La aparición y desarrollo de las nuevas tecnologías denominadas exponenciales ha supuesto una disrupción sin precedentes en el mundo de los negocios que ha cambiado nuestros hábitos como consumidores y nuestras formas de trabajar. Aparecen nuevas oportunidades hasta ahora inimaginables y competidores hasta ahora desconocidos.
Adolfo Ramírez. Profesor de IE Business School y Asesor en Transformación Digital e Innovación.
1. La necesidad de entender la nueva realidad y cuestionarse la estrategiaa
Antes de iniciar cualquier proceso de aceleración, es necesario tener definida la estrategia de la compañía, y para ello es imprescindible entender el contexto en cada momento. Un ejemplo evidente lo tenemos ahora, con la actual crisis. ¿Nos vamos a limitar a arrancar de nuevo los motores y acelerar o nos vamos a cuestionar la estrategia para identificar nuevas oportunidades?
2. La transformación es integral y sitúa a las personas (clientes y empleados) en su núcleo
La transformación en absoluto es tecnológica, como muchas empresas están interpretando. Sin duda, la tecnología es necesaria, pero somos realmente las personas las que la hacemos posible.
El cliente tiene que ser el centro de la estrategia y, por lo tanto, de la transformación, y la organización tiene que experimentar un cambio para satisfacer las exigencias de estos “nuevos” consumidores.
Estos cambios afectarán a su modelo organizativo, a su oferta de valor, a la automatización de los procesos, a la inversión en las nuevas tecnologías y, por supuesto, a la innovación como el único camino hacia el futuro.
Revisar y construir una cultura potente que gestione y atraiga el talento, comunicando con transparencia y capacitando a los profesionales en los nuevos métodos de trabajo, son elementos esenciales que muchas compañías sitúan, erróneamente, en un segundo plano.
3. La ejecución marcará la diferencia
El 70% de los fracasos en los planes de transformación se deben a una mala ejecución vs. el 30% que lo son por una mala estrategia. Ejecutar la transformación de las empresas e instituciones se ha convertido en el gran reto de los líderes actuales.
En el contexto actual, los datos, su análisis y aplicación resultan uno de los factores más determinante para el éxito de la transformación.
Por lo tanto, debemos acelerar, por supuesto, pero en la dirección y velocidad adecuadas para no “salirnos” de la carretera y llegar con éxito a nuestro objetivo.