Valentín pich rosell. Presidente del Consejo General de Economistas.
Shadow banking o banca en la sombra hace referencia a la aparición de nuevos actores en el proceso de desintermediación financiera, mediante el cual los agentes de la economía dejan de utilizar los servicios de intermediarios bancarios para realizar los movimientos de sus cuentas financieras. Según el Consejo de Estabilidad Financiera (Financial Stability Board – FSB), el cual reúne a autoridades nacionales responsables de la estabilidad financiera, instituciones financieras internacionales, agrupaciones internacionales de reguladores y supervisores, comités de expertos de los bancos centrales y al Banco Central Europeo (BCE), la banca en la sombra “consiste en la intermediación de crédito con entidades y actividades fuera del sistema bancario regulado”.
Según el Consejo de Estabilidad Financiera, la banca en la sombra “consiste en la intermediación de crédito con entidades y actividades fuera del sistema bancario regulado”
En un sentido amplio, podemos incluir dentro del concepto de banca en la sombra a todas las instituciones financieras no bancarias, excepto a las empresas de seguros y los fondos de pensiones. De forma específica se incluyen en él los fondos de inversión del mercado monetario, los fondos de inversión distintos de los fondos del mercado monetario, las sociedades instrumentales dedicadas a operaciones de titulización de activos y otras instituciones financieras.
Según reconoce el BCE en su informe anual correspondiente al ejercicio de 2015, la banca en la sombra se está convirtiendo en un proveedor de financiación cada vez más importante dentro de la eurozona. Para este organismo supervisor, representa una fuente significativa de riesgo potencial para la estabilidad del sistema financiero en la zona euro, de ahí que requiera un atento seguimiento.