PSA (Peugeot SA) anunció el 6 de marzo de 2017 la adquisición de Opel para convertirse en el número 2 de la industria automovilística europea. A través de este ejemplo, analizo las ventajas y riesgos de las fusiones y adquisiciones en la industria automovilística europea a la luz de los retos actuales.
ISABELLE CHABOUD. Profesora asociada de Análisis Financiero, auditoria y gestión de riesgos de Grenoble École de Management.
Ganancia de mercado. Las principales ventajas de esta adquisición son la ganancia de cuota de mercado y la complementariedad de Opel y Vauxhall con las marcas francesas (Peugeot, Citroën y DS) debido a la escasez de cross-shopping. El nuevo grupo se convertiría en el segundo mayor fabricante de automóviles europeo con una cuota de mercado del 17%.
Riesgo financiero. No se espera que el precio de compra de 2.200 millones de euros tenga un impacto significativo en la posición de caja del Grupo. Sin embargo, Opel «quema 1.000 millones de euros de efectivo al año» y la compañía sigue experimentando pérdidas. Aunque la dirección de PSA espera que Opel / Vauxhall sea rentable para 2020 y que regrese un flujo de caja libre positivo en esa fecha, no se esperan sinergias significativas antes de 2026.
Riesgo estratégico en la internacionalización. También existe un riesgo estratégico, ya que esta adquisición será indirectamente perjudicial para otros mercados geográficos internacionales más prometedores, como, por ejemplo, Irán.
Dificultades para afrontar otros desafíos clave importantes. Esta M&A ocurre en un momento en que todos los fabricantes de automóviles se están transformando en «proveedores de movilidad». Tienen que adaptar su modelo de negocio, ofrecer nuevos productos y servicios y, por tanto, deben invertir fuertemente en vehículos eléctricos y vehículos autónomos. Por último, no podemos eliminar el riesgo operativo: el desarrollo de plataformas comunes entre Opel y PSA, a pesar de todas las garantías de su CEO, podría tener un impacto en el empleo más allá de 2018.