Los últimos cuatro meses de 2020, hemos vivido de préstamo. Un préstamo que deberán pagar las generaciones futuras. El 22 de agosto fue el día en que nuestra demanda de recursos naturales desde que había comenzado el año superó la capacidad que tiene el planeta para regenerarse en todo el 2020. Por ello, es imprescindible que entre todos rememos conjuntamente para transitar hacia una economía circular. El futuro será circular o no será.
Josep Maria Tost. Director de la Agencia de Residuos de Catalunya.
Y eso no significa únicamente reciclar más, sino que es necesario producir de otra manera —vía ecodiseño— cómo pensamos todos los productos y servicios que ponemos en el mercado para minimizar su impacto y maximizar su reutilización y reciclaje. Hay que fabricar con criterios de una sostenibilidad, un valor que es cada vez más diferencial para los consumidores. La buena noticia es que, cada vez, todos somos más conscientes de ello. No podemos perder tiempo.
Desde la Agencia de Residuos de Cataluña, por ejemplo, estamos poniendo al servicio del sector productivo y del sector de residuos líneas de ayudas económicas para facilitar que las empresas puedan innovar en los procesos productivos: consumiendo menos materias primas y generando menos residuos, ofreciendo productos o servicios con un valor de sostenibilidad mayor.
Nos hemos aliado con ACCIÓ (la Agencia por la Competitividad de la Empresa) en una línea de ayudas para incentivar proyectos de economía circular en el ámbito de residuos destinando 1,7 millones de euros, y hemos ampliado en 4,8 millones de euros diferentes líneas de subvención el pasado 2020. Aparte, estamos trabajando para aprobar la Ley de prevención y gestión de los residuos y de uso eficiente de los recursos de Catalunya, que ha de contribuir, entre otras cosas, a crear una economía más baja en carbono.
Con el fin de promover una producción y consumo sostenibles, debemos establecer regulaciones ambiciosas, y también es necesario explorar acuerdos de tipo voluntario: acuerdos voluntarios con relación a los embalajes procedentes de la compra en línea, crear scraps del sector del mueble y colchones, y también en el textil, como mínimo, ¡extender la responsabilidad ampliada del productor tanto como sea posible! Hay que impulsar sistemas de etiquetado que reflejen el impacto de los productos sobre el uso de recursos. Estas son algunas medidas que podría incorporar la nueva ley de residuos. Los próximos años serán clave para desarrollar la economía circular.
Seguimos el lema del conseller Albert Vilalta: “La función de la ARC es garantizar una correcta gestión de los residuos para proteger el medio y las personas.” Desde la Administración, nuestro compromiso es ayudar y trabajar conjuntamente. Si los catalanes y catalanas fuimos capaces de realizar una recogida selectiva del 45% de los 4 millones de toneladas de residuos municipales que se generaron en 2019, alcanzando una cifra récord, podemos hacerlo mejor: preservando materiales y recursos. Y que podamos disfrutar de un modelo económico que no hipoteque el futuro. ¡No hay tiempo que perder!