El máximo responsable de la patronal de la pequeña y mediana empresa de Catalunya valora el estado de esta obra clave para las economías del entorno del Mediterráneo.
En 2015 Pimec presentaba un informe donde analizaba la importancia y los beneficios del corredor mediterráneo -“una infraestructura fundamental para las mercancías y la industria mediterránea y europea”, decían- y pedía “no frenar” más su desarrollo. Han pasado más de tres años. ¿Dónde estamos hoy?
Desgraciadamente, hemos avanzado muy poco debido a la inexplicable poca voluntad de los anteriores gobiernos. La poca voluntad viene de lejos, cuando había que defender el corredor mediterráneo en Bruselas. Desde los inicios, han apostado más por el corredor otros países europeos, que nuestros propios gobiernos. Nunca he entendido que deban priorizar infraestructuras sólo por su estructura radial desde Madrid, de dudosa rentabilidad, en lugar de este corredor que tiene más que demostrada su importancia económica.
¿Qué valoración hace Pimec, entonces, del reciente compromiso del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, de poner en servicio el corredor mediterráneo desde Algeciras hasta la frontera francesa en 2021? Ábalos ha matizado, eso sí, que habrá tramos con ejecuciones pendientes ya que, por ejemplo, entre Murcia y Almería ni siquiera hay todavía vías construidas.
Hago una valoración muy positiva de sus palabras y espero que sean un compromiso real, y no una frustración como hasta ahora. Es evidente que es una obra ambiciosa, sobre todo en ciertos tramos, pero la importancia de este proyecto, la repercusión económica beneficiosa que tendrá en todo el arco mediterráneo y sus puertos, la bajada de los costes logísticos de nuestras empresas y la mejora de las conexiones con el resto de Europa justifican apostar prioritariamente para acelerarlo. Todo el entorno del Mediterráneo valorará mucho que el Gobierno lo haga realidad.
En los mercados globales, las infraestructuras de transporte juegan un papel clave. ¿Cuál será el coste de este retraso para las pymes, teniendo en cuenta que casi todo el tejido empresarial de esta región está formado por empresas de menos de 200 trabajadores que generan el 45% del PIB español y el 51 % de las exportaciones a Europa?
Es difícil evaluar los costes de los retrasos para nuestras pymes, pero son muy importantes. Sólo hay que ver la poca incidencia que tiene aquí el tráfico de mercancías por ferrocarril en comparación con otros países europeos. Esto significa pérdidas en costes logísticos y pérdida de competencia por no tener costes más bajos.
Podríamos hablar, también, de los costes de contaminación que ahorraría un mayor uso del ferrocarril, y este coste cada vez generará más sensibilidad social. En esta línea, nos podemos fijar en las directrices que marcaron las Naciones Unidas en su Agenda 2030 de implantación de los ODS -Objetivos de Desarrollo Sostenible- que las empresas deberán implantar y que desde la Fundación PIMEC ayudaremos en el su conocimiento y su implantación entre las pymes.
Y en cuanto a los beneficios, ¿estaremos a tiempo de implementarlos? ¿O habremos perdido el tren en este sentido frente a otras economías emergentes?
Hay que ser optimistas y confiar en que, a partir de ahora, se agilice la finalización de la obra del corredor. Si es así, todavía estaremos a tiempo de beneficiarnos de las ventajas.
Respecto a otras economías emergentes, quizá sí que hemos “perdido el tren”, pero por culpa de otros factores más decisivos, como son la ambición y pobreza de estos países emergentes que les dan una gran fortaleza para ser competitivos y tienen la mayoría mucha mano de obra barata. Tampoco debemos olvidar países emergentes que, a pesar de su mano de obra barata, están haciendo una apuesta tecnológica avanzada para ser competitivos que, al fin y al cabo, será el camino más acertado. China o Vietnam son buenos referentes de ello, entre otros.