No sólo es uno de los Cuatro Tigres Asiáticos, sino que, según cuenta la leyenda, su primer fundador la llamó “la ciudad de los leones”. Está claro que Singapur nació con empuje, el mismo que le ha ayudado a convertirse en un auténtico icono de la mezcla entre culturas. Cosmopolita y tradicional al mismo tiempo, esta ciudad-Estado es considerada uno de los estandartes del sudeste asiático y un foco de innovación y prestigio académico en todo el mundo.
Texto: Berta Seijo
Aunque fue bautizada con el nombre de Singapur en el siglo XIV, la fundación de esta ciudad-Estado situada junto a la península de Malasia no arranca hasta 1819, cuando un gobernador colonial británico llamado Thomas Stamford Raffles transformó lo que era una isla pantanosa, sin recursos naturales y escasamente poblada en un puerto de libre comercio. En otras palabras, Stamford Raffles estableció allí una base estratégica para el Imperio británico que se mantuvo intacta durante más de un siglo. De hecho, la llegada de inmigrantes de China, la India y el archipiélago Malayo fue en este periodo. Con la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, los japoneses se hicieron con las riendas del territorio, dando pie a un mandato sangriento que terminó gracias a la derrota de los nipones en 1945.
Independencia y milagro económico
Hoy en día, sin embargo, la imagen que todos tenemos de Singapur dista mucho de ser la de un territorio oprimido, ocupado por la fuerza y sin capacidad para decidir su futuro. Y es que, si continuamos con este repaso histórico, una vez se disolvieron las llamadas Colonias del Estrecho y Singapur se convirtió en colonia de la Corona británica, el bloque nacionalista ganó puntos, iniciando así un camino sin retorno hacia la independencia. Tras convocar las primeras elecciones generales y ganarlas en 1959, el siguiente paso del Partido de Acción Popular (PAP), liderado por Lee Kuan Yew, fue integrar la isla dentro de la Federación de Malasia. Sin embargo, la poca avenencia entre bandos desembocó en un hecho irremediable: el 9 de agosto de 1965, Singapur se convirtió en una ciudad-Estado soberana.
Después todo vino rodado. El primer ministro Lee Kuan Yew -que no abandonó su cargo por voluntad propia hasta el 1990- impulsó una verdadera transformación en el territorio. En sólo cuatro décadas, Singapur se convirtió en una de las principales potencias del mundo, uno de los Cuatro Tigres Asiáticos (junto con Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán) gracias a su actividad económica y financiera. Muchos la consideran el paradigma del libre mercado, del pragmatismo y de la lucha contra la corrupción. Del mismo modo, la estabilidad de su gobierno ha sido un factor clave a la hora de consolidar el turismo, las infraestructuras y el sector industrial de esta isla que encabeza la lista de los países con mayor renta per cápita.
El primer ministro Lee Kuan Yew impulsó una verdadera transformación en el territorio. En sólo cuatro décadas, Singapur se convirtió en una de las principales potencias del mundo gracias a su actividad financiera.
Fusión de barrios
Precisamente, fusión es uno de los conceptos que mejor definen el talante de esta pequeña ciudad-Estado del sudeste asiático que desde su génesis no ha dejado de acoger a personas procedentes de cualquier rincón del mundo. De hecho, la huella que cada cultura ha dejado en Singapur se ve reflejada no sólo en su diseño arquitectónico, sino también en aspectos cotidianos y menos formales como la gastronomía, las lenguas habladas, las fiestas que conmemoran o incluso las maneras de vivir en comunidad. La mezcla étnica es el pan de cada día en la ciudad de los leones y sus tres barrios más emblemáticos lo corroboran. A continuación, recorremos Chinatown, Little India y Kampong Glam, los vecindarios más encantadoramente contradictorios de Singapur.
Puede parecer pequeño desde fuera, pero por dentro Chinatown es inmenso, un conglomerado de tiendas donde quien no encuentra lo que busca es porque no quiere. Productos made in China conviven con la pastelería tradicional y los remedios caseros para todo tipo de enfermedad. Además, en un radio de menos de 400 metros se pueden visitar el templo hindú más antiguo de la isla (el Sri Mariamman Temple), una de las primeras mezquitas que se construyeron (Jamae Chulia) y un templo budista chino (Buddha Tooth Relic Temple).
Al este del río de Singapur, el aroma a curry e incienso llena las calles de Little India. Los colores vivos, las telas bordadas y la estética hinduista dominan este barrio ocupado en un primer momento por la etnia Tamil pero que actualmente cuenta entre su vecindario con población originaria de otras zonas del subcontinente asiático. Eso sí, los mercados y centros comerciales como el Mustafa Centre o el Tekka Centre están sobre todo llenos de turistas atraídos por el regateo, la diversidad de culturas y la buena cocina.
Finalmente, el tercero en discordia es el Kampong Glam, el barrio con mayor representatividad de población musulmana. En algunas de sus calles más conocidas (Arab Street es el mejor ejemplo) hay multitud de puestos donde comprar lámparas turcas, alfombras o pashminas, pero también restaurantes para los amantes de la gastronomía árabe. En este caso, el Malay Heritage Centre o la mezquita Masjid Sultan son dos de las reliquias arquitectónicas que no se pueden pasar por alto.
Fusión es uno de los conceptos que mejor definen el talante de esta pequeña ciudad-Estado del sudeste asiático que desde su génesis no ha dejado de acoger a personas procedentes de cualquier rincón del mundo.
Extravagancia sin límites
Como hemos podido comprobar, Singapur protege su herencia histórica y sabe aprovechar el atractivo que ésta genera entre los turistas más curiosos. Sin embargo, la ciudad ofrece alternativas que no pasan desapercibidas y que dejan bien claro que es uno de los territorios más ricos del mundo.
Para empezar, Singapur dispone de uno de los mejores zoos del planeta, un recinto que aglutina a cientos de especies animales y donde además se organizan safaris nocturnos. Otra de sus excentricidades también gustará a los amantes de la naturaleza, pues, la ciudad acoge los dos invernaderos más grandes del mundo, una réplica de los ecosistemas mediterráneo y subtropical. Ambos se encuentran dentro del parque botánico totalmente autosuficiente y basado en principios de sostenibilidad energética, Gardens by the Bay. Pero la lista no termina aquí: Merlion Park, Marina Bay, Orchard Road, Universal Studios, el jardín botánico, el teatro Esplanade, etc. Busque los mismos en el mapa y, si visita Singapur, no se olvide de hacer una parada en ninguno de estos caprichos arquitectónicos.
1. Chinos:
– El grupo étnico más grande en Singapur = ¾ partes de la población de la ciudad.
– Provienen de las provincias del sur de China: Fujian y Guandong.
– Influencia en Singapur: gastronomía, ocio, festivales (también se celebra el año nuevo chino).
– Representados los círculos de la política, los negocios y el entretenimiento.
2. Malayos
– Fundadores de Singapur.
– Influencia en Singapur: gastronomía (puestos de comida en la calle), cultural y religiosa (la mayoría son musulmanes).
3. Indios:
– Provienen del sur de la India.
– 50% de la etnia tamil + 50% de la etnia hindú.
– Influencia en Singapur: gastronomía y festivales.
– Representados los círculos de negocios: comercio de textil y joyería.
4. Euroasiáticos:
– Presentes en Singapur desde el siglo XIX.
– La parte europea: portuguesa, holandesa y británica.
– La parte asiática: china, malasia e india.
– Representan menos del 1% de la población (15.000 a 30.000 euroasiáticos).
– Representados en los círculos de los medios de comunicación y la industria del entretenimiento.
– Idioma: inglés.
Nacionales: las más grandes y prestigiosas són…
• Universidad Nacional de Singapur (NUS):
– #12 en el QS World University Ranking 2015/2016.
– Potente en ingeniería y tecnología, y ingeniería civil.
– + de 32.100 estudiantes.
• Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU):
– #13 en el QS World University Ranking 2015/2016.
– Potente en ingeniería y tecnología, y ciencia de los materiales.
– + de 33.500 estudiantes.
Fuentes: StudyLink: Study Abroad Course Search and Advice.
QS Top Universities.
Internacionalización:
– Alianzas con universidades internacionales de prestigio como: Yale, Massachusetts Institute of Technology (MIT), Zhejiang University, Insead, Chicago Booth, NYU.
– El inglés es el idioma oficial en el sistema educativo de Singapur. Lo habla el 75% de la población.
– Precio aproximado de la matrícula: 14.000 SGD / año. Depende del curso: las carreras de «letras» suelen ser más baratas que las de «ciencias».
– Todos los estudiantes (locales e internacionales) pueden solicitar una beca al Ministerio de Educación de Singapur.
– Las becas no se devuelven pero, a cambio, los estudiantes se comprometen a trabajar en una compañía nacional de 3 a 6 años.
Fuentes: StudyLink: Study Abroad Course Search and Advice.
QS Top Universities.
No es ningún restaurante, aunque a primera vista pueda parecerlo. Un hawker center es un gran comedor público, un conglomerado de mesas y sillas típico de Singapur y Malasia donde, antes de comprar tu comida, deberás escoger dónde quieres sentarse (¡sobre todo si los visitas al mediodía o por la noche!). Estos locales se ubican en los barrios más tradicionales y también entre rascacielos, pero siempre muy cerca de un gran número de restaurantes y vendedores ambulantes que ofrecen todo tipo de comida. El precio también vale la pena: entre dos y ocho euros por persona. Ahora bien, recuerda llevar servilletas porque son el bien más preciado en estos recintos.
Hablamos de una ciudad moderna que dispone de los mayores lujos pero también de una sociedad muy arraigada a las normas y costumbres tradicionales, sobre todo a la hora de mantener limpias sus calles de chicles y colillas.
→ Prohibido fumar
Singapur es el lugar más temido por los fumadores en Asia por sus duras leyes contra el tabaco y el excesivo precio de cada paquete (unos nueve euros de media). De hecho, no se puede fumar en espacios públicos cerrados pero tampoco se puede encender un cigarrillo en ciertos puntos de la calle. La multa oscila entre los 135 y los 670 euros si te pillan.
→ Prohibido mascar chicle
Es muy arriesgado llegar a hacer las típicas burbujas de chicle en Singapur porque no se permite ni su consumo ni su venta en el territorio. Por otro lado, el contrabando de más de dos paquetes de esta golosina se penaliza con un año de prisión y una multa de hasta 3.700 euros.
→ Prohibidas las muestras afectivas
Abrazarse en público en Singapur se castiga con un año de prisión. Y si los protagonistas son dos hombres, la pena puede llegar a los dos años entre rejas. En estas cuestiones sale a la luz el conservadurismo encarnizado de esta ciudad.
→ Prohibido comer o beber en el metro
A pesar de la humedad y las altas temperaturas, que rara vez bajan de los 25°C, las autoridades de Singapur no permiten que los pasajeros beban agua en el metro. Tampoco les dejan comer y las sanciones no bajan de los 335 euros. Atentos a los carteles, porque las normas en el transporte público de la ciudad son infinitas…
Aquellos (y aquellas) que deseen invertir su sueldo en caprichos propios encontrarán un pequeño paraíso en el Orchard Road de Singapur: dos kilómetros de avenida donde se ubican los hoteles, las tiendas y los centros comerciales con más reconocimiento de la ciudad.
Singapur no se queda corta a la hora de presumir de zoo, de jardín botánico, de rascacielos o incluso de invernaderos. Esta lista, sin embargo, la podría coronar el Aeropuerto de Changi, una de sus infraestructuras más famosas y mejor logradas. La rapidez de su servicio es algo que sorprende a los cerca de 45 millones de pasajeros que recibe actualmente. Y es que en sólo 20 minutos es factible desembarcar, pasar por el mostrador de inmigración y recoger el equipaje facturado. Además, este aeropuerto es un auténtico parque de ocio e incluye jardines de todo tipo (sí, también de mariposas), una piscina, cine, incontables tiendas, sillas de masajes, áreas de videojuegos, etc.