En nuestro país, las actuaciones gubernamentales relacionadas con el medio ambiente dependen del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña, ente encargado de gestionarlas a través de diversos organismos como la Agencia Catalana del Agua. La descubrimos.
Coordinación: Berta Cavia.
En Cataluña tenemos una realidad hidrográfica compleja, con el 90% de la población concentrado en las cuencas internas, donde sólo existe el 60% de los recursos de agua. Esta situación nos obliga a ser muy eficientes en términos de consumo y uso del agua, y por eso hemos hecho del ahorro una consigna. De hecho, somos uno de los países con un consumo doméstico de los más bajos de Europa: tan sólo 113 litros por persona y día de media, mientras que en otros lugares superan los 300-400 litros.
El saneamiento es un pieza clave de las políticas para mejorar el estado y la calidad de los ríos y, incluso, la disponibilidad de agua en casos de sequía, a través de la reutilización indirecta. A finales de la década de los 70, sin embargo, la mayoría de las ciudades catalanas no disponían de depuradora ni de ninguna conexión a un sistema de saneamiento y vertían directamente a los ríos o al mar sin tratar el agua utilizada por la actividad humana e industrial.
Ante esta realidad, la Generalitat de Cataluña contempló la necesidad de dar un paso adelante en el campo del ciclo integral del agua. Con el objetivo de evitar que esta situación perjudicara el desarrollo del país se comenzó a trazar el primer Plan de Saneamiento para construir depuradoras en la mayoría de municipios catalanes. La Generalitat, a través de la administración hidráulica, crea el incremento de la tarifa de saneamiento (ITS), actual canon del agua, y asume el coste de construcción, reposición, mantenimiento y explotación de los sistemas de saneamiento de forma subsidiaria en el mundo local, al tratarse de un tema de interés general de país.
Han pasado más de 25 años desde que con la creación del Departamento de Medio Ambiente en 1991 y el liderazgo del entonces consejero, Albert Vilalta, se dio este impulso estratégico al Plan de Saneamiento para dotar al país de las infraestructuras necesarias para garantizar el tratamiento correcto de las aguas residuales urbanas. En el año 2000 se crea la Agencia Catalana del Agua (ACA), como fusión de la Junta de Aguas con la Junta de Saneamiento y la antigua dirección general de Obras Hidráulicas. De este modo, las competencias de la Generalitat de Cataluña en el ciclo del agua quedan integradas en un solo ente.
En el año 2000 se crea la Agencia Catalana del Agua (ACA), como fusión de la Junta de Aguas con la Junta de Saneamiento y la antigua dirección general de Obras Hidráulicas. De este modo, las competencias de la Generalitat de Cataluña en el ciclo del agua quedan integradas en un solo ente
Aquel plan, con unos objetivos muy ambiciosos, y el esfuerzo ingente realizado (técnico, económico y humano) han hecho posible la recuperación de la calidad ambiental de muchos de los ríos de Cataluña y también de la mejora del estado general de las aguas costeras, como lo acreditan los resultados anuales del programa de vigilancia de las playas de Cataluña, con un 95% de playas de calidad excelente.
Actualmente, Cataluña cuenta con 500 depuradoras en funcionamiento que dan servicio al 97% de la población catalana, un parque de infraestructuras de saneamiento que nos permite garantizar el correcto tratamiento de las aguas residuales de los municipios de más de 2.000 habitantes. La Agencia Catalana del Agua trabaja, a través del segundo escenario del Plan de gestión del agua en Cataluña para impulsar un conjunto de actuaciones para garantizar el 100% del tratamiento de los municipios pequeños o núcleos pendientes que garantizarán el saneamiento en el total de la población de Cataluña.