Defensor a ultranza de un modelo de banca comprometida con las personas y el planeta durante más de 30 años, Peter Blom cree que podemos cambiar el mundo gracias a hacer un buen uso del dinero. Nos lo explica en esta entrevista en la que nos descubre cómo se gestiona la cara más humana de las finanzas.
Texto: Emma Bouisset
Fotos: Triodos Bank
“Un banco no es un negocio ordinario”
Desde su creación, Triodos Bank siempre ha defendido que el beneficio no es su prioridad y que lo que desean es conseguir un “impacto real y cambiar el mundo a través del dinero, un cambio que se consigue con la gente”. ¿Tras 20 años como CEO al frente de la institución sigue considerando que esto es posible? ¿Puede un banco operar siguiendo estos principios?
Así es. Y la prueba es que a lo largo de estos años hemos logrado un buen crecimiento. Crecer, para nosotros, significa impactar en o financiar a un número cada vez mayor de empresas e instituciones que trabajan por la sostenibilidad. Así que creo que es absolutamente posible. De hecho, a mi parecer, concentrarse únicamente en obtener beneficios a corto plazo es un peligro. El beneficio es un resultado, no una condición previa. Ahora bien, esto no significa que no sea importante que un banco obtenga ganancias o no. Lograr un beneficio lo más estable posible debe ser parte de la proposición del banco, pues el beneficio es importante, pero tiene que ser una condición en la que se trabaje, no el objetivo principal.
Los números, efectivamente, le dan la razón. En poco menos de cuatro años Triodos Bank ha doblado prácticamente el número de cuentas y depósitos de clientes que gestiona (pasando, respectivamente, de 454.927 y 4.594 en 2012 a 759.738 y 8.025 en 2016). ¿Qué factores cree que explican el creciente interés de los ciudadanos por este nuevo modelo de banca sostenible?
Creo que desde la crisis todos nos hemos percatado de que ser parte de un sistema financiero es algo muy vulnerable. Además, los bancos desempeñan un rol crítico, y si no están bien organizados también se vuelven vulnerables. Así que se ha producido una mayor concienciación acerca de cómo se organiza la economía y del hecho que debemos abordarla desde una perspectiva mucho más consciente, algo que cuadra perfectamente con nuestra postura.
También las entidades convencionales parecen haber tomado buena nota del sentir de los ciudadanos y, hoy en día, asistimos a un acercamiento de estas entidades a su modelo de negocio con campañas en las que apelan a la empatía y al diálogo con sus clientes. ¿Cómo valora usted esta tendencia? ¿Estamos realmente asistiendo al nacimiento de un tipo de finanzas más humanas?
Esperemos que ese sea el caso, aunque yo todavía no estoy del todo seguro. Lo que sí veo es que hay una generación de jóvenes banqueros de otras instituciones que también sostienen que la banca debe ser algo más que juntas directivas generando dinero con dinero. Así que creo que es una tendencia muy positiva. Sin embargo, también es evidente que muchas de las acciones por una economía verde y sostenible que realizan estos bancos se publicitan mediante grandes campañas de marketing, y lo que sería realmente interesante es ver, también, no solo este 1% de lo que hacen “en verde”, sino ese 99% que todavía no es sostenible y sobre el que tienen una responsabilidad. Para ellos se abre, pues, un verdadero período de transición, y creo que deberíamos y deberían ser muy honestos al respecto. Y aunque entiendo que este cambio (que tiene que suceder en los próximos cinco a 10 años) no puede hacerse de la noche a la mañana, creo que deben tomárselo muy, muy en serio.
“Desde la crisis todos nos hemos percatado de que ser parte de un sistema financiero es algo muy vulnerable.”
Defender, prácticamente en solitario y a contracorriente, un modelo de banca sostenible durante 20 años no debe de haber sido fácil. ¿Cómo se lidera este tipo de institución? ¿Con qué argumentos e incentivos se motiva al equipo?
Nosotros jamás hemos pagado bonus. Esto es algo que financieramente nunca se ha debatido. Quienes trabajan en Triodos Bank lo hacen porque les gusta el significado de su trabajo, el significado para la sociedad, pues es un trabajo significativo. Y eso no ocurre solo en Triodos Bank. Las generaciones más jóvenes prefieren trabajar en ocupaciones que sean significativas, no solo en trabajos bien pagados. En ese sentido, Triodos Bank ha jugado con ventaja en estos últimos 10-20 años, y creo que en el futuro todavía lo hará más, pues ofrecemos un empleo que contribuye a la sociedad de manera sostenible. Y no solo desde un punto de vista ecológico u orientado a las personas, sino sostenible también desde el punto de vista financiero. Ofrecemos la posibilidad a nuestros trabajadores de hacer lo que realmente quieren hacer. Y ello marca la gran diferencia.
¿Contar con una estructura directiva relativamente sencilla es, tal vez, uno de los puntos fuertes de Triodos Bank?
Bueno, más bien diría que una de nuestras fortalezas es que contamos con una base de valores muy coherente y sólida. Como banco europeo que somos, trabajar en un entorno internacional es complicado: somos una Europa y varias nacionalidades a la vez. Así que compartir unos mismos valores es de gran ayuda.
Por otro lado, seguro que en más de una ocasión ha tenido que tomar decisiones difíciles. ¿Cuáles destacaría? ¿Volvería a tomarlas?
Efectivamente, he tenido que tomar muchas decisiones difíciles. Pero creo que las que suponen un mayor desafío son aquellas relacionadas con las personas. Para formar parte de Triodos Bank hay que ser un buen profesional de banca y estar asimismo perfectamente alineado con nuestros valores; esto es crucial y, también, algo relativamente nuevo. Hay banqueros muy profesionales que no entienden nuestros valores. Y al revés: personas completamente entusiasmadas con los valores, pero que no llegan a convertirse en verdaderos banqueros. Y, aunque no es fácil porque sus intenciones son muy positivas, tienes que invitarles a marcharse y no trabajar en Triodos Bank. En mi opinión, esa es una de las decisiones más difíciles, pero hay que tomarla.
¿Cree que la pérdida de conexión del dinero con la economía real es el mayor riesgo al que se enfrenta hoy en día nuestra sociedad?
Yo no lo expresaría así. Creo que el mayor riesgo actual es el cambio climático y, en este sentido, sobre todo sus consecuencias para las personas. Y creo que los banqueros siempre se han distanciado de este asunto. Se han sentado detrás de sus pantallas a observar la evolución del mercado. Ahora, sin embargo, es muy importante que el mundo financiero dé un paso al frente para crear una economía real sólida para las próximas décadas teniendo en cuenta el desafío mayúsculo que para nuestra sociedad supone el cambio climático y la reducción de la biodiversidad. Y es que la industria financiera puede ayudar realmente a cambiar la economía. Los bancos pueden ayudar mediante la asignación de dinero en la dirección correcta que permita pagar la transición hacia una sociedad más sostenible. Porque si la industria financiera no lo hace, creo que realmente pondremos en peligro el futuro del planeta y, también, el futuro de las personas. Tenemos una gran responsabilidad.
“Sin confianza la banca es casi imposible, claro, pero el valor más importante para un banquero debe ser la vocación de servicio por ayudar a las personas a emprender y desarrollarse de forma sostenible.”
¿La confianza es el valor más importante en banca?
Yo diría que la confianza es un resultado. Sin confianza la banca es casi imposible, claro, pero el valor más importante para un banquero debe ser la vocación de servicio por ayudar a las personas a emprender y desarrollarse de forma sostenible. Y el resultado, si lo haces en consecuencia, al 100% y con total transparencia, es la confianza. En el caso de Triodos Bank, yo diría que nuestros casi 700.000 clientes confían en nosotros porque ven que hacemos lo que decimos y realmente creemos en ello; no es solo una cuestión de marketing.
Ustedes afirman que “de las crisis podemos aprender”. ¿Qué lecciones han sacado de esta última?
Bueno, como hemos comentado antes, creo que todos hemos aprendido que los bancos deben ser monitorizados, transparentes y tener un propósito real más allá de, simplemente, ganar dinero. Y es que, hoy en día, es muy importante que los bancos expresen con sus propias palabras cómo quieren contribuir al desarrollo de la sociedad. De la crisis, pues, creo que hemos aprendido que un banco no es un negocio ordinario. Un banco se encuentra entre lo público y lo privado: si las cosas van mal, no desaparecen, los gobiernos vienen en su ayuda, pues son de interés público. Pero tampoco queremos que todos se conviertan en bancos estatalizados. Lo que sí queremos es que estén cerca de la economía real, de las necesidades de los emprendedores. Así pues, existe un rol intermedio para los bancos, y creo que nos hemos vuelto mucho más conscientes de él y hemos aprendido mucho mejor lo que significa. Y significa una mejor capitalización. Significa ser más transparente. Y eso significa, también, más regulación. Aunque, a veces, creo que la regulación se ve como la respuesta a todo, y yo tengo mis dudas sobre si es realmente así. Creo que es mucho más importante que equilibremos más regulación con más propósito. Los bancos tienen que ser mucho más explícitos sobre qué tipo de rol quieren desempeñar en la sociedad, y luego podremos lidiar con el nivel actual de regulación, porque, al final, la regulación es solo una forma de contrato.
En Triodos Bank, y cito sus palabras, “creemos en un enfoque real a largo plazo”. Pues bien, dígame, ¿cuáles son sus perspectivas de futuro para los próximos cinco a 10 años?
Creo que Triodos Bank será un movimiento todavía mayor. Hoy somos 700.000 personas y la cifra de quienes nos conocen, además de nuestros clientes, crece cada año. Así que creo que en cinco o 10 años el movimiento crecerá. Lo que quiero decir con esto es que somos muy cercanos: ayudamos a las personas a administrar su dinero de maneras más cautelosas. Hoy, sobre todo, a través de inversiones, pagos, ahorros y préstamos. Y creo que en el futuro realizaremos más actividades, tal vez pensiones. Estas son mis perspectivas de futuro: una relación cada vez más cercana e intensa con nuestros stakeholders y con nuestros clientes.
Y, usted, personalmente, ¿dónde se ve dentro de 10 años?
Tengo 61 años, así que no apostaría nada a que siga como CEO de Triodos Bank dentro de 10 años. Creo que hay una nueva generación fantástica que realmente podrá liderar el banco para entonces. Y, de hecho, supongo que de algún modo ya está pasando. Pero la banca sostenible, la banca basada en valores es mi vida, así que, aunque en menor capacidad, seguiré vinculado a ella, por lo que no tiene que preocuparse por eso.
El holandés Peter Blom (1956) empezó a trabajar en Triodos Bank en el año de su fundación, 1980, y en 1989 entró a formar parte de su Junta Directiva para, en 1997, tomar las riendas como CEO de esta institución bancaria europea cuya misión es lograr un cambio positivo a través del dinero. Y es que en Triodos Bank apuestan por una forma de banca más humana y transparente en la que el beneficio social sea tan parte de la toma de decisiones como el riesgo y el rendimiento más tradicionales. Blom, además, también es presidente del Consejo Directivo de la Global Alliance for Banking on Values, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Bancaria Holandesa y copresidente del Consejo del Sustainable Finance Lab. Asimismo, en agosto de 2017, fue nombrado nuevo miembro del Comité Central de Planificación de la Oficina de Análisis de Política Económica de los Países Bajos (CPB).