A principios de 2017 tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial han publicado documentos de actualización de sus previsiones económicas.
Joan Tugores Ques. Catedrático de Economía de la UB.
fmi: Entre los rasgos destacados que durante 2017 habrá que seguir para valorar si se ratifican o alteran, cabe recalcar:
- Una dosis de incertidumbre más elevada que en otros años, no sólo –y no tanto– por causas económicas sino políticas. En particular las denominadas hiper-incertidumbres (por parte del profesor Eichengreen) acerca de la política de Estados Unidos y las respuestas de otros países, además del precio del petróleo y de contingencias geopolíticas.
- Un tono ligeramente al alza de las previsiones del conjunto de la economía mundial, que dejarían a 2016 como un año de mínimo crecimiento desde 2012, sujeto a las mencionadas incertidumbres.
- Una expansión a corto plazo más importante en Estados Unidos que en otros países avanzados, incluida la zona euro.
- Una desaceleración suave en China compensada por altas tasas de crecimiento en India y mejores perspectivas en otros lugares, incluida América Latina, que conducirían al alza al conjunto de las economías emergentes y en desarrollo.
BM: Las previsiones del Banco Mundial, por su parte, van sustancialmente en la misma línea. La figura adjunta muestra la evolución según ese organismo tanto del conjunto de la economía mundial como de los dos importantes grupos de los países avanzados, por un lado, y las economías emergentes y en desarrollo, por otro. Un dato que destaca y que habrá que seguir para ver si se confirma (o no) es que el diferencial de crecimiento en favor del segundo grupo, que fue muy notable antes de la crisis y que desde 2012 se venía reduciendo, habría alcanzado un mínimo en 2015-2016 para volver a ensancharse desde 2017. De nuevo, las dimensiones económicas y las geopolíticas asociadas a estos datos se entrecruzan.