TERESA RASERO. Presidenta de AEGE (Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía).
Las 26 industrias básicas -siderúrgicas, metalúrgicas, químicas, de gases industriales…- que componen AEGE emplean a 186.000 personas, exportan más del 60% de su producción, son innovadoras y dedican importantes inversiones a mejorar la eficiencia energética, esfuerzos alineados en la lucha contra el cambio climático. Son industrias extremadamente sensibles al precio eléctrico: su factura representa entre el 10% y el 50% de sus costes de producción. Por ello, para poder disminuir los costes eléctricos desarrollan continuas mejoras de procesos y proyectos de eficiencia energética que tratan de optimizar el ratio del consumo eléctrico por tonelada de producto fabricado. Algunas de estas fábricas españolas son líderes mundiales en su sector en innovación y eficiencia energética, sin embargo, esas importantes mejoras se han diluido con el encarecimiento del precio eléctrico.
En 2017, debido al diferencial del precio del mercado eléctrico, las empresas asociadas en AEGE pagaron 450 millones de euros más que sus competidores alemanes por el mismo consumo eléctrico. Es importante recordar el gran efecto tractor de la industria básica en la que, como reflejan solventes estudios, cada euro invertido supone entre 2,2 y 2,5 euros de creación de riqueza en el país. Si este sobrecoste se hubiera podido dedicar a aumentar inversiones en eficiencia e innovación su impacto hubiera sido muy beneficioso para la economía de España
La industria electrointensiva está seriamente comprometida con la descarbonización de la economía y la garantía del suministro eléctrico. Su patrón de consumo es vital para aplanar la curva de la demanda eléctrica y reducir la punta de consumo, lo que la convierte en una alidada de las energías renovables, porque su papel favorece la integración en el sistema eléctrico de estas fuentes de generación, facilitando así el cumplimiento de los objetivos de nuestro país en los acuerdos internacionales de lucha contra el cambio climático.
Una energía respetuosa con el clima
El nuevo marco hacia una economía baja en carbono debe contemplar que la industria electrointensiva es clave para la mejora de la eficiencia energética, que ayuda al operador del sistema a gestionar la demanda y a mantener la seguridad de suministro con el servicio de interrumpibilidad los 365 días del año, y que facilita la integración de energías como la eólica y solar fotovoltaica. El ratio punta-valle del sistema eléctrico español es de 2, y el de las de las industrias asociadas en AEGE solo de 0,67 debido a su excelente patrón de consumo.
La industria básica es competitiva, innovadora y eficiente, pero necesita un suministro eléctrico a precios competitivos para poder contribuir a la creación de riqueza y empleo de calidad en nuestro país. La transición energética debe ser una oportunidad para desarrollar nuestra industria y conseguir que tenga un precio eléctrico competitivo. Trabajemos todos juntos para conseguirlo.