Asistimos a una nueva transformaciĆ³n en la gestiĆ³n de personas en nuestras organizaciones. Este cambio viene definido por la necesidad de entender mejor la experiencia subjetiva que viven los empleados en relaciĆ³n con la organizaciĆ³n para la que trabajan y actuar en consecuenci
David Barroeta. Director de Personas de Opticalia y profesor de IE Business School.
Cada dĆa mĆ”s empresas apuestan por obtener ventaja competitiva a travĆ©s de la gestiĆ³n de la experiencia de sus clientes. Pero para conseguirlo es imprescindible lograr la mĆ”xima implicaciĆ³n de todos los empleados, pues todos ellos intervienen en esa experiencia que queremos entregar. Es muy difĆcil que una organizaciĆ³n consiga generar un alto impacto en los momentos e interacciones que configuran la experiencia del cliente si no es a travĆ©s del convencimiento y la voluntad de todos los actores que participan.
ĀæY cĆ³mo influye esto en la gestiĆ³n de recursos humanos? Veamos: si con los clientes queremos establecer un modelo de relaciĆ³n determinado, porque sabemos que solo de esta manera podemos generar los comportamientos de compra y recomendaciĆ³n deseados, parece lĆ³gico que, si queremos generar unos determinados comportamientos en nuestros empleados, nos preocupemos tambiĆ©n de hacerles vivir una experiencia especĆfica a travĆ©s de un modelo de relaciĆ³n igualmente satisfactorio.
La gestiĆ³n de las personas se acerca cada dĆa mĆ”s a la gestiĆ³n que hacemos de nuestros clientes, tanto por la manera en que entendemos el modelo de relaciĆ³n a establecer con los unos y con los otros, como por la necesidad de alinear la experiencia de ambos
ĀæQuĆ© cambia entonces con respecto al modelo de gestiĆ³n de RR. HH. al que estamos acostumbrados? Bastantes cosas. Pero hay una que es esencial: en adelante nos haremos con mayor frecuencia preguntas acerca de la experiencia subjetiva de nuestros empleados con respecto a su interacciĆ³n con nuestra organizaciĆ³n; cĆ³mo se vive, por ejemplo, el proceso de selecciĆ³n y onboarding, la gestiĆ³n que hacemos de su desempeƱo, cĆ³mo encajamos en su vida, en sus valores, etc. En definitiva, cuĆ”l es su āexperiencia como empleadoā. Nuestra gestiĆ³n, por tanto, estarĆ” dirigida a mejorar esa experiencia como vĆa eficaz para lograr su implicaciĆ³n y compromiso.