Las empresas hacen bien en fijar pautas de inclusión en su cultura corporativa que rijan la actuación con los clientes y todos los stakeholders y los shareholders. Cuando un parlamento lo regula contribuye a extender la igualdad de trato.
Xavier Torrens. Profesor de Ciencia Política en la UB. Politólogo y sociólogo.
Las empresas desarrollan la responsabilidad social corporativa con un mayor empuje cuando se dan cuenta de que llevar a cabo acciones respetuosas con los derechos humanos y los derechos civiles hace que mejore su propia marca de empresa. Por lo tanto, practicar la RSC (o RSE) es responsable y beneficioso a la vez desde el punto de vista empresarial.
Política y empresa
Cuando un parlamento debate un proyecto de ley para la igualdad de trato y la no discriminación se pretende garantizar la convivencia humana y la cohesión social. Dicha igualdad de trato implica la incorporación a las empresas y a la política de una decena de diversidades humanas que se detallan a continuación.
Primera, la clase social y el estrato social. La ubicación de las personas en la estructura social es uno de los factores que incluye la diversidad humana. La pobreza es uno de los factores que fundamentan la exclusión social y, por tanto, las políticas públicas dirigidas a revertirla son clave, tanto en el mundo de la política como en el mundo empresarial.
Segunda, el sexo y el género. Tanto el sexo (hombre, mujer, intersexual) como el género (masculino, femenino) están presentes desde la inclusión o la exclusión en las empresas. Uno de los aspectos más relevantes es, por ejemplo, la inclusión de las mujeres en los consejos directivos y la gerencia de las empresas.
Tercera, la multiculturalidad. La diversidad cultural es lo que reúne la multiculturalidad en las variables de la cultura, la religión, el color de la piel y el origen nacional. A menudo se confunde de forma restringida con la inmigración, pero la multiculturalidad es más amplia e incluye todo el tema de las minorías culturales, como la comunidad gitana o la comunidad judía, que no son inmigrantes.
La igualdad de trato y la no discriminación tiene por finalidad evitar cualquier expresión que atente contra la dignidad de las personas, que se vulnera cuando se conculca el libre desarrollo de la personalidad, que dispone de al menos 10 diversidades
Cuarta, la orientación sexual. Garantizar los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero se convierte en otro de los retos de la diversidad.
Quinta, las discapacidades físicas y sensoriales. Incluye las personas ciegas y con discapacidades visuales, las sordas y con discapacidades auditivas, las tetrapléjicas y de otra diversidad funcional.
Sexta, las discapacidades psíquicas y enfermedades mentales. Es uno de los aspectos con una mayor estigmatización. La depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y otros trastornos mentales conforman esta diversidad.
Séptima, la ideología. Es una de las diversidades más invisibles, y, a la vez, de las más presentes en las discusiones en nuestro país. El pluralismo ideológico ante la pluralidad ideológica debería ser la pauta de la cultura democrática, pero es frecuente la hostilidad hacia la convivencia entre personas que piensan ideológicamente y políticamente diferente.
Octava, las aptitudes de aprendizaje y los trastornos del desarrollo. Las personas superdotadas o con altas capacidades, con síndrome de Tourette, con trastorno de déficit de atención e hiperactividad y otros.
Novena, los trastornos orgánicos. La inclusión de trastornos del organismo humano, como las personas celíacas, intolerantes a la lactosa, diabéticas, etc.
Décima, la edad. Hoy en día la tercera edad y la cuarta edad representan, de hecho, la novena y la décima edad, después del largo recorrido por la lactancia, la infancia, la prepubertad, la pubertad, la adolescencia, la juventud, la adultez joven, la adultez, la tercera edad y la cuarta edad.
La RSC o RSE
La responsabilidad social corporativa tiene bastante que ver con todo lo que reúne una regulación sobre la igualdad de trato y la no discriminación. Porque la responsabilidad social empresarial está imbricada en medidas que incluyan la gestión de la diversidad. Que, de hecho, es, en buena medida, la implementación de la gestión de la diversidad en toda su amplitud, además, claro, de la gestión ambiental y de otras temáticas añadidas.
Potencial
Es necesario que las empresas tomen conciencia de las pérdidas económicas que se producen cuando no se presta atención a la diversidad. La razón principal radica en que se pierden personas con muchas y múltiples potencialidades sólo por el hecho de disponer de una diversidad minoritaria y entonces se ven excluidas, discriminadas o menospreciadas.
A modo de ejemplo, cuando una empresa huye de contratar a una mujer discapacitada física y no se da cuenta que dicha mujer tiene altas capacidades, entonces la empresa pierde un gran potencial humano. Por un lado, no dispone de buena formación, porque entonces sabría que la diversidad funcional significa que una persona puede tener una función -en este caso, la movilidad- reducida, pero puede tener otra función -en este ejemplo, la intelectual- más alta que la media. Por otra parte, se priva de las altas capacidades de la mujer que no ha contratado.
Otro ejemplo, este sobre los clientes. Un supermercado o un restaurante que tiene en cuenta en sus productos la gama alimentaria sin gluten gana un potencial perfil de consumidor que, de otra manera, podría perder.
Win-win
La gestión de la diversidad en la empresa es lo que se conoce como situación win-win, ganar-ganar o todos ganan. Gana tanto la persona a la que se presta atención a la diversidad como también gana la empresa que ha sabido hacerse con la potencialidad humana, gracias a la inclusión de su diversidad.