Todos estamos de acuerdo en que ser asertivo/a es importante. Cuando conseguimos llegar a acuerdos y reconocer los errores sin lamentarnos, aumentamos la capacidad de relacionarnos con los demás y de ser más competentes profesionalmente. Actuando de forma coherente, somos más creíbles y conseguimos una comunicación efectiva, imprescindible en el entorno personal y en lo profesional.
Olga Vela. Experta en marketing y comunicación corporativa.
Ser asertivo consiste en hacerse valer, ser capaz de plantear y defender un argumento, una reclamación o una postura desde una actitud de confianza en uno mismo, pero sin imponer a los demás, ofenderlos ni, tampoco, claro, ser pasivos. Una frase recurrente que resume claramente qué es ser asertivo y que todos conocemos es: «No decir sí cuando quieres decir no.» Pero ¿por qué tenemos que ser asertivos?
En primer lugar, porque ser asertivo es una habilidad que se puede practicar y, en segundo lugar, porque nos ayudará a ser más autónomos, a gestionar mejor nuestro tiempo, poder elegir y ser más comprometidos. Y así, seguro que mejoraremos la eficacia en el trabajo y conseguiremos plantear esquemas de colaboración y cooperación.
Las relaciones profesionales, sociales o familiares pueden llegar a convertirse en un verdadero dolor de cabeza cuando sentimos que se nos manipula la voluntad y somos incapaces de negarnos. Por eso, si, cuando por ejemplo, un/a compañero/a de proyecto que siempre se escaquea del trabajo de fondo nos pide a nosotros que le redactemos el informe de evolución para un cliente, le podemos responder de tres maneras:
• «Estoy bastante ocupado/a. Pero si no consigues hacerlo, te puedo ayudar.” – Conducta pasiva.
• «Olvídalo. Casi no me queda tiempo para hacerlo. Me tratas como tu secretario/a. Eres un/a desconsiderado/a.» – Conducta agresiva.
• «No, nos lo repartimos. Tú haces una parte y yo la otra. Y la ponemos en común. Estoy cansada de hacer, además de mi trabajo, el tuyo.” – Conducta asertiva.