Entender el futuro nunca ha tenido mucho que ver con gurús que levitan ni con bolas de cristal, sino más bien con hacer números y analizar tendencias. Y si algo es evidente, en el momento en que el diccionario británico Collins nombra “Climate strike” como término del 2019, es que el futuro tendrá en la descarbonización uno de sus ejes fundamentales.
Enrique Dans. Profesor de Innovación en IE Business School y autor de los libros “Todo va a cambiar” y “Viviendo en el futuro”.
No nos engañemos: que muchos prefieran caminar hacia un precipicio mientras siguen haciendo lo mismo de siempre, bien pensando que en el último momento aparecerá algo que los salve, porque creen que nada cambiará su destino, o porque nieguen la existencia del precipicio, no oculta que cada vez más jóvenes salen a la calle cada viernes para protestar por la inacción de sus gobiernos y por ser la última generación que puede evitar el desastre. Toda compañía, esté en la industria que esté, se verá forzada a acometer reformas drásticas en la fabricación de sus productos, en su packaging, en su logística y en todos los eslabones de su cadena de valor para descarbonizarse. La velocidad a la que lo haga determinará si los clientes la escogen, o si prefieren a sus competidoras, y también la posibilidad de evitar sanciones cada vez más duras. Algunas industrias, como la del petróleo, directamente desaparecerán. Si esto no le parece un eje fundamental de futuro, hágaselo mirar.
El segundo eje es, sin duda, el machine learning: si durante años pensamos que un ordenador era una máquina que programábamos y alimentábamos con datos para obtener unas respuestas, volvamos a pensarlo. Ahora, un ordenador es una máquina que alimentamos con datos etiquetados con los resultados que esos datos generaron en su momento, para que la máquina nos devuelva las reglas por las cuales eso ocurre. Eso posibilita procesos de automatización y predicción muchísimo más sofisticados, flexibles y potentes, y definirá qué compañías sobreviven y cuáles perecen por ineficientes. Es posible, incluso, que nos ayude a entender las dinámicas del clima.
De nuevo, si no lo ha entendido o no lo cree importante, hágaselo mirar. El futuro ya está aquí, pero no está uniformemente distribuido.