Para poder comparar las magnitudes de diferentes países hay que pasarlas a una moneda común, lo que se puede hacer a través del tipo de cambio.
MAITE CANCELO. Vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Economistas de A Coruña y en el Consello Galego de Estatística.
Esta transformación puede ser problemática cuando la moneda de un país se fija de manera artificial o cuando hay grandes diferencias de precios.
Por eso, cuando queremos comparar el PIB de países económicamente más desarrollados con mayores niveles de precios que los menos desarrollados, lo solemos expresar en dólares según las PPP.
Las PPP (Purchasing Power Parity), en español Paridades de Poder Adquisitivo o de Compra (PPA o PPC), son unos tipos de cambio que igualan el poder de compra de las monedas. Nos permiten comparar algunas magnitudes, como el PIB, convirtiéndolas en una moneda común y, sobre todo, eliminando las diferencias de los niveles de precios entre países. Su elaboración parte de la Teoría del poder adquisitivo que señala que un dólar debe comprar la misma cantidad de bienes y servicios en cualquier país, y se calcula en base a los diferentes precios de una cesta de productos. Su aplicación también permite analizar en qué medida una moneda está depreciada con relación al dólar.
Así, si cogemos el informe publicado por el FMI en abril de este año, y comparamos el PIB per cápita del año 2017, medido en dólares y PPP, vemos que en España alcanzó un valor de 38.286 dólares por habitante y en Italia de 38.140. Sin embargo, si eliminamos el efecto de las paridades y pasamos a dólares con el tipo de cambio, en España el PIB baja a 28.359 dólares por habitante, situándose por debajo de los 31.984 dólares por habitante de Italia. Esta diferencia lo que está reflejando es la desigualdad en el poder adquisitivo que se produce en ambos países, ya que en España el nivel de precios es inferior al italiano lo que provoca que, con menos renta, podamos comprar más bienes y servicios por lo que, en última instancia, nuestra renta real sea mayor.