La economía circular es una de las 80 herramientas de la gestión pública con impacto social. Se inscribe en la estrategia de la cooperación. Forma parte del diseño de las políticas públicas y, al mismo tiempo, tiene la función de dar resultados positivos con buenas prácticas y así mejorar la sociedad en términos de sostenibilidad.
Xavier Torrens. Profesor de Ciencia Política de la UB. Politólogo y sociólogo.
Economía circular es un concepto que marca tendencia hoy día en la gestión pública. Está llegando a los ayuntamientos y otras administraciones locales (consejos comarcales y diputaciones), así como a las administraciones autonómicas y la administración central. Ahora bien, ¿qué implica entrar en el mundo global de la economía circular?
EUROPA VERDE
En primer lugar, hay que tener claro que la Comisión Europea pretende estimular la gestión pública para ir hacia —literalmente— «un proceso mediante el cual las autoridades públicas tratan de adquirir productos, servicios y obras con un impacto ambiental reducido durante su ciclo de vida, en comparación con otros productos, servicios y obras con la misma función primaria que se adquirirían en su lugar».
Es evidente que las empresas privadas y las empresas sociales del tercer sector tienen, actualmente, un aliciente europeo añadido para adentrarse en la economía verde, donde se inscribe la economía circular.
La economía circular, mediante la compra y la contracción pública verde, se une a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La economía circular se inscribe en el ODS undécimo, Ciudades y comunidades sostenibles, y el ODS duodécimo, Producción y consumo responsables
ODS NÚMEROS 11 Y 12
La economía circular, mediante la compra y la contracción pública verde, se une a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La economía circular se inscribe en el ODS undécimo, Ciudades y comunidades sostenibles, y el ODS duodécimo, Producción y consumo responsables. Los ODS números 11 y 12 destacan entre los objetivos mundiales que promueve la economía circular.
Esto no quita que la economía circular, a la vez, tenga un impacto en otros objetivos, como el ODS sexto, Agua limpia y saneamiento, el ODS séptimo, Energía asequible y no contaminante, el ODS decimotercero, Acción por el clima, el ODS decimocuarto, Vida submarina, y el ODS decimoquinto, Vida de ecosistemas terrestres. Y todo ello, por supuesto, tiene que ver con un ODS que se ha convertido, además de en un objetivo mundial, también en una prioridad planetaria en tiempos del coronavirus, el ODS tercero, Salud y bienestar.
COMPRA Y CONTRATACIÓN VERDE
Así pues, la compra y la contratación pública verde son uno de los instrumentos esenciales para cualquier persona diseñadora de políticas públicas que busque esta herramienta de la gestión pública conocida como economía circular. Se busca hacer una gestión pública que tenga un menor impacto ambiental, más allá de las limitaciones que establece la propia normativa ambiental.
Una de las formas de implementarlo es con la herramienta contratación pública responsable, donde en su interior encontramos la cláusula ambiental, que permite que la administración pública exija, a la hora de hacer contratos públicos, que se cumplan determinados parámetros ecológicos.
Se fundamenta en las conocidas como 10R de la economía circular de la profesora Jacqueline Cramer, exministra de Vivienda, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno de Holanda. Las 10R son: rechazar, reducir, rediseñar, reutilizar, reparar, rehabilitar, restaurar, remodelar, reciclar y recuperar.
La economía circular es una herramienta que forma parte de la gestión colaborativa, que es una técnica de gestión pública que busca la colaboración entre la administración pública, el tercer sector y el sector privado, así como directamente con la propia ciudadanía. Es la nueva tendencia
ESTRATEGIA DE LA COOPERACIÓN
La herramienta de la gestión pública con impacto social que estamos tratando, la economía circular, forma parte de la estrategia de la cooperación. Se trata de una estrategia en el diseño de las políticas públicas que da valor público a la cooperación en el seno de la sociedad civil. Y dado que tiene valor público, entonces la administración pública incide con sus instrumentos a su alcance. Precisamente, una de sus herramientas es la economía circular, pues tiene impacto social en la mejora del clima, la ecología y el medio ambiente.
La estrategia de la cooperación, en primer lugar, pone incentivos e introduce consecuencias en función del cumplimiento de los objetivos de resultados. Así pues, antes se hace un contrato público o una colaboración público con quien tiene un menor impacto ambiental respecto de otra empresa privada que afecta más perjudicialmente el medio ambiente. La otra cara de la moneda de la estrategia de la cooperación radica en que penaliza a las empresas y la ciudadanía que no coopera para lograr, por ejemplo, los ODS.
GESTIÓN COLABORATIVA
La economía circular es una herramienta que forma parte de la gestión colaborativa, que es una técnica de gestión pública que busca la colaboración entre la administración pública, el tercer sector y el sector privado, así como directamente con la propia ciudadanía. Es la nueva tendencia. Ninguna administración pública puede hacer sola casi nada, pues se requiere de una gestión colaborativa. También esto es necesario para construir mejor el futuro próximo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Uno de los hechos más destacables es que la economía circular crea sinergias. Así pues, la gestión colaborativa entre los tres sectores (sector público, sector privado y tercer sector social) posibilita que conecte con la nueva herramienta de la gestión pública conocida como gobernanza colaborativa.
La economía circular ha cogido un fuerte impulso en el País Vasco. En Euskadi se hace compra administrativa verde de papel, ordenadores, vehículos, ahorrándose así dinero y aumentando la eficiencia energética. Cada año aumenta el volumen de contratación pública verde
EUSKADI Y BAIX LLOBREGAT
La economía circular ha cogido un fuerte impulso en el País Vasco. En Euskadi se hace compra administrativa verde de papel, ordenadores, vehículos, ahorrándose así dinero y aumentando la eficiencia energética. Cada año aumenta el volumen de contratación pública verde.
Un buen ejemplo lo encontramos en la comarca catalana del Baix Llobregat, concretamente en la ciudad de Gavà. Esta localidad barcelonesa ha identificado hasta diez oportunidades de economía circular en su municipio, y, además, también dos oportunidades más en la esfera de las empresas privadas. Bajo la marca Gavà Circular, se ha vertebrado un proyecto ecológico colaborativo entre el Ayuntamiento, Aguas de Barcelona y el Centro Tecnológico del Agua (Cetaqua). Todo ello se ha reforzado con la herramienta de celebrar el éxito al convertirse Gavà en la primera ciudad española y la treintena del mundo comprometida con los principios de la International Water Association (IWA) y ser una ciudad Water-Wise.
En otro municipio de la comarca del Baix Llobregat, en el Ayuntamiento de Sant Feliu, se impulsan acciones facilitadoras para la economía circular en las empresas de sus polígonos industriales e, incluso, hay un proyecto piloto de investigación sobre métodos para la económica circular. Así pues, nos encontramos en un campo que se está ensanchando a bastantes administraciones públicas, como el proyecto Ecoindústria, donde están los ayuntamientos de Viladecans, Gavà, El Prat de Llobregat y Sant Boi de Llobregat, liderados por la Diputación de Barcelona.