A finales de 2014, el actual presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, presentó su plan estrella para que la inversión volviera a confiar en la UE, tras una caída del 15% debido a la crisis económica que había estallado a finales de 2007, pero que llegó a su punto álgido entre los años 2010 y 2013. A pesar de que recibió el nombre de Plan de Inversiones para Europa, se acabó conociendo popularmente como Plan Juncker. Cinco años más tarde, la CE hace un primer balance.
Texto: Esther Herrera
Y la conclusión es buena. La Comisión Europea asegura que, desde su puesta en marcha, en 2015, el Plan Juncker ha sido un éxito. Hasta ahora se han movilizado 392.600 millones de euros a través de su instrumento financiero principal, el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (EFSIS), pero de aquí al año 2020, Bruselas espera llegar a los 500.000 millones de euros, una cifra que supera, con mucho, las previsiones iniciales (315.000 millones).
El objetivo del Plan es favorecer, sobre todo, a las pymes (945.000 empresas ya se han beneficiado de él -un 32% del total) y a aquellos proyectos destinados a la investigación e innovación, la energía o la digitalización. El Plan también ha permitido la creación de más de 750.000 puestos de trabajo, pero la Comisión aspira a llegar a los 1,4 millones de aquí al año que viene. Según cálculos comunitarios, gracias al Plan Juncker, el PIB de la UE ha aumentado un 0,6%.
PIB e inversión
Si tenemos en cuenta el PIB de los países, España es el décimo Estado miembro más beneficiado por el Plan. En una lista que encabezan Grecia, Estonia, Bulgaria y Portugal, el Ejecutivo español ha recibido 8.051 millones de euros, con el objetivo de que con ellos se movilice una inversión de 42.016 millones de euros.
Según cálculos comunitarios, gracias al Plan Juncker, el PIB de la UE ha aumentado un 0,6%
El Banco Europeo de Inversiones (BEI) es quien da los créditos, normalmente a un valor seguro, y acepta poco riesgo porque quiere mantener su Triple A, la máxima calificación crediticia. Aun así, el presupuesto de la UE -que acompaña al BEI a la hora de financiar los proyectos- debería ser una garantía para asumir proyectos con más riesgos. Así lo cree Grégory Claeys, del think tank Bruegel. «El BEI debería aumentar el nivel de inversiones en proyectos con más riesgos y ser capaz de aceptar algunas pérdidas, de manera que se puedan atraer más inversores y cofinanciadores», argumenta.
En España, el BEI ha aprobado 89 proyectos en total, 28 de los cuales han beneficiado a pymes, con un total de 1.300 millones de euros en financiación y capacidad de movilizar 13.700 millones de euros. La primera compañía en recibir ayuda del Plan fue la empresa catalana Grifols, con 200 millones de euros destinados a desarrollar un proyecto de investigación del plasma para investigar sobre enfermedades como el alzheimer o la diabetes. Pero también han sido favorecidos otros proyectos como la red del metro de Madrid, la digitalización de los grandes almacenes El Corte Inglés, o Exovite, una pyme aragonesa que ha desarrollado nuevas férulas ergonómicas para el tratamiento de enfermedades musculares o para los huesos rotos. La Comisión Europea ha informado, asimismo, recientemente, de que a través del Plan Juncker, el BEI concederá 600 millones de euros a CaixaBank para que se puedan financiar nuevos proyectos para pymes y empresas españolas.
Con lupa
Con todo, a principios de año, un informe publicado por el Tribunal Europeo de Cuentas advirtió que algunas cifras del Plan Juncker podrían haberse «sobrestimado», ya que algunas operaciones financiadas por este habían sustituido otras ya previstas por el BEI u otros instrumentos financieros, y pidieron más transparencia para calcular bien los resultados. «[El Plan Juncker] es una insignia de los programas europeos, por eso es tan importante que cualquier anuncio sobre su efectividad tenga fundamentos sólidos», explica Leo Brincat, miembro del Tribunal y responsable del informe. En este sentido, el eurodiputado de la Izquierda Europea, el portugués Miguel Viegas, instó al vicepresidente encargado del Plan Juncker, Jyrki Katainen, a responder a estas acusaciones. Katainen desmintió las conclusiones del informe. «Las estimaciones de las inversiones están basadas en una metodología pública y están bien fundamentadas. Las estimaciones iniciales se hacen al principio de cada proyecto y son revisadas cuando finalizan», alegó.
Acabar con la brecha
También la Eurocámara asegura que el plan ha sido un éxito, si bien admite que todavía hay que encontrar una solución a la brecha de inversión que aún se mantiene en la UE. Por ello, a propuesta del Ejecutivo comunitario, el Parlamento Europeo aprobó, el pasado enero, con 517 eurodiputados a favor, el nuevo programa InvestEU, que contará con una parte significativa del presupuesto europeo de cara al periodo 2021-2027.
Empresas como Grifols, el metro de Madrid, los grandes almacenes El Corte Inglés o Exovite se han beneficiado del Plan en nuestro país
Este programa es una evolución del Plan Juncker, ya que no sólo formará parte de él su instrumento de financiación principal, el EFSIS, sino que también contará con el mecanismo Conectando Europa (para invertir en infraestructuras), el programa COSME para pymes y el programa de Empleo e Innovación Social, para que todas puedan aprovechar el modelo del Plan. Es decir, utilizar garantías de presupuesto para atraer inversión.
«Este nuevo programa no sólo dará apoyo a las pymes para la investigación, la innovación y las infraestructuras sostenibles, sino que esperamos que trate, también, otras cuestiones importantes, como las infraestructuras sociales, la sanidad y la vivienda social», declara, esperanzado, el eurodiputado socialdemócrata Roberto Gualtieri, uno de los ponentes del informe en la Eurocámara.