La ciencia del dato y la IA abren las puertas a múltiples posibilidades para la empresa y la toma de decisiones. Incluyendo la dirección general y la manera en que se formaliza y ejecuta la estrategia. Ya están aquí los coches autónomos: ¿pronto tendremos empresas en piloto automático?
MANU CARRICANO. Profesor del Departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences y Director del Institute for Data-Driven Decisions en ESADE.
Estamos viviendo, sin duda, una revolución. Y de la misma manera que la Segunda Revolución Industrial abrió las puertas de la producción en masa, estamos viviendo hoy el auge de una producción en masa de modelos e inteligencia. Lo hacen posible, antes de nada, las plataformas cloud, que integran almacenamiento, procesamiento y preparación de los datos, pero que también aceleran la comoditización de algoritmos avanzados. La empresa ganadora será la que sea capaz de democratizar, a escala, la producción de algoritmos y modelos para poder experimentar en tiempo real, optimizar sus decisiones y automatizar sus procesos.
Experimentar
Jeff Bezos, fundador y consejero delegado de Amazon, declaraba en una reciente entrevista: “Nuestro éxito está relacionado directamente con el número de experimentos que hagamos cada año, mes, semana, día…”. Poner la capacidad de experimentar –y de validar hipótesis con evidencias– al alcance de usuarios de negocio es el gran reto que empresas como Procter and Gamble (entre 7.000 y 10.000 experimentos anuales), Google (7.000), Amazon (2.000) y Facebook (¡más de 100.000!) han sabido democratizar perfectamente. El directivo moderno debe adoptar un proceso científico de toma de decisión, desde la formulación de sus alternativas estratégicas hasta la evidencia de qué acción (y por qué) obtuvo los resultados deseados.
Optimizar
Se estima que desde 2015, aproximadamente, la tasa de precisión en reconocimiento de imágenes es superior en algoritmos que en humanos. ¿En manos de quién dejaría su vida: de un coche autónomo con una precisión del 99% o del humano que conduce en el carril contrario? En la empresa, hay que hacerse la misma pregunta. Cada tarea o actividad compleja –y en el mundo empresarial hay muchas– se puede ejecutar de manera más eficiente y óptima con la solución adecuada. La complejidad ya no es una barrera, y la tecnología moderna permite aportar una solución óptima y sencilla a problemas que no sabíamos solucionar hasta ahora.
Automatizar
Existen tecnologías, menos visibles que la IA, que se pueden apalancar inmediatamente en las empresas. La automatización robótica de procesos transforma el trabajo de cuello blanco. Se evalúa, por ejemplo, que en contabilidad y finanzas, el 45% de las tareas y procesos pueden ser automatizados (Gartner, 2018). En este caso, el robot de software opera como un humano tareas repetitivas a través de una interfaz de usuario.
La gran oportunidad para el directivo moderno es apalancar estas tres dimensiones (Experimentar, Optimizar y Automatizar) para liberarse de la complejidad inherente a la actividad empresarial, apalancando lo mejor de la tecnología moderna y liberando fuerzas operacionales más eficientes dirigidas a lo que el humano hace mejor: pensar, crear y decidir.