Los vehículos autónomos ya transportan mercancías y en el mercado existen camiones eléctricos capaces de recorrer distancias medias sin necesidad de recarga. Estas dos tecnologías se refuerzan mutuamente, particularmente desde la perspectiva de la red, y los vehículos autónomos eléctricos (EAV, sigla en inglés) producidos por compañías como Volvo se están introduciendo en el servicio comercial.
Jason Monios. Profesor asociado de Kedge Business School.
La adopción completa de los EAV sigue siendo un objetivo lejano, pero cuando se implemente completamente en una red inteligente podría ser la innovación más importante en el ámbito de la logística desde la invención del contenedor en la década de 1950. La adopción generalizada de vehículos eléctricos ya traerá un gran cambio en las operaciones de transporte de carga, debido al beneficio ambiental masivo, así como una probable disminución en los modelos de negocio basados en la propiedad debido a los costos de la obsolescencia tecnológica. Los vehículos autónomos traerán ahorros sustanciales en los costos operativos, además de actuar como un motor adicional para los modelos comerciales que no sean de propiedad. En conjunto, estos cambios tecnológicos tendrán grandes repercusiones para los actores existentes, cuya ventaja competitiva actual puede desaparecer y se necesitará un nuevo modelo de negocio.
El modelo comercial actual en el transporte de mercancías por carretera se basa en fabricantes que venden vehículos a proveedores de transporte, que van desde propietarios-operadores locales hasta grandes 3PL (servicios subcontratados de logística) que brindan servicios de transporte simples o gestión logística completa. Los fabricantes ya ofrecen opciones de venta y arrendamiento, pero a medida que la fuente de valor evoluciona desde el camión a la red autónoma de camiones, el componente de software se convierte en el núcleo, lo que abre la posibilidad de nuevos participantes en el mercado que no necesitan comprar activos físicos, como Uber.
La plena adopción de vehículos autónomos eléctricos revolucionará el sistema de transporte global, en general, y el transporte de mercancías por carretera, en particular. Los modelos de negocio tradicionales basados en fabricantes que venden camiones a operadores podrían desaparecer, pero la pregunta es: ¿quién dominará el sistema y capturará el mayor valor? ¿Y cómo pueden los otros actores seguir siendo relevantes e intentar capturar algo de este valor creado por ellos mismos?