años, como avaricia o codicia. Tener una posición extremadamente fuerte en un mercado permite conductas prepotentes que, desgraciadamente, pueden acabar en extorsión. Limitar la transparencia es esconder y ocultar la realidad de un servicio o producto, robar.