Estábamos acostumbrados a presumir de uno de los mejores sistemas de salud públicos del mundo. Y en la pandemia del COVID-19, hemos descubierto que, aun así, las fortalezas del sistema no han sido suficientes para contenerla. Y nos preguntamos: ¿qué ha podido pasar?
Juan Carlos Sánchez Rosado. Health Industry Leader de IBM.
Probablemente no éramos conscientes, pero nuestro sistema sanitario estaba ya sometido a un gran estrés derivado de una población envejecida con crecientes necesidades de atención médica, de nuevos tratamientos y tecnologías sanitarias cada vez más costosos, y de las mayores expectativas y exigencias de los pacientes, cada vez más y mejor formados e informados. Sin embargo, un sistema tan complejo ha estado crónicamente infradotado en tecnologías de información. Según el informe Índice SEIS (Sociedad Española de Informática Sanitaria), en 2019 el gasto en TI fue el 1,16% del total del gasto sanitario, un 5,9% menos que en 2018, lo que equivale a 15€ por persona protegida.
Las tecnologías de información son una herramienta fundamental para mejorar la eficiencia y la calidad de los procesos, la productividad y la satisfacción de los clientes en todos los sectores. También en sanidad, como demuestra la gran difusión y éxito de la telemedicina durante la pandemia. O en sentido inverso, la dificultad de disponer de datos fiables y actualizados sobre pacientes, nos demuestra la necesidad de datos centralizados para gestionar nuestros recursos sanitarios.
Una decidida apuesta por la innovación tecnológica en nuestro sistema sanitario favorecería la implantación de soluciones a problemas crónicos del sector, fomentaría el desarrollo de productos, soluciones y servicios en nuestro país, crearía empleo cualificado y serviría para retener y atraer talento
POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA
Por otra parte, asistimos a una revolución tecnológica sin precedentes. La posibilidad de tratar datos masivos (big data), la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), Blockchain, 5G y las infraestructuras de Cloud Híbrida están revolucionando todos los sectores e impulsando modelos de negocio impensables anteriormente. Las nuevas tecnologías permiten mejorar la asistencia y la accesibilidad al tiempo que reducir costes e impulsar la investigación y la actividad económica. Y esto no es sanidad-ficción, sino una realidad en la que desde IBM estamos colaborando en numerosos casos. Veamos algunos ejemplos:
. La interoperabilidad entre los sistemas de los distintos proveedores sanitarios (y sociosanitarios) permite a los pacientes y a los profesionales (previa autorización del paciente) acceder a los datos de salud, en formato único, independientemente de dónde se generen, lo cual redunda en mejores diagnósticos, menos pruebas repetidas y procesos integrales de cuidado a través de la atención primaria, hospitales, farmacias, residencias, etc.
. La gestión de pacientes crónicos y personas mayores se ve muy beneficiada combinando telemedicina con agentes cognitivos que les atiendan las 24 horas del día, y dispositivos de seguimiento de parámetros vitales que, mediante IA, detecten los eventos relevantes y lancen las actuaciones adecuadas en cada situación, con alertas y recordatorios.
. Los algoritmos de IA tienen múltiples aplicaciones, desde la optimización de procesos (previsión avanzada de necesidades, triajes de pacientes), al apoyo al diagnóstico, la personalización de tratamientos y, en investigación, acceso avanzado a literatura científica o incluso la supercomputación para la identificación de nuevos medicamentos.
. El hospital inteligente que, aplicando IA a la información de los sensores y aparatos en el hospital, permite mejorar la experiencia de pacientes y profesionales, reducir costes, mejorar la eficiencia de las operaciones y optimizar el mantenimiento de los equipos e instalaciones.
Una decidida apuesta por la innovación tecnológica en nuestro sistema sanitario favorecería la implantación de soluciones a problemas crónicos del sector, fomentaría el desarrollo de productos, soluciones y servicios en nuestro país, crearía empleo cualificado y serviría para retener y atraer talento. Otros países de nuestro entorno, como Finlandia e Israel, hace tiempo lanzaron proyectos nacionales de salud digital, y se están posicionando como referencias internacionales en innovación en salud. Y ahora, con el plan de reconstrucción europeo, se nos abre una oportunidad que no podemos dejar pasar, la de apostar de forma clara por digitalizar nuestro sistema sanitario.