En el siglo XIX, el éxito profesional era una cuestión de ser capaz de leer y escribir. En el siglo XX, debías ser competente en inglés y tener conocimientos de informática. Ahora, en el siglo XXI, lo que importa es la capacidad de pensar y actuar como un empresario.
NIKOLAUS FRANKE. Director del WU Vienna’s Institute for Entrepreneurship & Innovation y director académico del WU Executive Academy’s Professional MBA Entrepreneurship & Innovation.
Esto se debe a que nunca antes en la historia de la humanidad tuvo el cambio un mayor impacto en los negocios y la sociedad que hoy en día. El cambio crea espacio para la innovación, y los que no pueden adaptarse, no sobreviven. La innovación es la clave para competir con éxito, y para el crecimiento, el progreso y la prosperidad. Pero la innovación no sucede por sí sola. Necesita de personas que sientan pasión por hacer que suceda. Necesitan de alguien que identifique las oportunidades para la innovación, transforme las ideas en productos, servicios o modelos de negocio y les ayude a tener éxito en caso de adversidad.
Estas son las tareas de un empresario, y no pueden ser automatizadas. En un momento en el que muchas profesiones están desapareciendo como resultado de la digitalización, quienes muestren capacidades para la iniciativa empresarial destacarán del resto.
Por supuesto, los emprendedores no solo son necesarios cuando se trata de iniciar negocios. El cambio también está ocurriendo en las áreas de gestión, la administración, la política y la cultura, y esto debe ser considerado como una oportunidad para la innovación.
¿Es posible aprender a emprender? ¡No solo se puede, sino que se debe! Nadie nace con los conocimientos necesarios para identificar y explotar las oportunidades empresariales. Lanzarse a emprender en solitario es posible. Pero tener que cometer todos los errores uno solo es doloroso. Es más fácil aprovechar los conocimientos ya existentes y la experiencia de otras personas.