La transformación digital no trata de tecnología, sino de cambio. En la economía digital, las empresas no triunfarán solo ajustando las prácticas de gestión que condujeron al éxito pasado. El liderazgo es clave. Los líderes deben establecer la visión, elegir al equipo de gestión, caracterizar y ayudar a cambiar la cultura, y motivar al personal y definir la trayectoria de la compañía (y rectificarla cuando sea necesario).
Dra. STEPHANIE WOERNER. Investigadora científica del MIT Sloan Center for Information Systems Research (CISR).
Visión: las empresas deben comprender tanto las amenazas como las oportunidades que ofrece la tecnología digital. Los líderes necesitan saber cómo usar la tecnología digital para conocer más acerca de sus clientes, así como para ampliar los límites de la empresa y trabajar con socios para ofrecer mejores productos y servicios. Esa visión debe ser comunicada a toda la compañía.
Elección del equipo de gestión: la transformación empresarial exitosa siempre requiere cambiar los derechos de decisión y, a menudo, implica una reestructuración organizacional. Ser excelente en medios digitales proporciona una experiencia perfecta para el cliente, y esto significa romper barreras. La compañía necesita grandes personas que entiendan el potencial digital y que puedan trabajar juntas para lograr la visión. El CEO debe tomar las decisiones difíciles para ubicarlas en los lugares apropiados.
Cambio cultural: si bien la planificación sigue siendo importante en la economía digital, las empresas se están volviendo más flexibles, utilizando datos para generar ideas y decisiones. Esto implica crear una cultura que prospera con nuevas formas de trabajo, como test and learn, y la cooperación interfuncional.
Motivación del personal y definición (y guía) de la trayectoria de la compañía: los líderes no solo establecen la visión digital, sino que también deben guiar el comportamiento. Orientar en cada nivel se vuelve crítico para que todos reciban retroalimentación sobre cómo cambiar su comportamiento. La mayoría de empresas no consiguen alcanzar la transformación correcta en el primer intento, y la retroalimentación oportuna es fundamental para descubrir qué funciona y qué no. Las compañías deben aspirar a aprender y realizar correcciones de curso significativas.
La transformación digital requiere un trabajo arduo y no ocurrirá de la noche a la mañana, por lo que ahora es el momento de comenzar. Instaurar las prácticas de liderazgo correctas en el lugar apropiado es un buen comienzo.