El bienestar físico y mental tiene efectos positivos en la productividad y el desempeño de los empleados y reduce el presentismo, el ausentismo y la rotación. Las investigaciones muestran sistemáticamente que los lugares de trabajo son una fuente importante de estrés y depresión. El estrés y la depresión afectan negativamente a la salud a través de dos vías: 1) provocando comportamientos individuales no saludables, como fumar, beber, consumir drogas y comer en exceso; y 2) aumentando la respuesta inflamatoria y alterando el sistema endocrino.
Jeffrey Pfeffer. Profesor de Comportamiento organizacional de Stanford Graduate School of Business.
La evidencia demuestra que el estrés y la depresión son precursores de dolencias fisiológicas graves como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Los metanálisis revelan que las prácticas laborales nocivas son tan malas para la salud como el humo del tabaco, un carcinógeno conocido y regulado. Una estimación reveló que los atributos dañinos en el lugar de trabajo se asociaron con un exceso de 120.000 muertes en los EE. UU. y representaron alrededor de 200.000 millones de dólares en costos anuales.
Las fuentes de estrés en los lugares de trabajo contemporáneos incluyen largas horas de trabajo, inseguridad económica por despidos y horarios precarios e irregulares, una ausencia de control del trabajo junto con demandas laborales excesivas y adaptaciones insuficientes para equilibrar el trabajo y las responsabilidades no laborales. Irónicamente, la investigación muestra, precisamente, que las horas de trabajo no afectan positivamente al desempeño, que la autonomía aumenta la motivación y que los despidos no aumentan el precio de las acciones y ni siquiera, en muchos casos, reducen los costos. En definitiva, muchas de las fuentes de estrés no ayudan a las empresas y, además, afectan negativamente al bienestar de los empleados.
La forma más directa de corregir lo que está mal en el trabajo es eliminar las fuentes de estrés, limitando las horas de trabajo, brindando a los empleados más control sobre sus tareas, evitando los despidos, haciendo que las personas conozcan sus horarios con mucha anticipación y brindando apoyo para ayudar a las personas a conciliarlo con sus responsabilidades familiares.
Las ofertas de productos y servicios contemporáneos a menudo emplean un pensamiento de diseño centrado en el usuario. Un enfoque similar puede funcionar para el diseño de trabajos. Comience con los trabajadores y diseñe trabajos desde su perspectiva. ¿Qué tareas se pueden eliminar sin pérdida (por ejemplo, reuniones y requisitos de informes innecesarios)? ¿Cómo se puede emplear la tecnología para ayudar a las personas a hacer su trabajo mejor y de manera más eficiente? Deje que los equipos de personas de primera línea rediseñen su experiencia laboral. El resultado: menos desgaste y mayores niveles de rendimiento.
Jeffrey Pfeffer es autor de El trabajo nos está matando (LID Editorial).