Delegar sigue siendo un verbo bĆ”sico para una buena gestiĆ³n, sin embargo, no se conjuga tan a menudo cĆ³mo se debiera. Pensemos, si no, en el alto nĆŗmero de ejecutivos estresados y superados por su trabajo y sus funciones.
SUSANA GUTIĆRREZ. Directora de RR. HH. de General Ćptica (EspaƱa y Portugal).
ĀæQuĆ© deberĆamos tener en cuenta para poder delegar realmente?
- Delegar genera miedo. Centramos todo lo que sucede en nuestra persona, en parte por nuestra propia inseguridad: āAcabo antes si lo hago yoā. En el fondo, subyace el temor a perder el control y el miedo a dejar de ser imprescindibles y/o a equivocarse. Sin embargo, los errores forman parte del aprendizaje, abren puertas a nuevas ideas y soluciones y, sobre todo, facilitan el conocimiento y aprendizaje conjunto.
- Delegar genera beneficios, pues permite: invertir nuestro tiempo en las funciones que aportan mƔs valor; distribuir equilibradamente la carga de trabajo en el equipo; desarrollar a nuestros colaboradores y aumentar el compromiso con resultados.
- Delegar es posible. Las matrices de delegaciĆ³n (Michael Hyatt) pueden sernos de utilidad. Identifiquemos el nivel de pasiĆ³n -cuĆ”nto disfruto de la tarea- y el nivel de competencia ālo bueno que soy en esa tarea- y, a partir de aquĆ, decidamos quĆ© delegamos y quĆ© no, de manera consciente y prĆ”ctica.
- Una delegaciĆ³n efectiva y real requiere unos principios bĆ”sicos: a) confiar en quien delegamos; b) dar responsabilidad y autoridad sobre las tareas; c) facilitar toda la informaciĆ³n posible desde el inicio, fijar objetivos concretos y resultados esperados; d) ofrecer guĆa y consejo sin interferir, pero estando disponibles en caso de duda y/o problemas; y e) reconocer el trabajo y esfuerzo realizados por el equipo.
- Aspectos a evitar para delegar bien: a) finalizar tareas delegadas o cambiar responsables a mitad de proyecto sin justificaciĆ³n clara. Esto genera frustraciĆ³n, inseguridad y baja autoestima en los equipos; b) decir al detalle cĆ³mo se debe hacer el trabajo encomendado; y c) estar permanentemente encima del nuevo responsable. Supervisar es necesario, pero āno dejar respirarā, no.
- No todo se puede delegar. La definiciĆ³n de la misiĆ³n y visiĆ³n de la compaƱĆa, la construcciĆ³n de la cultura corporativa, la estrategia de comunicaciĆ³n, la gestiĆ³n de situaciones de crisis y por supuesto, la responsabilidad Ćŗltima sobre resultados y el liderar con el ejemplo son puntos claves que no se deben delegar.
ĀæLo intentamos, una vez mĆ”s?
Delegar es dar poder o responsabilidad a otro para que actĆŗe en representaciĆ³n nuestra y una habilidad bĆ”sica de los gestores de Ć©xito. El delegador eficaz emplea tiempo planeando asignaciones de tareas, organizando los recursos para alcanzar sus metas de la manera mĆ”s eficaz y eficiente posible. Al hacerlo, el gestor transfiere poder y autoridad a otra persona, pero no la responsabilidad Ćŗltima sobre los resultados.