Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la UPF, Oriol Amat es también el presidente de la Asociación Catalana de Contabilidad y Dirección (ACCID) desde el 2014. Con él hemos hablado sobre los objetivos y retos de esta entidad, que se ha convertido en el punto de encuentro de los profesionales y académicos que trabajan en Cataluña en el ámbito de la contabilidad.
Texto: Berta Seijo
Fotos: ACCID
Para empezar, ¿qué lugar cree que ocupa actualmente la figura del contable? A menudo se afirma que son profesionales infravalorados que no juegan el rol que merecen en las empresas…
La contabilidad entendida con una perspectiva amplia incluye todo lo que tiene que ver con la información financiera y también con el control de gestión. Son dos áreas que están experimentando un importante desarrollo desde hace años. Si hablamos de información financiera, cada día se pide más transparencia y calidad en la información de las empresas, organizaciones y administraciones públicas. Si hablamos de control de gestión, los cálculos de costes, los indicadores y los cuadros de mando también están cada vez más presentes en cualquier organización. Todo esto revaloriza la figura del contable. Hemos pasado del contable «del manguito» de hace unas décadas (en Estados Unidos lo llamaban peanut counters o «contadores de cacahuetes») a profesionales que contribuyen decisivamente a aumentar el valor de las organizaciones en las que trabajan. Una prueba la tenemos también en la figura del Experto Contable acreditado que estamos promoviendo a través del Registro de Expertos Contables de Cataluña, que es una iniciativa conjunta del Colegio de Economistas y del Colegio de Censores Jurados de Cuentas.
¿La calidad y la transparencia de la información que las empresas generan y suministran es algo que depende sólo de los contables? ¿Y cómo se puede garantizar que tanto en el ámbito público como en el privado estas dos premisas se cumplan?
La calidad y la transparencia de la información financiera descansan sobre tres pilares fundamentales. Por un lado, hay que tener una buena regulación contable. En los últimos años, en el ámbito internacional se ha incrementado mucho la regulación para hacer frente a los grandes escándalos (como Enron en el 2000 y Lehman Brothers en el 2008). Comparto la necesidad de más regulación, pero hay que añadir que lo que necesitamos es «buena regulación» y con las Normas Internacionales de Información Financiera parece que se ha incrementado en exceso la información que deben facilitar las empresas y, en muchos casos, es información incomprensible incluso para los propios profesionales de la contabilidad. Le pondré un ejemplo, si una empresa para explicar las cuentas debe publicar una memoria de doscientas páginas y buena parte de ella no es fácil de entender, no vamos bien. Hay que recordar que la mejor manera de no informar es informar en exceso. Sería mejor disponer de informes más cortos pero muy claros e informando de lo que es realmente clave.
En segundo lugar, las empresas deben tener buenos valores, entre ellos, la ética y la Responsabilidad Social Corporativa. Todavía hay demasiadas empresas que priorizan la rentabilidad de los accionistas a corto plazo y los bonus de los ejecutivos. Esto perjudica a los objetivos de ética y transparencia. Y por último, es imprescindible disponer de profesionales competentes en materia de información financiera. Este es uno de los objetivos por los que nació ACCID hace ya catorce años.
“La mejor manera de no informar es informar en exceso”
¿Qué otras mejores prácticas perseguís desde vuestra asociación? ¿Y de qué manera hacen frente a fenómenos como la morosidad o el fraude?
Aparte de fomentar las buenas prácticas en información financiera, trabajamos para mejorar la dirección y el control de la gestión empresarial. Tanto en materia de morosidad como de fraude, contribuimos a la generación de conocimiento con la publicación de trabajos (notas técnicas, manuales, documentos de investigación), la mayoría accesibles para todos a través de la página web, que ayudan a implementar mejores sistemas de gestión que reduzcan la morosidad y también el fraude. En los próximos meses, publicaremos una monografía de la Revista de Contabilidad y Dirección sobre la prevención y detección de fraudes.
¿Me podría indicar algunas de las dificultades que encuentran hoy en día los contables y que hace años no tenían que afrontar?
Los contables afrontan muchos retos hoy en día. Entre ellos destacaría el incremento exponencial de los requisitos de compliance (cumplimiento normativo) y también las innovaciones tecnológicas. Sobre esto último, The Economist publicaba recientemente un estudio que decía que los contables y auditores son dos de las profesiones que pueden verse más afectadas por Internet y la robotización.
¿Qué perfil de colectivos profesionales y académicos ponen en contacto? ¿Incluís ámbitos y sectores empresariales diversos?
ACCID es una asociación que nació con el ánimo de convertirse en un nexo de unión para los profesionales (directivos de empresa, asesores, etc.) y académicos que trabajan en Cataluña en el ámbito de la contabilidad. Hoy en día ya somos más de 10.300 personas de todos los sectores empresariales, sector público y universidades y escuelas de negocios.
“Hemos pasado del contable ‘del manguito’ de hace unas décadas a profesionales que contribuyen decisivamente a aumentar el valor de las organizaciones en las que trabajan.”
Tengo entendido que han ampliado el campo de actuación de la asociación en el mercado internacional. En este sentido, sin embargo, la estructura de la profesión contable varía considerablemente según el país… ¿Es posible hacer sinergias entre estados cuando hay variables como la cultura, el sistema financiero y el tipo de derecho predominante por medio?
Desde ACCID tenemos convenios de colaboración con entidades similares de países de nuestro entorno (Francia, Andorra, Portugal o Reino Unido) con el fin de aprovechar las experiencias de otros países. Aunque parte de la regulación es diferente y también hay diferencias culturales y en el sistema financiero, cada día hay más temas comunes que justifican que la colaboración internacional esté en nuestra agenda y sea una de nuestras prioridades.
“Los contables afrontan muchos retos hoy en día. Entre ellos destacaría el incremento exponencial de los requisitos de compliance y las innovaciones tecnológicas.”