La Academia sueca ha reconocido el trabajo del economista norteamericano Lars Peter Hansen en dos ocasiones. En 2011, lo citó por su contribución cuando los premiados fueron Thomas J. Sargent y Christopher A. Sims, dos de sus mentores y compañeros de profesión. Dos años después consiguió el galardón junto con Eugene F. Fama y Robert J. Shiller por haber creado técnicas econométricas avanzadas que permitían a los investigadores el diseño de modelos matemáticos mejorados. Actualmente, continúa haciendo progresos en una gran diversidad de proyectos porque su objetivo, como ha demostrado a lo largo de los años con su perseverancia, es «ir avanzando aunque no se pueda hacer todo a la vez».
Texto: Berta Seijo
Fotos: Becker Friedman Institute
Para empezar, hábleme un poco sobre sus inicios académicos. ¿Cómo se interesó por la economía? ¿Fue la mejor opción a la hora de combinar dos de sus grandes pasiones: las matemáticas y las ciencias políticas?
Bueno, me llevó un tiempo descubrir la economía. Yo no era un estudiante excelente cuando iba al instituto… Mi logro más notable fue llevar a casa las notas del curso con el siguiente comentario en todas las asignaturas: «No respeta la autoridad». Por lo tanto, cuando tocó ir a la universidad, mi primera opción fue inscribirme en la Universidad Estatal de Utah. Allí estudió y ejercía de rector mi padre, bioquímico de profesión. Sin embargo, tuve la suerte de que algunos de mis profesores observaron que tenía una habilidad natural para las actividades académicas, y me animaron a perseguir mis aspiraciones. Durante mis tres primeros años probé diferentes carreras (matemáticas y ciencias políticas) antes de decantarme finalmente por la economía. Ya en el último curso, opté por realizar el Doctorado en economía.
Y lo hizo en la Universidad de Minnesota. ¿Qué recuerda de aquellos años: lecciones aprendidas, personas que marcaron un antes y un después en su carrera profesional, experiencias vividas, etc.?
Minnesota supuso, por supuesto, un momento muy importante en mis inicios. Me entusiasmaba la idea de poder combinar las matemáticas y la economía, pero también aproveché para realizar varios cursos de otros temas, como la teoría de la probabilidad o la teoría de las funciones de variable compleja, que influyeron mucho en mi pensamiento. Allí también conocí a dos de los investigadores que se convirtieron en mentores con el paso del tiempo: Tom Sargent y Chris Sims. En esa época, ambos empezaban sus brillantes carreras profesionales y me ayudaron muchísimo a la hora de dar forma a mi pensamiento temprano, especialmente en cuanto a las áreas de dinámicas económicas y de econometría de series temporales.
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