TESLA nació con el objetivo de acelerar la transición desde una economía basada en el petróleo a una economía sostenible basada en electricidad solar. La empresa fabrica coches eléctricos y equipamientos para aprovechar la energía solar. Actualmente, tiene 37.543 empleados. Aunque el sector está creciendo exponencialmente, TESLA tiene un futuro incierto, ya que cada vez pierde más dinero y su líder, Elon Musk, acaba de ser destituido como presidente.
ORIOL AMAT. Catedrático de Economía Financiera de la UPF Barcelona School of Management, vicedecano del Colegio de Economistas de Cataluña y vicepresidente de ACCID.
“El primer paso es pensar que lo que quieres es posible. Después, probablemente, pasará.”
Elon Musk, cofundador de TESLA
Elon Musk
Para entender el fenómeno TESLA, hay que hablar, en primer lugar, de su líder. Musk es un emprendedor excepcional y visionario. Se le considera una de las personas más importantes del siglo XXI, y es una de las más ricas, con una fortuna estimada en 17.000 millones de dólares. Nació en Sudáfrica en 1971. A los 12 años, ya creó un videojuego que vendió por 500 dólares. Cuando le llegó el momento de hacer el servicio militar, aprovechó el pasaporte canadiense de su madre para irse a Canadá. Estudió ingeniería en Ontario y comenzó un doble grado de ingeniería y administración de empresas en Stanford. No lo terminó porque, cuando vio la explosión de Internet, decidió crear una empresa que convertía material impreso en soporte digital. Cuatro años más tarde, la vendió por 341 millones de dólares.
En 1999 creó PayPal, que inicialmente debía ser un banco digital, pero que pronto se convertiría en una empresa para realizar transferencias de dinero. En 2002, poco antes de vender la compañía por 1.200 millones de dólares a EBay, Musk fue despedido como consejero delegado debido a su conflictiva manera de dirigir. Entre sus exempleados es común escuchar opiniones como esta: “Fue increíble trabajar con Musk y aprendí mucho… pero nunca más volvería a trabajar con él”.
De acuerdo con Bloomberg, se espera que en el año 2040, el 55% de todos los coches que se vendan en el mundo sean eléctricos
El paso siguiente sería entrar en el mundo de la sostenibilidad. En 2002, convencido de que al planeta Tierra le queda vida por pocos años, creó SpaceX, una empresa que tiene la misión de crear vehículos para poder viajar a Marte. Hoy día, SpaceX tiene proyectos conjuntos con la NASA y espera poder enviar cohetes con gente a Marte en el futuro.
En 2003, y sin dejar SpaceX, Musk participó en la fundación de TESLA justo en el momento en que General Motors decidió abandonar su proyecto de coche eléctrico.
Presente y futuro del coche eléctrico
El interés por la sostenibilidad es una línea emergente, y esto genera muchas oportunidades de negocio para las empresas que se dedican a este segmento. En el caso de los vehículos eléctricos, las ventas de los últimos años no han parado de crecer, y mucho (ver figura 1) y, de cara al futuro, las previsiones son aún más favorables. En 2018, la cuota de mercado de los vehículos eléctricos ha llegado al 2% del total de coches vendidos, cuando hace un año era del 1%. Uno de los frenos de este sector es que los coches eléctricos son caros, pero se calcula que para 2024 los precios de las baterías habrán bajado mucho y serán muy competitivos en relación a los vehículos de gasolina. De acuerdo con Bloomberg, se espera que en el año 2040, el 55% de todos los coches que se vendan en el mundo sean eléctricos.
Uno de los problemas que tiene el sector de los vehículos eléctricos es que hay muchos competidores y, además, son empresas potentes. Estamos hablando de fabricantes como los chinos BYD y BAIC, que son los líderes con una cuota en el mercado de vehículos eléctricos del 9,3% y del 8,5%, respectivamente; y otros como BMW, Volkswagen, Ford, Nissan, etc. TESLA, a fecha de 2018, es la tercera empresa del sector con una cuota del 7%.
Uno de los problemas que tiene el sector actualmente es que hay muchos competidores y, además, son empresas potentes. Además, la autonomía de las baterías del vehículo eléctrico todavía es limitada; el tiempo necesario para cargarlas puede llegar a ser de varias horas y hay pocas estaciones de recarga
Pero el vehículo eléctrico presenta otros problemas que también son importantes: la autonomía de las baterías es limitada, el tiempo necesario para cargarlas puede llegar a ser de varias horas y aún hay pocas estaciones de recarga. Entre las ventajas del sector, cabe mencionar que el interés por la sostenibilidad está creciendo rápidamente y, además, muchos gobiernos dan subvenciones para promover todo lo que tiene que ver con la sostenibilidad.
Un proyecto con muchas dificultades
Los inicios de TESLA fueron muy difíciles, ya que como el concepto de coche eléctrico no despertaba suficiente interés, no conseguían dinero para empezar. Ya desde el principio, Elon Musk se convirtió en el principal accionista de la compañía con una inversión de 70 millones de dólares. Según Musk, “cuando un proyecto es importante, hay que abordarlo, incluso cuando las apuestas te van en contra”.
La idea inicial de TESLA era fabricar coches caros dirigidos al segmento más rico de la población. Así, en 2007 lanzaron su primer modelo, el Roadster, con un precio de 110.000 dólares. Fue un fracaso. En cuatro años sólo se vendieron 2.450 unidades. Poco después, ya comenzaron a producir vehículos más baratos. En 2012, TESLA lanzó el modelo S con un precio de 70.000 dólares que tuvo mucho más éxito. Y en 2015 lanzó el modelo 3 a un precio de 35.000 dólares. Por lo tanto, poco a poco ha ido ofreciendo vehículos a un precio más económico con el fin de llegar a un público masivo. Tal como ha ocurrido en el conjunto del sector, a lo largo de estos años, las ventas de TESLA no han parado de crecer (ver figura 2).
Pero como puede apreciarse en la figura 3, las inversiones en activos y las deudas han aumentado mucho más que las ventas; y las pérdidas han alcanzado los 1.961 millones de dólares en 2017. Entre los principales problemas sobresale el hecho de que la empresa no consigue transformar en ventas los elevados gastos en I+D; además, tiene unos gastos de venta, generales y administrativos muy elevados. Otro problema es que Musk decidió no proteger sus patentes y permite copiar sus innovaciones para acelerar la transformación mundial hacia la sostenibilidad energética. Esta política, que está muy bien desde un punto de vista global, tiene el problema de que su esfuerzo en I+D (1.378 millones de dólares en 2017) no puede convertirse en una ventaja competitiva para TESLA, ya que los competidores reproducen sus innovaciones y, como tienen mejores redes comerciales, venden más coches.
Las elevadas pérdidas y deudas de TESLA pueden dificultar que la empresa aguante hasta el momento en que el coche eléctrico se imponga
Como reflejo de los problemas que está padeciendo la empresa, la evolución del precio de la acción de TESLA, que había llegado a los 360 dólares en 2017, ha caído hasta los 260 en 2018 (ver figura 4).
Retos de futuro
Las perspectivas del sector son muy buenas, sobre todo a medida que se van reduciendo los costes de las baterías y se mejoran sus prestaciones. Pero el futuro de TESLA no está tan claro. Las pérdidas y las deudas pueden ahogarla. Su política de no protección de sus patentes hace que los competidores se las copien sin problemas.
Musk es, para TESLA, a la vez una gran fortaleza (por su apuesta y visión) y un gran problema (por su estilo de liderazgo conflictivo y por pensar más en el bienestar planetario que en sus accionistas)
Con la marcha de Musk, habrá que ver qué cambios realiza la empresa. Si consigue reducir las pérdidas y logra capital para poder atender los vencimientos de la deuda, lo tendrá más fácil de cara a aguantar estos años difíciles y, así, llegar en buenas condiciones al momento en que la venta de coches eléctricos sea mayoritaria. Deberá proteger antes, eso sí, sus patentes y disponer de una buena red de comercialización. Habrá que ver si TESLA hace caso a Musk cuando este dice que “la perseverancia es importante. Nunca debes abandonar, a menos que te veas obligado”.