Hoy es 22 de febrero, día que nos recuerda que aún queda mucho camino por recorrer para consolidar la igualdad retributiva entre hombres y mujeres. Y es que, en España la brecha salarial se sitúa en el 22,86%, por lo que más de siete millones de mujeres cobran casi 6.000 euros de media menos al año que sus homólogos masculinos.
El 22 de febrero se commemora el Día Europeo de la Igualdad Salarial, una fecha en la que la UE recuerda que las mujeres europeas cobran de media un 15% menos que sus compañeros varones y que deben trabajar 418 días para igualar el sueldo que los hombres reciben en un año. En España, según se desprende de un estudio realizado por la UGT, la brecha salarial es aún mayor, se sitúa en el 22,86%, y provoca que más de siete millones de españolas cobren casi 6.000 euros de media menos al año que sus compañeros de trabajo. Cabe destacar que los sectores en los que las mujeres están peor retribuidas son las actividades administrativas y de servicios auxiliares, y las profesiones científicas y técnicas.
En España, la brecha salarial es aún mayor que en Europa: se sitúa en el 22,86%, y provoca que más de siete millones de españolas cobren casi 6.000 euros de media menos al año que sus compañeros de trabajo
La pobreza tiene rostro de mujer
Hablamos de una desigualdad que provoca que las mujeres cotizen menos a la Seguridad Social. Y si sumamos esto a otros factores como la precariedad en las condiciones laborales de muchas de ellas (sobre todo en los contratos a tiempo parcial), el hecho de que sus carreras profesionales se vean interrumpidas frecuentemente por la maternidad u otras responsabilidades familiares, o las dificultades que afrontan para conciliar la vida laboral con la personal, no es de extrañar que el concepto “feminización de la pobreza” sea cada vez más necesario para describir lo que está ocurriendo en nuestra sociedad.
Para el líder de UGT, Pepe Álvarez, “no hay justificación para que un trabajo de igual valor no se remunere de igual manera para hombres y mujeres”. Asismimo, ha insistido en la necesidad de poner en marcha una ley de igualdad salarial que incluya el concepto de trabajo de igual valor y que recoja sanciones “ejemplarizantes” para que la igualdad salarial “sea un hecho”.