Muchos fundadores ocupan un segundo plano en sus empresas -o son eliminados- en favor de líderes que se consideran más capaces. Steve Jobs, por ejemplo, fue depuesto en Apple, pero ingenió su propia segunda oportunidad logrando un cambio notable. La mayoría, sin embargo, no tiene esa suerte. ¿Cómo se adaptan los fundadores exitosos a sus roles en evolución? ¿Qué lecciones sobre liderazgo podemos aprender de ellos?
LINDRED GREER. Profesora asistente de Comportamiento organitzativo en Stanford Graduate School of Business.
1. Los fundadores a menudo carecen de experiencia formal de liderazgo. Todos ellos necesitan ir más allá del producto y pensar en sus empleados y en cómo liderarlos y motivarlos. El liderazgo puede ser aprendido por cualquier persona y en cualquier nivel. Busque oportunidades para conectarse con los mentores de liderazgo, gestionar a colegas menores, dirigir proyectos y ensayar sus capacidades. El desarrollo proactivo de las habilidades de liderazgo demuestra una mentalidad de crecimiento que le ayudará a avanzar en su carrera.
2. Los líderes eficaces logran equilibrar la confianza en su propia visión para la empresa con la humildad de invitar y aceptar diversos puntos de vista relacionados con el trabajo. En cualquier nivel, combinar la confianza en las propias habilidades con estar abierto a recibir ayuda, apoyo y dirección de los demás le hará más flexible y más fácil trabajar en equipo.
3. Dos cabezas resuelven problemas mejor que una, pero el liderazgo conjunto generalmente no funciona; los equipos necesitan una sola voz-guía. Si una start-up tiene dos (o más) fundadores, uno debe liderar, y el otro desarrollar roles secundarios claramente definidos desde el principio para reducir el potencial de conflicto.
4. Los abogados del diablo constructivos pueden ser valiosos para cualquier líder porque desafían su pensamiento y garantizan que se consideren diversas opiniones. Debería haberlos en todos los niveles de una empresa, ya que son beneficiosos para la productividad. Esté abierto a puntos de vista nuevos o diferentes en su trabajo cotidiano, y atrévase a ejercer usted también de abogado del diablo con aquellos que le rodean para ayudarles a tomar mejores decisiones.
5. Los líderes deben asegurarse de que cada empleado comparta la visión del fundador, así como los valores y metas de la compañía. La comunicación de liderazgo tiene que ser bidireccional: los mejores líderes se reúnen regularmente con toda la compañía para reforzar su visión y solicitar feedback.
Los mejores líderes piensan como un CEO, no sólo como un fundador; practican la «humildad confiada», aceptan la autoridad de decisión, fomentan -y aprenden de- el conflicto constructivo y abrazan la supercomunicación.