La del COVID-19 es una crisis global y sin precedentes que afecta a todas las empresas. ¿Cómo pueden abordar su gestión las compañías?
Dra. Laurence Le Poder. Profesora asociada de Kedge BS.
Anticipación y complejidad de la crisis
En toda crisis de gestión, la anticipación es importante y, en esta situación, además, adquiere todo su significado. Muchas empresas se preparan constantemente para poder gestionar crisis. Pero de todos los planes de crisis desarrollados hasta ahora, ¿cuáles se adelantaron a este tipo de crisis en concreto? La falta de preparación, tanto humana, como material y organizacional, ha resaltado nuestra incapacidad para manejar esta situación. Sin embargo, la anticipación es fundamental para la toma de decisiones y acciones en las organizaciones.
Para complicar todavía más la situación, el estrés temporal agrega restricciones para actuar, pues, al mismo tiempo, tampoco disponemos de suficiente conocimiento sobre la situación en sí. Es por ello que la crisis del COVID-19 es altamente compleja en su gestión, por la dificultad para encontrar la combinación adecuada de acciones, palabras, anticipaciones, etc.
Desafíos de gestión
La crisis del COVID-19 constituye un fenómeno inquietante para las empresas y los particulares debido a las múltiples incertidumbres: incertidumbre sobre la evolución de la situación de salud, incertidumbre sobre los impactos directos e indirectos sobre la salud de empleados y particulares en general, y finalmente, incertidumbre sobre las acciones a realizar. Y, ante lo imprevisto, el individuo se vuelve irracional.
Por lo tanto, las empresas se enfrentan a grandes desafíos: parecer legítimas en la conducción de la gestión de crisis, ser vistas como un actor importante en el que los empleados pueden confiar y ser percibidas como creíbles en la gestión de la crisis.
Toma de decisiones
En estas situaciones de emergencia y crisis, los tomadores de decisiones se sienten atrapados entre los requisitos de desempeño y las regulaciones. Por lo que deben apostar por una combinación inteligente que fluctúe entre cumplir con las regulaciones, sus propios valores personales y tomar medidas. Ser capaz de pensar «fuera de la caja» es fundamental para tomar una decisión en una situación de crisis.
Pero sean cuales sean las decisiones que se tomen, debemos recordar que no actuar siempre perjudicará todavía más a la empresa en una situación de crisis.
A modo de conclusión, solo podemos notar la dificultad de encontrar respuestas justas y adecuadas a estas preguntas, tanto en términos de las decisiones tomadas como de las acciones a implementar. Pero entre las acciones a implementar, la comunicación debe permitir a las empresas afrontar estos retos. Las organizaciones deben informar sobre la situación y su evolución, a fin de preservar su legitimidad y credibilidad en la gestión de esta crisis.