Se cree que la mejor ayuda a la inversión son las rebajas de impuestos, las subvenciones o exenciones de tasas. Pero una de las mejores contribuciones a las empresas, los trabajadores y la sociedad, en general, es invertir, no tanto en capital financiero, sino en capital creativo, capital humano y capital social.
Xavier Torrens. Profesor de Ciencia Política de la UB. Politólogo y sociólogo.
España, con un 23% de los empleados, es el penúltimo país del mundo donde los trabajadores están comprometidos o muy comprometidos con su trabajo. Un bajo porcentaje que aún se reduce más, hasta el 7%, cuando se trata de quienes afirman estar muy motivados por su trabajo. Además, hasta el 47% de los trabajadores presentan desapego o desmotivación por su trabajo. Lo señala el estudio Engagement and the global workplace. Hacemos un repaso a otras problemáticas asociadas.
CAPITAL CREATIVO
La gravedad de la situación profesional recala también en sectores poblacionales que deberían ser la base demográfica del capital creativo, como los universitarios. De acuerdo con el U-Ranking 2019 de Indicadores Sintéticos de las Universidades Españolas, el 33,3% de los estudiantes universitarios abandona el grado universitario en el que está matriculado, ya sea porque el 21,4% cambia a otro grado, o bien porque el 11,9% deja de forma definitiva el mundo universitario. Son grandes pérdidas de la inversión en capital humano y creativo.
Entre los estudiantes que abandonan su grado por otros estudios universitarios, los más numerosos se concentran en las carreras de la rama de Ingeniería y Arquitectura (36%), seguidos por los de la de Artes y Humanidades (33,4%), Ciencias (31,1%), Ciencias Sociales y Jurídicas (23,8%) y Ciencias de la Salud (15,5%).
El 33,3% de los estudiantes universitarios abandona el grado universitario en el que se encuentra matriculado, ya sea porque el 21,4% cambia a otro grado, o bien porque el 11,9% deja de forma definitiva el mundo universitario. Son grandes pérdidas de la inversión en capital humano y creativo
CAPÍTAL HUMANO
Ciertamente, España ha conseguido reducir la cifra de abandono escolar prematuro de un 30,9% en 2009, hasta el 17,9% en 2018, según Eurostat. Pero esta mejora no puede ser complaciente por dos razones fundadas. Primera, porque Portugal también tenía un 30,9% en 2009 y el país luso la ha acortado hasta el 11,8% en 2018, es decir, 6,1 puntos más de descenso, y la clave de haberlo conseguido radica en el hecho de que los portugueses han emulado a Finlandia en la enseñanza. Segunda, porque España es el país con más abandono escolar prematuro en el total de los 28 países de la Unión Europea. Este dato es altísimamente preocupante y, con gran perplejidad, conviene enfatizar que no ha generado ningún problema en la agenda pública ni en la agenda de gobierno.
CAPITAL SOCIAL
La cooperación, la cohesión social, la confianza, las redes sociales y la reciprocidad que derivan en capital social son otro factor importante en la inversión real de un país. Según datos de 2012 de la OCDE, España y la República Checa se sitúan entre los dos países con más baja participación de voluntariado en organizaciones, con sólo un 18%, mientras que los países con un ratio superior son los Estados Unidos de América y Noruega, que se sitúan por encima del 55% de la población.
CAMBIO COGNITIVO
La transformación digital, la robotización, las nuevas tecnologías y, en suma, la automatización de numerosos empleos posiciona a España en una zona de alto riesgo de aumento del paro. Según la OCDE, el 21,7% de los trabajos que se llevan a cabo en las empresas españolas tienen un alto riesgo de automatización, mientras que en países como Noruega eso sólo pasará en un 5,7% de los casos. Y es más, el riesgo de cambios significativos con la automatización podría incrementarse hasta llegar a afectar al 30,2% de los puestos de trabajo. Sólo Grecia, Eslovenia y Eslovaquia se encuentran en una situación de riesgo peor que la española.
Todo ello implica realizar un cambio cognitivo que incluye tres factores claves. Primero, hay que subir, y mucho, el nivel educativo en la educación primaria, secundaria y universitaria; consiguiendo que se eleve el nivel de estudios y se adecue al título que se entrega como certificación académica. Segundo, hay que dar un valor intrínseco a la educación y no estudiar sólo por el valor extrínseco del título. Tercero, hay que conceder un valor intrínseco al trabajo y no trabajar sólo por el valor extrínseco del salario. Todo confluye a hacer crecer la cultura del esfuerzo, tanto en el estudio como en el trabajo.
España es el país con más abandono escolar prematuro en el total de los 28 países de la Unión Europea. Este dato es altísimamente preocupante y, con gran perplejidad, conviene enfatizar que no ha ocurrido ningún problema en la agenda pública ni en la agenda de gobierno
FUERTE PRIVATIZACIÓN
La tasa de jóvenes entre 16 y 29 años que ni estudian ni trabajan es del 19,9% en España. Es el tercer país con más ninis de toda la OCDE e, incluso, hemos empeorado y es un 4% más elevada que en 2007. En España, sólo el 58% de los adultos entre 25 y 64 años ha terminado la educación media superior, bastante por debajo del 74% de media de los países de la OCDE.
Sin duda, una de las más fuertes carencias de España es el más bajo nivel educativo y el inferior nivel cultural de su población. Si se fuera consciente de la severidad del problema público de la privación educativa, sería necesario que los empresarios y los gobernantes no sólo realizaran inversión financiera, sino que impulsasen una buena inversión en el capital humano, creativo y social.