Vivimos en un mundo interconectado, quizás es el hecho diferencial de nuestro presente. Los móviles que todos llevamos en el bolsillo y el acceso a Internet han modelado una nueva manera de vivir. Todos usamos aplicaciones (Apps en el argot derivado del inglés que nos invade), y nos fijamos en lo que hacen, conversas escritas o dictadas con los grupos de amigos y conocidos (Whatsapp Telegram…) reproducimos películas (Netflix, HBO…) y miles de posibilidades más. Sabemos qué hacen, no cómo lo hacen. Pero sin el cómo no existe el qué. Somos los ingenieros, mayoritariamente los “telecos” los que posibilitamos este nuevo mundo.
joan gil y Miquel Ramírez . Ingenieros de Telecomunicación y miembros de la Junta Directiva de Telecos.cat
Aportación de los ingenieros
Desde siempre, cuanto más fácil de gestionar para el usuario debe ser una aplicación, más compleja es por dentro. Después de todo, se trata de desplazar decisiones y actuaciones del humano hacia la máquina, y es necesario que el algoritmo dé respuesta a todas las situaciones posibles.
En un mundo cada vez más automatizado, donde la comunicación M2M cada vez está más presente, y los algoritmos toman decisiones por su cuenta, esta complejidad aumenta exponencialmente i es precio gestionarla bien en todas las fases del ciclo de vida de las aplicaciones, ya que un error en esta gestión puede tener consecuencias imprevisibles.
Imaginen un algoritmo tomando miles de decisiones erróneas por segundo y fuera de control. Imaginen que estas decisiones son dosificación de medicinas de un enfermo
Imaginen un algoritmo tomando miles de decisiones erróneas por segundo y fuera de control. Imaginen que estas decisiones son dosificación de medicinas de un enfermo, compra-venta de acciones, órdenes de fabricación, instrucciones para una cadena de producción (qué se necesita, qué cantidad, cuando, etc.), asignación de Timeslots y de rutas aéreas, asignación de vías en un sistema ferroviario o, incluso lanzamiento de misiles; en definitiva, cualquier cosa que se quiera automatizar y controla remotamente. Una decisión errónea, por error de un algoritmo o por la entrada de un hacker, puede comportar problemas graves para una persona u organización.
Cada aplicación requerirá su nivel de seguridad y robustez, pero en cualquier cao, tanto en el diseño como en la implementación o en la vida productiva de una aplicación, la gestión de la complejidad es una cosa que no se puede improvisar, y que requiere métodos, herramientas e ingenio o talento. Desde siempre, estos son los ingredientes de la ingeniería. El ingeniero es la persona preparada para hacer frente al reto del diseño, la creación, implantación y operación de estos sistemas, es quien debe conocer y dominar las herramientas y los métodos y quién debe poner el talento.
Los ingenieros también son los que deben crear los métodos y las herramientas mencionados anteriormente, a fin de que cada nueva generación de sistemas y aplicaciones sea más potente, robusta y segura. Los métodos se deben basar en estándares, y estos deben ser fruto de la experiencia y de las mejores prácticas. Por otro lado, las herramientas deben basarse en una serie de KPI o de datos claves sobre las aplicaciones y, naturalmente, en los estándares.
Los Servicios crean el 70% de los puestos de trabajo del sector y aportan el 55% de la inversión
Para ilustrarlo, por lo que refiere a los diseños de nuevos sistemas, la estandarización requeriría: la identificación de las tareas más comunes, la definición de los niveles de decisión (tipo modelo OSI) y la definición de protocolos de comunicación entre los diferentes niveles de decisión y entre dispositivos en un mismo nivel. Mientras por lo que refiere a la explotación de los sistemas, también se necesitarían más estándares y protocoles de actuación, que necesariamente deberían tener en cuenta los estándares sobre los cuales se ha basado el diseño, y se necesita alguien que los conozca para poderlos operar.
En resumen, se trata de una materia que requiere un alto grado de conocimiento y especialización, que solo está al alcance de profesionales con una formación adecuada. Los ingenieros y las ingenieras.
Estructura económica del sector TIC
El sector TIC aporta el 7,85% del PIB nacional, según datos del 2017, las últimas publicadas. Las previsiones de crecimiento en el período 2017-2022 son de un 2,1% para España, por debajo de la media europea (2,4%) y de EE.UU. (4,3%). España crece más que la media europea en PIB, pero no puede mantener el esfuerzo en el sector TIC.
Analizando con detalle los datos disponibles, observamos que el sector de fabricación es residual; el de las telecomunicaciones presenta un descenso en sus cifras año tras año, probablemente producto de un marco regulador inapropiado; el de comercio trabaja en gran parte con productos importados (informáticos y electrónica profesional) y crea un valor añadido bruto débil; mientras que en el subsect6or de Servicios Informáticos con un crecimiento del 7% anual sostenido es el clarísimo líder en las TIC.
Los Servicios crean el 70% de los puestos de trabajo del sector y aportan el 55% de la inversión. Según AMETIC, patronal del sector, el crecimiento de los Servicios Informáticos en 2018 fue del 8,8%.
Propuestas de futuro
Tenemos un ancho de banda (velocidad disponible) adaptado a las señales que somos capaces de apreciar con nuestros sentidos, una latencia (tiempo que tardan las señales en conseguir su destinación) por debajo de nuestra capacidad de reacción. Podemos decir que entramos a una escalera virtuosa que lleva desde la conectividad, 5G y fibra óptica, hasta las aplicaciones complejas soportadas en inteligencia artificial que maneja, dentro del concepto Big Data, los datos proveídos entre otras fuentes por el IoT (Internet de las Cosas). Tener los profesionales para desarrollar estas aplicaciones, emprendedores pensando en la posibilidad de este nuevo mundo, y capital riesgo dispuesto a soportar la financiación necesaria es la base de la economía del futuro.
Necesitamos fábricas eficientes con series más cortas, esto requerirá el uso de procesos fuertemente automatizados y robotizados. Tenemos la tecnología necesaria y la causa; un proceso de colaboración público-privado para la Unión Europea sería el motor de cambio.
Se necesita una apuesta clara para los Servicios Informáticos, que se tiene que traducir en acciones. El motor de los servicios informáticos, y de cualquier sector ligado a la tecnología, es la existencia de una columna vertebral formada por emprendedores, capital riesgo e ingenieros especializados:
. El emprendimiento se de promover desde el sistema educativo hasta los profesionales con más experiencia que creen que pueden poner en marcha las ideas que en su entorno de trabajo actual no tienen cabida.
. El capital riesgo debe tener un entorno fiscal favorable, estamos en un momento de gran liquidez y se debe aprovechar.
. Los ingenieros transforman los avances científicos en productos y servicios empresariales, permitiendo la creación de puestos de
trabajo y riqueza.
No podemos olvidar la lucha para revertir los efectos del cambio climático. En estos momentos los centros de datos que configuran el denominado Cloud (la nube dónde se encuentra casi todo) son los puntos de mayor consumo eléctrico del planeta. Las grandes corporaciones propietarias mayoritarias de estos centros deberían firmar un compromiso para utilizar energías renovables, a corto/medio plazo, y proveer de fondos a la investigación en nuevas generaciones de procesadores de bajo consumo. Y es que actualmente los incrementos de capacidad de cálculo provocan incrementos de consumo de watts.
Todos conocemos el concepto “producto de proximidad” aplicado a las frutas y verduras de los supermercados. Podemos considerar los productos industriales de proximidad, la fabricación de proximidad. Reducir las distancias entre producción y consumo es disminuir los transportes de mercancías, una de las principales causas de la emisión de gases efecto invernadero. Producir localmente es un cambio en el concepto “fábrica”. Necesitamos fábricas eficientes con series más cortas, esto requerirá el uso de procesos fuertemente automatizados y robotizados. Tenemos la tecnología necesaria y la causa; un proceso de colaboración público-privado para la Unión Europea sería el motor de cambio.
Según el informe “The State of European Tech 2019” de la consultora Atomico, el 15,2% de los puestos de trabajo que requieren formación en ingeniería de software no se pueden cubrir. El incremento del número de desarrolladores decrece en nuestro país un 4,7%, por debajo de la media europea (6%).
Amenazas
Según el informe “The State of European Tech 2019” de la consultora Atomico, el 15,2% de los puestos de trabajo que requieren formación en ingeniería de software no se pueden cubrir. El incremento del número de desarrolladores decrece en nuestro país un 4,7%, por debajo de la media europea (6%). En un futuro próximo, con la incorporación de algoritmos complejos para aplicar la inteligencia artificial y la incorporación masiva de estas nuevas piezas de software en el hardware (un ejemplo sería el de los coches autónomos que no son más que robots de movilidad), se necesitarán profesionales mucho más formados. El cuello de botella de nuestro futuro tecnológico estará en la “producción” de estos profesionales.
Es posible que las actuales estructuras universitarias, demasiado rígidas y con una velocidad de cambio muy por debajo de la tecnología, se convierta en parte del problema y no de la solución. Proponemos la creación de entornos de aprendizaje menos encorsetados por estructuras ligadas a la obtención de títulos, y pasar a sistemas abiertos más guiados por profesionales y de la mano de empresas punteras del sector; una formación basada en el learning by doing con el adecuado balance entre teoría y práctica.
La nueva economía pasa por la transformación de nuestro sistema productivo. Las TIC pueden ser la palanca que mueva este mundo. Tenemos que crear nuevos profesionales TIC a un ritmo superior al 6% (incorporando las mujeres y su visión), debemos cambiar nuestros centros de aprendizaje para fortalecer una realidad de cambio rápido y un futuro que pasará de los flujos de información sencilla a decisiones en tiempo real basadas en el procesado de datos masivos mediante algoritmos complejos (pensamos en la conducción autónoma como ejemplo clarificador).