He podido comprobar en muchas ocasiones como las compañías no siempre han considerado a las tecnologías como un elemento clave del negocio, sino como un coste a minimizar, en lugar de una inversión para añadir valor a la empresa y a sus clientes finales. Actualmente, con la disrupción que están ocasionando las tecnologías digitales, esta forma de pensar se está revirtiendo y hay un nuevo enfoque donde se les empieza a prestar más atención.
Alejandro Ruiz. Director ejecutivo del MSc in Digital Project Management & Consulting en ESCP Europe Madrid campus.
EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA VENTAJA COMPETITIVA SOSTENIBLE INTERVIENEN TANTO FACTORES EXTERNOS COMO INTERNOS. Los primeros, tienen relación con la anticipación y respuesta a cambios en el entorno y requieren habilidades para poder detectarlos, responder de forma rápida y aprovechar la oportunidad descubierta. Los segundos – los internos- se refieren a la consecución de eficiencias, es decir, a la calidad, la capacidad de satisfacción del cliente y a la innovación tanto en servicios como de productos.
Tras el análisis de estos factores, identificamos cómo las tecnologías digitales pueden facilitar o amplificar éstos, y constatamos que la digitalización se ha convertido en un factor imprescindible a la hora de desarrollar ventajas competitivas sostenibles de negocio.
La analítica de datos predictiva y el big data permiten detectar cambios en el entorno y, por tanto, anticiparse y aventajar a los competidores. La automatización de los procesos y la utilización de chatbots en las interacciones con los clientes facilitan conseguir importantes eficiencias, al mismo tiempo que aumentan la satisfacción del cliente. La aplicación de sensores y su conexión a un sistema central (Internet of Things) posibilitan monitorizar en tiempo real el rendimiento de muchos productos, conocer su estado, planificar su mantenimiento y, en definitiva, mejorar su calidad. El uso de dispositivos móviles viabiliza a las compañías innovar en los servicios a sus clientes, creando distintas formas de interactuar con ellos, recabar su opinión y asegurar que su experiencia de usuario es lo suficientemente buena para fidelizarlos.
Estudios recientes demuestran que las empresas que invierten e innovan con las tecnologías digitales tienen un incremento de entre el 3% y el 7% de sus ingresos. Por tanto, las compañías deben ser conscientes de que la digitalización es un elemento clave e imprescindible en la construcción y sostenibilidad de sus ventajas competitivas, sin la cual el éxito empresarial no está asegurado.