Una Smart City cuenta con las tecnologĆas de la informaciĆ³n y la comunicaciĆ³n, la gestiĆ³n medioambiental, la gestiĆ³n participativa, el desarrollo econĆ³mico y el capital social. Pero la creatividad urbana sĆ³lo nace cuando una ciudad inteligente, gracias a la educaciĆ³n, hace crecer la inteligencia de los humanos que la habitan.
Xavier Torrens. Profesor de Ciencia PolĆtica en la UB. PolitĆ³logo y sociĆ³logo.
Amenudo, cuando se habla de ciudades inteligentes, se hace referencia a las tecnologĆas de la informaciĆ³n y la comunicaciĆ³n (TIC) y la digitalizaciĆ³n de infraestructuras como el transporte y los edificios. Se aƱaden Ćtems como la gestiĆ³n medioambiental, la gestiĆ³n participativa, el desarrollo econĆ³mico y el capital social o relacional. Pero un gran nĆŗmero de veces queda arrinconada la que es la clave de todo: el rol del capital humano y la educaciĆ³n que hacen factible la creatividad urbana.
SegĆŗn los datos del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la InformaciĆ³n, el presupuesto destinado a las Smarts Cities sitĆŗa la inteligencia de las personas en Ćŗltimo lugar. Esto lo dice todo de la transformaciĆ³n tecnolĆ³gica, digital y robĆ³tica de las ciudades espaƱolas
Smart cities
SegĆŗn los datos del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la InformaciĆ³n (ONTSI), el presupuesto destinado a las Smarts Cities se distribuye siguiendo este orden: primero, entorno inteligente; segundo, vida inteligente; tercero, movilidad inteligente; cuarto, gobernanza inteligente; quinto, economĆa inteligente; y, por Ćŗltimo, en sexto lugar, gente inteligente. La inteligencia humana se encuentra en la cola.
FijĆ©monos bien en el baremo: en el Ćŗltimo lugar, se sitĆŗa la inteligencia de las personas. Esto lo dice todo de la transformaciĆ³n tecnolĆ³gica, digital y robĆ³tica de las ciudades espaƱolas.
EspaƱa ocupa el tercer lugar mundial en consumo de Internet semanal para entretenimiento (sin fines profesionales), pero, en contraste, la posiciĆ³n espaƱola en hĆ”bito lector se aleja hasta el retrasado nĆŗmero 19.
SituaciĆ³n educativa real
La Red EspaƱola de Ciudades Inteligentes (RECI) tiene cinco grupos de trabajo. Ninguno de ellos tiene la educaciĆ³n como eje central. SĆ³lo en uno de los grupos de trabajo se incluye la educaciĆ³n: en el grupo de trabajo de innovaciĆ³n social, que tiene ocho Ćtems, donde la educaciĆ³n se encuentra en el sĆ©ptimo y penĆŗltimo lugar. De hecho, en el Ćndice del Plan Nacional de Ciudades Inteligentes no aparece ni una sola vez la palabra āeducaciĆ³nā.
EspaƱa retrocede hasta el atrasado puesto nĆŗmero 25 en comprensiĆ³n lectora, la posiciĆ³n 30 en ciencias y el rango 32 en matemĆ”ticas en el ranking internacional del informe PISA sobre educaciĆ³n. Otro indicador: EspaƱa es el segundo paĆs de Europa que mĆ”s horas ve la televisiĆ³n, despuĆ©s de Italia. Y a tĆtulo ilustrativo: arrasa GH VIP, de Tele 5. La cultura audiovisual supera a la cultura de la lectoescritura, que es el fundamento inteligente de una ciudad inteligente, y no la cultura oral y visual.
Tenemos un problema de inteligencia. Pero no de inteligencia artificial sino de inteligencia humana. Barcelona, Madrid, MĆ”laga, Valencia, Sevilla, Bilbao y La CoruƱa son urbes espaƱolas estimadas como ciudades inteligentes. Pero arrinconan la educaciĆ³n de la gente
Ciudades inteligentes
Tenemos un problema de inteligencia. Pero no de inteligencia artificial, sino de inteligencia humana. Barcelona, Madrid, MĆ”laga, Valencia, Sevilla, Bilbao y La CoruƱa son urbes espaƱolas consideradas como ciudades inteligentes. Pero arrinconan la clave: la educaciĆ³n. Es paradĆ³jico, pero olvidan que el nĆŗcleo duro de una ciudad inteligente es la gente inteligente. Ā”La Smart People!
Mentes inteligentes
Redes.es, entidad pĆŗblica empresarial del Ministerio de EconomĆa y Empresa, debe priorizar la educaciĆ³n aprendiendo de Finlandia en educaciĆ³n primaria y secundaria, emulando a Alemania en formaciĆ³n profesional y fijĆ”ndose en Estados Unidos y CanadĆ” en educaciĆ³n universitaria. Mientras no lo haga, ciertamente tendremos entornos, procesos, bienes, productos, servicios, objetos, instrumentos, herramientas y dispositivos inteligentes, pero pocas mentes inteligentes.
Una ciudad podrĆ” ser formalmente calificada de digital (o inteligente) cuando su principal objetivo sigan siendo las infraestructuras de las TIC, pero mientras deje atrĆ”s la enseƱanza, entonces su capital humano proseguirĆ” con pobreza intelectual. Lo que fuera bueno serĆa el creciente rol del capital humano y la educaciĆ³n como importante motor del crecimiento urbano.