¿Quién no ha soñado alguna vez con poder tocar el tejido de la ropa en Internet, besar a su familia al final de un Skype o probar los deliciosos platos que aparecen en Instagram?
OLIVIA PETITI. Profesora-investigadora del Departamento de Marketing de Kedge Business School.
A lo largo de la última década, las tecnologías que estimulan los sentidos del consumidor han evolucionado significativamente. Estas tecnologías incluyen la realidad virtual y la realidad aumentada, así como numerosas nuevas interfaces táctiles, olfativas e incluso gustativas. Estos desarrollos tecnológicos podrían revolucionar el marketing digital.
Las realidades virtuales y aumentadas permiten girar o hacer zoom en objetos en 3D, o probarse un nuevo par de gafas a través del smartphone. Estas experiencias digitales han demostrado ser más agradables y completas que las que se ofrecen en línea o en las tiendas. Disminuyen los riesgos de las compras en Internet y aumentan la confianza de los consumidores en sus elecciones. Sin embargo, algunas propiedades sensoriales siguen siendo difíciles de evaluar a pesar de estas técnicas. Algunas personas, por ejemplo, todavía necesitan tocar los productos para confiar en sus elecciones por lo que, a menudo, son reacias a comprar en línea. Y es que si bien las tecnologías como el 3D facilitan la evaluación de productos como un reloj o un teléfono, han demostrado ser ineficientes para la ropa.
Aún así, las nuevas tecnologías ya pueden arrugar virtualmente la ropa para evaluar su suavidad o elasticidad, lo que aumenta el compromiso del consumidor. También se han desarrollado nuevas interfaces para estimular el olfato y el gusto. Por ejemplo, un dispositivo llamado MetaCookie+ permite al usuario cambiar el sabor de una cookie al manipular virtualmente su apariencia y difundir diferentes olores. Otro sistema llamado Digital Lollipop permite reproducir sensaciones del gusto en el lenguaje.