Tesco es uno de los líderes mundiales en venta minorista. A pesar de ser una empresa con grandes fortalezas y muy apreciada por los consumidores, de 2012 a 2014 cometió un fraude contable que le salió muy caro. En el mundo de los negocios y, especialmente, en los países anglosajones, el engaño no se perdona.
Oriol Amat. Catedrático de Economía Financiera de la UPF y UPF Barcelona School of Management, vicedecano del Colegio de Economistas de Catalunya
y vicepresidente ACCID.
“Estamos haciendo todo lo posible para ‘restablecer la confianza’ después de ver sufrir a la marca…
Lo que pasó fue una enorme fuente de tristeza para todo el equipo de Tesco, pero ahora somos una empresa diferente.”Dave Lewis, consejero delegado de Tesco
UNA PARADA DE MERCADO QUE SE TRANSFORMA EN UN GRUPO CON 450.000 EMPLEADOS
Tesco es la cadena de supermercados líder del Reino Unido y es una de las empresas europeas con más trabajadores, 450.000. Su eslogan: “Every little helps” (Cada pequeña cosa ayuda) resume un modelo de negocio muy exitoso que cuenta con 6.800 tiendas (supermercados, hipermercados, gasolineras, tiendas de conveniencia y banca). También está presente en Irlanda, República Checa, Eslovaquia, Hungría, India y Corea del Sur.
La empresa fue creada por Jack Cohen (1898-1979), hijo de una familia de inmigrantes judíos procedente de Polonia. Ya de muy joven tenía claro que quería ser tendero, y por culpa de eso se enemistó con su padre, que no veía con buenos ojos su vocación. Decidió irse de casa y, como no tenía dinero, en 1917 se alistó en el ejército. Poco después, cuando su barco de guerra estaba a punto de entrar en el puerto de Alejandría, se topó con una mina que había puesto el ejército alemán. El barco se hundió en siete minutos y murieron 209 personas. Él se salvó gracias a una enfermera que le ayudó a mantenerse en el agua. Poco después, contrajo la malaria y le repatriaron a Inglaterra, siendo desmovilizado en 1919. El ejército le indemnizó con 30 libras esterlinas (que equivaldrían a 1.715 euros de hoy).
Toda la indemnización la invirtió en comprar excedente de comida del ejército que vendía en una parada en el mercado de Hockney, en Londres. En el mercado, los vendedores se reunían a primera hora de la mañana y al oír la señal, corrían para instalarse en su lugar preferido. Cohen no podía correr rápido, por lo que simplemente tiraba su gorra y así conseguía el mejor lugar. En pocos años, ya era el propietario de varias paradas del mercado donde trabajaban varios miembros de su familia. En 1924, se casó con Sarah Fox, hija de una familia judía procedente de Rusia, e invirtieron todos los regalos de la boda en el negocio.
LA EXPANSIÓN
Incrementar el número de paradas, sin embargo, era difícil, ya que costaba encontrar socios de confianza. Por eso, en 1929, abrió la primera tienda. En la década de los años treinta ya superó las 100 tiendas. Cohen crecía a base de comprar pequeñas cadenas de tiendas y vender los productos más baratos que nadie; tal como decía a menudo: “Apílalo alto y véndelo barato.”
El modelo de negocio de Tesco ha triunfado especialmente en el Reino Unido e Irlanda. Pero, a partir de 2011, la empresa, que siempre había crecido en ventas y beneficios, comenzó a aflojar debido al fuerte aumento de la competencia, y algunos directivos optaron por el engaño contable para esconder la situación real
En 1958, tras un viaje a Estados Unidos, donde visitó varios supermercados, abrió uno de los primeros establecimientos de este tipo de Europa. Durante los años sesenta, Tesco continuó su expansión, diversificando sus productos y comenzó a vender ropa. En la década de los noventa, amplió la gama de productos con libros, servicios financieros, telecomunicaciones, gasolina, etc. Además, la empresa decidió atraer también a personas preocupadas por la calidad, y no sólo por el bajo coste, y creció hasta tener 2.000 tiendas 15 años más tarde. Hoy en día es uno de los grupos de distribución más grandes del mundo (ver figura 1) y sirve a millones de clientes por semana en las tiendas físicas o en línea.
Es la octava marca más valorada del Reino Unido (ver figura 2).
En estos momentos, la cadena está haciendo una apuesta importante por el comercio electrónico y se espera que esta sea una de sus vías importantes de crecimiento en los próximos años.
EL FRAUDE CONTABLE
A partir de 2011, debido al fuerte aumento de la competencia, a Tesco le costaba mantener el nivel de ventas y beneficios, por ello varios directivos optaron por manipular las cuentas, en lugar de reconocer que la empresa no iba tan bien. Esto se descubrió a raíz de la denuncia anónima de un empleado del departamento de contabilidad. Finalmente, Tesco admitió, el 22 de septiembre de 2014, que del 2011 al 2014 infló sus beneficios en 326 millones de libras esterlinas. El maquillaje representó alrededor de un 10% de sus beneficios. Los engaños contables se hicieron de la siguiente manera:
• Ingresos ficticios: Tesco tiene acuerdos con proveedores que consisten en que, si a final de cada año consiguen un determinado volumen de compra, el proveedor les paga un incentivo. A final de año se contabiliza una estimación de los incentivos que percibirán. El engaño consistió en contabilizar unas estimaciones exageradas de estos ingresos. Esta práctica representó el 27% del maquillaje total.
La manipulación de los beneficios fue de 326 millones de libras esterlinas, pero cuando se descubrió el engaño, las acciones de Tesco perdieron 2.000 millones de libras esterlinas en un solo día
• Sobrevalorar artificialmente las existencias: este maquillaje está relacionado con el anterior, ya que, para conseguir un volumen de compras más elevado, compraban en exceso, y parte de las existencias no se podían vender por obsolescencia. Esta obsolescencia no se reflejaba en el valor de las existencias y, por tanto, su balance estaba sobrevalorado. Esta práctica representó el 73% del maquillaje total.
Cuando se difundió el maquillaje, la cotización de las acciones bajó un 40% a lo largo de los meses siguientes y, aún hoy, a finales del 2020, la empresa todavía no se ha recuperado (ver la figura 3 en la que la flecha señala el momento en el que se hizo público el escándalo).
A raíz del escándalo, el presidente de la compañía, Richard Broadvent, dimitió, y cuatro directivos fueron despedidos a finales de octubre de 2014. En 2016, el regulador bursátil británico (Financial Services Authority, FSA) impuso a la empresa una multa de 235 millones de libras esterlinas. Tesco también tuvo que compensar a los accionistas con 85 millones de libras esterlinas.
En la figura 4 se acompaña la evolución de las ventas y beneficios de Tesco y se puede comprobar la fuerte pérdida declarada en 2015 cuando se regularizaron las cuentas.
¿QUÉ HACER CUANDO UNA EMPRESA NO VA DEMASIADO BIEN?
Cuando una empresa se deteriora, y caen las ventas y los beneficios, tiene varias opciones en relación con los accionistas y la sociedad, en general:
• Ocultar la situación con engaños y/o otros fraudes
Esta opción, además de no solucionar el problema, es letal cuando se descubre el engaño. En el caso de Tesco, hemos visto las consecuencias negativas del fraude contable (caída de la cotización, despido de directivos, multas y sanciones de las autoridades, indemnizaciones a los accionistas…). En otros casos de fraudes empresariales, los directivos han acabado en prisión. Si tenemos en cuenta que las cuentas maquilladas de Tesco no eran tan diferentes de las reales (el beneficio se hinchó sólo en un 10%), no es una buena idea ocultar los malos resultados con engaños, ya que cuando se descubren es mucho peor.
Tampoco es buena idea ocultar la mala marcha de la empresa con medidas que pueden parecer buenas a corto plazo, pero que, a largo plazo, hunden la empresa. Un ejemplo sería cuando una empresa que pierde ventas lo compensa vendiendo a clientes de baja calificación crediticia que, a medio plazo, no pagarán las compras efectuadas. Esta medida puede sostener las ventas durante unos meses, pero, antes de un año o dos, los impagos provocarán males peores.
Tesco pactó con las autoridades británicas que pagaría 235 millones de libras esterlinas en multas y 85 millones en compensaciones a los accionistas que perdieron dinero debido al fraude
• Decir la verdad y poner en marcha medidas para enderezar la situación
Varios estudios demuestran que, cuando una empresa tiene problemas, la mejor opción es reconocerlo dando información puntual sobre qué pasa y exponer las medidas que se tomarán para mejorar la situación. Hay muchos casos de empresas que han actuado de esta manera y ni los mercados ni los clientes las han castigado.
De este caso, la lección que se extrae es que, como se dice a menudo, el mejor negocio es ser honrado.