Antoni Gómez. Presidente del Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Cataluña.
Los estados financieros constituyen un documento básico respecto de la situación financiera y los resultados. No obstante, las cifras que relacionan diversas magnitudes del Balance y/o de la Cuenta de Pérdidas y Ganancias ofrecen una imagen más significativa.
Específicamente, cuando hablamos de endeudamiento, las magnitudes absolutas tienen poca significación en sí mismas, ya que serán más o menos razonables dependiendo de otras cifras del balance o incluso de la cuenta de resultados.
Cuando queramos analizar algunos aspectos concretos de la situación de una empresa, utilizaremos ratios u otros indicadores. Existen multitud de ratios e indicadores posibles. Simplemente se trata de relacionar dos magnitudes con el fin de que su relación tenga mayor significación. Por decantarnos por tres, sugeriríamos:
1- Endeudamiento sobre Activos totales. Compara las deudas a largo y a corto plazo (Pasivo No Corriente y Pasivo Corriente) con el total del activo o del pasivo, que obviamente es la misma cifra. Nos indica qué proporción del total del activo está financiada por recursos ajenos.
2- Ratio del Fondo de Maniobra. Aunque se puede expresar como diferencia entre Activo Corriente y Deudas a corto Plazo, gana significación si lo calculamos como ratio. Nos indica cuál es el valor del Activo Corriente que cubre el Pasivo Corriente.
3- Capacidad de retorno de la deuda: EBITDA/ Pasivo No Corriente o Endeudamiento a largo plazo. Mide la capacidad de devolución de la financiación a largo plazo con los recursos financieros que se generan.
Adicionalmente otros indicadores pueden ayudarnos a explicar la razón de las cifras ofrecidas por estos, por ejemplo, el periodo de maduración.
Independientemente de la información que nos ofrezcan los indicadores que calculemos, debe analizarse su evolución en el tiempo y su comparación con otras empresas semejantes, tanto en cuanto a sector y actividad, como en cuanto al tamaño.